Tanto Apple como Samsung tenían casos pendientes en países como Alemania, Reino Unido, Francia, Japón e incluso Corea del Sur, donde Samsung tiene su sede central. Mientras que Apple acusaba a Samsung de copiar el iPhone, la compañía surcoreana demandaba a Apple en base a algunas patentes en su poder relacionadas con el funcionamiento de algunos componentes básicos en telefonía móvil.
¿Por qué esta decisión? Seguramente para ahorrarse tiempo y dinero en procesos legales que realmente no van a ningún sitio ni están causando impacto alguno, además de cumplir los deseos de la Unión Europea. ¿Significa esto que ambas compañías son ya amigas y van a salir a pasear de la mano? No exactamente. Donde sí seguirá la batalla será en Estados Unidos, con varios asuntos legales todavía pendientes, y han insistido en que esto no significa que hayan firmado un acuerdo para compartir sus licencias.
En el pasado, Samsung ya fue condenada en Estados Unidos a pagar más de 900 millones de dólares tras perder el primer juicio. En mayo de este mismo año, un jurado determinó que tanto Apple como Samsung infringieron patentes y ordenó al fabricante surcoreano a pagar 120 millones de dólares, una cantidad insignificante frente a los 2.000 millones que exigía Apple como compensación.
Vía | Financial Times
Imagen | Kārlis Dambrāns
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