Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


Todos contra @AlejandroSanz


Impresiona ver lo que un único y fatídico mensaje de sólo 140 caracteres puede provocar en Twitter. El gran error de Alejandro Sanz (@AlejandroSanz) no ha sido posicionarse a favor de la 'Ley Sinde', sino escribir un mensaje provocativo, quizás adrede, sobre la votación de la normativa en el Congreso

Que cobardes los politicos EspaÑoles, no van a votar la ley sinde de proteccion a la propiedad intelectual porque es impopular... cobardes e hipocritas





El catalejo - El mundo.es - Un mensaje que ha encendido el debate y las críticas al músico español, que ha visto como cientos de indignados internautas han cargado contra él. Valgan algunos ejemplos escogidos al azar tras una búsqueda en Twitter de lo que ya se ha convertido en un #alejandrosanzfacts al estilo de Chuck Norris:

Ramoncin tiene que estar saltando de alegria al ver que@alejandrosanz toma su relevo comi odiado

@AlejandroSanz cuando pagues tus impuestos aqui y no en Miami habla, gañan.

Señor @AlejandroSanz, esté usted tranquilo, que muchos no queremos su música ni descargada gratuitamente #leysinde

Ahora que nos hemos quitado la #leysinde propongo hacer una ley para que una comisión sin jueces retire discos de@alejandrosanz del mercado

bajandome toda la discografia de @alejandrosanz para darsela de comer a la papelera #sindegate


Por ahora, Sanz no ha contestado a ninguno de estos mensajes. Y tendría difícil hacerlo por el enorme volumen que de tuits que ha provocado. En todo caso, su último mensaje en el sitio es para preguntar a sus seguidores sobre su plan para la Navidad y no para explicar el inmediatamente anterior.



Bien podría el músico, que cada vez tiene más papeletas para suceder a Ramoncín en el 'número uno' de los artistas más criticados y vilipendiados de España, aprender de Esperanza Aguirre, quien no ha podido estar más al quite y ha dejado, también en Twitter, un mensaje para la posteridad ampliamente elogiado:

Sólo un juez puede decidir si se cierra una página y no el Ministerio de Cultura, volvemos a la Inquisición.


En resumen, dos perfectas lecciones sobre cómo no usar Twitter y sobre cómo sacarle hasta la última gota.