Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


Ofelia tejerina

¿Cuánto de "Gran Hermano" nos ha dejado 2016?


2016 ha sido un año movidito para mi "conexión a Internet", todavía no sabe si me pertenece a mí, a la operadora, al Estado, a la UE o a EE.UU. Noticias "tech" sobre privacidad, uso de datos o sobre robots que nos robarán el trabajo jalonan cualquier balance que se precie




2016 ha sido un año movidito para mi "conexión a Internet", todavía no sabe si me pertenece a mi, a la operadora de telefonía, al Estado, a la UE o a EE.UU., así que me dispuse a hacer mi propio "balance Tech" y buscar algunas respuestas en lo que ha ocurrido en estos últimos 365 días. Mala idea, sólo me he remontado al día 21 de diciembre y ya estoy empachada: "Una simple foto es todo lo que esta 'app' necesita para detectar una enfermedad rara"; "Una armada de abogados robots en China"; "El gran botón rojo que puede parar la inteligencia artificial"; "Alemania contra Facebook y WhatsApp": ¿Puede un país parar a una gran tecnológica?; "Pasaporte y Facebook. EEUU te preguntará por tus redes sociales cuando visites el país"; "La UE estudia acceder a los datos bancarios de los ciudadanos para combatir el terrorismo"; "Los gobiernos no pueden exigir la conservación masiva de datos de sus ciudadanos"; "EEUU aprueba una ley que protege a los consumidores que dejen comentarios negativos"; "Multas de hasta 45.000 euros en Madrid por incitar al odio y la discriminación"; y así, etc.

Noticias aparecidas en el intervalo de siete días, que me dicen que basta tener la app "Face2Gene" y elegir una foto mía, de las decenas que "flotan" en la Red, para saber si tengo o no una enfermedad rara; que si digo algo a alguien que se ofende en Internet, me van a multar; que mi empresa por el mero hecho de serlo debe asumir "intimidaciones verbales" del tipo "si no haces lo que quiero, te hundo online"; que una armada de robots me quitará el trabajo, o me lo ahorrará, o me defenderán en juicio; que llegará un momento en el que las máquinas superarán la inteligencia de los humanos y que ya trabajan en un "sistema de prevención para poder interrumpirlas"; que EEUU considera más importante mi perfil de Facebook que mi currículum y que al paso que voy nunca seré una influencer; o que la UE necesita todos mis datos bancarios para saber si estoy como una maraca y quiero redimir al mundo con violencia, aunque lo más probable es que sólo vea que para ser abogada gasto demasiado en gadgets. Pues vale, oficialmente, me rindo.

Noticias aparecidas en el intervalo de siete días, que me dicen que basta tener la app "Face2Gene" y elegir una foto mía, de las decenas que "flotan" en la Red, para saber si tengo o no una enfermedad rara

Asumo que los proveedores de servicios reciben/almacenen mis datos, que tracen perfiles de mi personalidad con los datos de navegación, que analicen mis fotos en busca de informaciones médicas, que sepan en qué me gasto el dinero, dónde estoy mediante geolocalización, a quien llamo, a quien mareo con creativos memes, a quien critico por no darme el servicio que creo que merezco, qué es lo que falta en mi nevera, etc. E incluso asumiré que pasen todo esto a los Gobiernos y les faciliten sus tareas de espionaje.

Doy por hecho que todo esto va a suceder, y no pienso dejar de vivir tranquila por ello, pero no es porque no tenga nada que temer u ocultar, porque no voy a hacer nada malo, sino porque a cambio exigiré con vehemencia dos cosas: leyes justas y una acorde delimitación de responsabilidades que las hagan efectivas. Quiero sin excusas poder exigirles que cumplan la Constitución y la finalidad de sus garantías, antes y después del tratamiento de la información que tan generosamente les ofrezco (o me arrebatan), y también todas las normas que se crearon para su desarrollo, directa o indirectamente, y todos los acuerdos internacionales que le deben respeto. Quiero que "mi ventana al mundo" no se convierta en mi guillotina por quienes la sostienen, la vigilan, o simplemente la utilizan como yo.

Permítanme suponer un 2017 lleno de seguridad jurídica, de respeto, y de derechos humanos efectivamente ejercidos, también en el mundo digital.

Artículo de Ofelia tejerina abogada de la Asociación de Internautas en bez.es


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