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Internet vuelve a los orígenes


"Internet ha venido para quedarse", es la proclama que hacen ahora algunas empresas envueltas en pérdidas y sin argumentos sólidos para persuadir a inversores y bancos acreedores. Nadie duda del impacto revolucionario de Internet en la industria financiera, el entretenimiento, la salud, la educación y los servicios públicos al ciudadano.




MIKEL AMIGOT, iBrujula.com
Ahora, al igual que antes, Internet es un instrumento que reduce de manera impresionante el coste de las comunicaciones, al tiempo que incrementa la productividad. Pero, justamente hoy, cuando estamos repensando el papel de Internet, tras el increíble varapalo bursátil sufrido por las compañías web, podemos percatarnos de que numerosas empresas y profesionales han equivocado el uso de la Red. Atajo que no funcionó

Internet no debe ser un salvoconducto para gastar más; ni siquiera el sentido del riesgo y de la inversión que se exige a toda nueva empresa es motivo para dilapidar el dinero en activos que apenas aportan valor en el presente. La Red permitió que individuos con inquietudes se embarcaran en iniciativas y empresas. El mundo mágico que se abría a quien dispusiera de un PC, una conexión a Internet, conocimientos y, sobre todo, ganas de trabajar era, y sigue siendo, impresionante. Después vino el fenómeno financiero y muchos emprendedores vieron que tenían ante sí la posibilidad de tomar un atajo en la vida y hacerse ricos en dos días. Entorno de consultores y banqueros

Hubo que rodear ese entorno de consultores, banqueros de inversiones, directivos, programadores y diseñadores carísimos, y se desembolsaron fuertes sumas en campañas de publicidad y marketing. El capítulo de la mercadotecnia ha quedado reducido prácticamente a cero en los últimos meses, pero todavía persisten en las compañías los ejecutivos y técnicos que cobran cantidades muy elevadas para el valor real, no de futuro, que generan para sus respectivas empresas. Por ejemplo, una compañía española dedicada a la difusión de información que cuenta con cuatro directivos ex Goldman Sachs y ex McKinsey y que como mejor medida despedir a periodistas que cobran diez veces menos, tiene una salida imposible.

Experiencia elocuente

Sobrevivir exige una vuelta a los orígenes, al momento en el que todo el mundo trabajaba sin desmayo con una prudencia de costes tal, que los proyectos parecían eternos. Así surgió la economía Internet. Las empresas cotizadas en Bolsa han perdido entre un 80 y 90 por ciento de su valor en el último año, pero no han aplicado medidas en coherencia con tal ajuste. Un nuevo emprendedor que ocupó puestos relevantes en operadoras de telecomunicaciones narraba ayer a este periódico su experiencia:

"Empecé, hace tres meses, contratando diseñadores, técnicos, programadores y asesores de alto nivel; a medida que he visto su ritmo y rendimiento de trabajo, he decidido aprender a programar, diseñar y elaborar los business plan. Trabajo como un cosaco, pero estoy encantado. Lo que estoy aprendiendo no tiene precio y estoy más feliz que nunca. Ahora cuando encargo algo, sé muy bien lo que pido. Y el equipo que tengo es porque es verdaderamente valioso. Con ellos, sí que ganaremos dinero".

Trabajo y trabajo

Señala este emprendedor que al principio le costaba admitir que todo un Consejero Delegado (su cargo actual) estuviera tirando líneas de código. "Me parece que nos habíamos olvidado de la esencia de Internet". En efecto, la economía Internet salió de garajes, domicilios particulares y oficinas diminutas, y aunque el panorama sea hoy radicalmente distinto, los parámetros básicos del funcionamiento eficaz nos devuelven a los orígenes. Existe coincidencia al señalar que hablamos de empresas, sean éstas de la nueva o la vieja economía. En toda empresa existe el riesgo, la inversión, el trabajo y el sentido común. Es absurdo pedir beneficios en el primer año, tanto como lo es generar unas estructuras mastodónticas con gastos de personal incomprensibles.

Estructuras mínimas

Los financieros, que tanto han perjudicado al sector de Internet, han desplazado el péndulo desde el risk-taking al risk-aversion, eliminando un espacio intermedio. A esta redacción están llegando diariamente casos de emprendedores que en su día se dejaron atrapar por la rueda financiera y hoy se encuentran con que quienes los animaron les dan hoy con la puerta en las narices. "Muy bien, ya sé lo que tengo que hacer", decía, airado, el responsable de un portal wireless. "Me voy a quedar con cuatro personas muy buenas y vuelvo a la guerrilla de antaño". Esta reacción no es descabellada.

Las Mini-dots

En Estados Unidos está surgiendo el fenómeno de las Mini-dots, compañías de escaso personal que facturan menos de cinco millones de dólares pero mantienen abierto el negocio. Es un poco el estilo de Tucows, el mítico sitio web de descarga de software y registro de dominios que, a pesar de su gran notoriedad, nunca sobrepasó las cuarenta personas y siempre ganó dinero. En el mundo hispano también existen este tipo de firmas, regidas siempre por empresarios de raza, que apenas han salido a la luz pública, dada su limitación de presupuestos de marketing.

Oportunidades de futuro

Cabe pensar que estas Mini-dots, que no surgen fruto de la improvisación, serán verdaderamente las elegidas para sobrevivir. Esperar un cambio de ciclo financiero, con el Nasdaq regresando a la cota del 5.000 de marzo de 2000, es propio de ilusos. Numerosos directivos y asesores que fueron contratados en plena ola de euforia esgrimen hábiles argumentos para mantener su empleo, pero la suerte está echada. Lo mejor que pueden hacer es tomar un ordenador y empezar a crear algo ex novo. Entonces entenderán qué es verdaderamente Internet y qué oportunidades de futuro depara.

Reproducido de ibrujula

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