JOAQUIN CARBONELL El Periódico de Aragón
--Estos días de grandes nevadas en la zona habrán comprobado lo necesario que es Internet.
--Estos días y todos los días. Aquí no tenemos de nada en el aspecto cultural: no tenemos biblioteca, discoteca, no tenemos cine ni películas; llegan dos periódicos al día pero no hay quiosco. La manera de estar relacionado con el mundo es a través de internet. La gente escucha música, baja películas, o lee los periódicos.
--¿Sabe que estos días se acaban de celebrar unas jornadas sobre Telecentros en Zaragoza? No le he visto...
--Es que nadie me ha invitado... Lo sé porque me lo comunicaron de la Diputación de Teruel, pero nadie me invitó a asistir. Yo hubiera ido encantado.
--¿Cómo nació la idea de instalar el Telecentro?
--Los Telecentros se propusieron a todas las poblaciones y algunas las hemos solicitado. Hace nueve meses que lo tenemos y ciertamente es muy visitado. Tiene dos grupos de banda ancha vía satélite y todo funciona muy rápido...
--¿En las casas tienen ADSL?
--Ja, ja, en las casas tenemos línea convencional y es una epopeya mandar un correo. Es una de las batallas que tenemos, que nos amplíen la banda ancha a los domicilios.
--Claro, en estas poblaciones se sufre aún más la distancia, ¿verdad?
--Yo digo que los que vivimos en los pueblos tendríamos que estar exentos de ciertos impuestos, porque fijamos la población.
--Pero en Mirambel no se quejen, tienen un pueblo muy visitado.
--Ya, pero siempre estacionalmente. De pronto en Semana Santa no se puede caminar por la calle y luego en febrero no hay absolutamente nadie. Necesitamos algún tipo de servicio más como un restaurante y un hotelito de encanto, pequeños...
--¿Cómo funciona el Telecentro?
--Está en unas dependencias y varias personas tienen llaves que se las van pasando. Siempre está lleno. Yo hay días que paso por allí a las seis de la mañana cuando me levanto y hay gente. Sobre todo son jóvenes, claro...
--¿Cuántos jóvenes tiene Mirambel?
--Hay 20 de entre 16 y 30 años, lo que la hace la población más joven del Maestrazgo. Pero estos chicos acabarán yéndose. Los pueblos se convierten en grandes residencias de ancianos.
--Estos días de grandes nevadas en la zona habrán comprobado lo necesario que es Internet.
--Estos días y todos los días. Aquí no tenemos de nada en el aspecto cultural: no tenemos biblioteca, discoteca, no tenemos cine ni películas; llegan dos periódicos al día pero no hay quiosco. La manera de estar relacionado con el mundo es a través de internet. La gente escucha música, baja películas, o lee los periódicos.
--¿Sabe que estos días se acaban de celebrar unas jornadas sobre Telecentros en Zaragoza? No le he visto...
--Es que nadie me ha invitado... Lo sé porque me lo comunicaron de la Diputación de Teruel, pero nadie me invitó a asistir. Yo hubiera ido encantado.
--¿Cómo nació la idea de instalar el Telecentro?
--Los Telecentros se propusieron a todas las poblaciones y algunas las hemos solicitado. Hace nueve meses que lo tenemos y ciertamente es muy visitado. Tiene dos grupos de banda ancha vía satélite y todo funciona muy rápido...
--¿En las casas tienen ADSL?
--Ja, ja, en las casas tenemos línea convencional y es una epopeya mandar un correo. Es una de las batallas que tenemos, que nos amplíen la banda ancha a los domicilios.
--Claro, en estas poblaciones se sufre aún más la distancia, ¿verdad?
--Yo digo que los que vivimos en los pueblos tendríamos que estar exentos de ciertos impuestos, porque fijamos la población.
--Pero en Mirambel no se quejen, tienen un pueblo muy visitado.
--Ya, pero siempre estacionalmente. De pronto en Semana Santa no se puede caminar por la calle y luego en febrero no hay absolutamente nadie. Necesitamos algún tipo de servicio más como un restaurante y un hotelito de encanto, pequeños...
--¿Cómo funciona el Telecentro?
--Está en unas dependencias y varias personas tienen llaves que se las van pasando. Siempre está lleno. Yo hay días que paso por allí a las seis de la mañana cuando me levanto y hay gente. Sobre todo son jóvenes, claro...
--¿Cuántos jóvenes tiene Mirambel?
--Hay 20 de entre 16 y 30 años, lo que la hace la población más joven del Maestrazgo. Pero estos chicos acabarán yéndose. Los pueblos se convierten en grandes residencias de ancianos.