Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


OPINIÓN DE MIGUEL ÁNGEL PAYERAS

Canon patriótico


No suelo meterme con las propuestas públicas de los partidos políticos en plena campaña electoral. Tampoco suelo comentarlas porque llega un momento en el que no sabes si realmente se creen lo que están prometiendo o si han pensado en las consecuencias de lo que prometen. Algún día hablaré de los 2.500 euros por hijo y como esta cifra sumada permitiría tener un sistema de guarderías públicas de mucho mayor alcance, con lo que todos nos beneficiaríamos.




No me andaré más por las ramas. Hace dos días salió Zapatero en el programa de Gabilondo, todo talante, todo buenas formas y, entre nosotros, más aburrido que tallar el aire. Eso hasta que habló del dichoso canon digital.

Podría haber dicho muchas cosas al respecto. Incluso le habría perdonado un ataque de honestidad si hubiera reconocido que el canon es para lo que todos sabemos. Ahora bien, que me diga que el canon hay que pagarlo por patriotismo es como coger una alpargata y darte en todo el colodrillo.

Muchos siguen encendidos con el tema. Y hasta hay posts por ahí la mar de divertidos, como el de Ricardo Galli reflexionando acerca de si los Guardias Civiles o e Ejército deberían pagar incluso más por la cláusula patriótica. Pero lo que a mi me preocupa es que no sólo se quedó ahí, sino que añadió que la patria que no destina recursos a defender su cultura y su creación está abocada a la extinción, básicamente.

Como productor me encuentro en la tesitura de que se apoya al artista desde todos los flancos. Se le paga canon digital y canon que no es digital, se le paga su caché y, si viérais alguno de los contratos que he firmado para diferentes actuaciones os llevaríais un disgusto. Uno de los últimos que he tenido en mis manos pedía tres vehículos Mercedes Clase E y un masajista, entre otras cosas. Pero ni el Estado, ni las comunidades autónomas, ni los Ayuntamientos están subvencionando la labor de los productores (de muchos de ellos, otros sin embargo se llevan todos los contratos públicos). Los productores y promotores somos parte del ciclo de vida del negocio de un artista y somos los únicos que asumimos un riesgo importante, sin olvidarnos del público, que asume el doble riesgo de pagar su entrada y de que el artista sea un bodrio. En definitiva, nadie ayuda al promotor y, por tanto, nadie ayuda al público a que su entrada al concierto sea más barata y, por tanto, tenga más accesible al artista, su creación y su valor cultural.

Si el patriotismo y el apoyo a la cultura se queda sólo en la parte de creación de la obra artística, nos fusilaremos igual la cultura porque aunque el artista esté bien pagado, su obra estará en un cajón.

Nota al pie: Cuando en todo este post se habla de “artista” se esta refiriendo a “artista afiliado a entidades de gestión de derechos como la SGAE”. Un artista libre o Creative Commons no participa en este reparto patriótico de derechos digitales.

Opinión de Miguel Ángel Payeras reproducida sin enlaces relacionados de la Blogosofía de Malabache

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