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El Comité del Día de Internet pide situar a las personas "en el centro de un mundo cada vez más digitalizado"


El Comité de Impulso en España al Día Mundial de la Sociedad de la Información, conocido como el Día de Internet, ha elaborado un manifiesto que incluye un decálogo para impulsar el acceso, uso y desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), con el objetivo de situar a las personas "en el centro de un mundo cada vez más digitalizado".


El 27 de marzo de 2006, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución en la cual se proclamaba el 17 de mayo Día Mundial de la Sociedad de la Información (#diadeinternet) para promover el buen uso y difundir los enormes beneficios que brindan Internet y las tecnologías digitales para todas las personas.

"Por una inteligencia artificial comprometida con las personas" es el lema aprobado por unanimidad en la primera reunión del Comité de Impulso, el cual sirve de marco para focalizar las acciones y mensajes del ‘#diadeinternet 2024’.

Forman parte del Comité ministerios, gobiernos autonómicos, administraciones municipales, sindicatos, entidades como la Cámara de España, la AEB, la Agencia Española de Protección Datos y la Asociación de Internautas, junto a otras como el Grupo Social ONCE, el Cermi, CRUE, Incibe y red.es, además de otras muchas.

En el manifiesto señala que la IA tiene el potencial de transformar "la forma en que interactuamos con el mundo y, a la vez, nos presenta una serie de retos importantes y grandes oportunidades. Actualmente, ya se utiliza en numerosas aplicaciones comerciales y de producción que abarcan todo tipo de industrias y las ventajas de su utilización son evidentes (automatización y mejora de procesos, productividad, control y optimización de recursos, reducción de errores, etc.)".

Añade que "detrás de estas ventajas se plantean algunos desafíos que el legislador, la industria y los propios ciudadanos no pueden obviar para que esta IA sea social, inclusiva y respetuosa con las personas. Todo ello nos pone delante de ineludibles cuestiones ya abordadas en noviembre de 2021 por la Unesco en la primera norma mundial sobre la ética de la IA: la ‘Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial’".

El Comité de Impulso destaca también que la Unión Europea ha dado un paso significativo en la regulación de los sistemas IA con la reciente aprobación del Reglamento de inteligencia artificial (AI ACT), ya que señala que esta norma, que se espera entre en vigor en dos años, es el primer marco legal integral sobre IA en el mundo, fijando un momento histórico en la regulación de esta tecnología.

En este contexto, subraya que para que el desarrollo y la innovación tecnológica de los sistemas de IA sean aceptados, es necesario que superen el filtro social "para lo cual no basta con una serie de principios éticos que, por otro lado, son fundamentales. Es necesario que los sistemas de IA estén alineados y actúen de forma coherente con las creencias y objetivos humanos".

Por todo ello, considera necesario velar porque el desarrollo e implementación de la IA esté comprometida con los ciudadanos, puesto que, "de lo contrario, se corre el riesgo de que estas tecnologías sean percibidas como negativas y produzcan un rechazo social, perdiendo la oportunidad de aprovecharse de los beneficios de desplegar la IA en todo su potencial".

DECÁLOGO

En el decálogo se reclama que prevalezca en este proceso la transparencia, comprensión, accesibilidad y control, de forma que los resultados de los modelos utilizados por la IA estén documentado, y sean comprensibles y accesibles para todas las personas, independientemente de su capacidad física, sensorial o cognitiva, promoviendo la inclusión y la igualdad de oportunidades en el marco del reglamento de IA.

También apuesta por fomentar la formación de profesionales cualificados que promuevan la calidad y el desarrollo responsable de estos sistemas, impulsando la formación y capacitación sobre IA, así como el acceso a documentación que facilite su entendimiento.

En tercer lugar pide integrar medidas de privacidad desde la fase inicial del desarrollo de productos y servicios basados en IA, asegurando que la recolección y el procesamiento de datos se realizan conforme a la normativa de protección de datos, y facilitar el acceso a los datos para poder entrenar modelos de IA incentivando su uso en todos los ámbitos.

Además, solicita implementar medidas robustas de ciberseguridad para concienciar y promover un uso seguro y responsable de la IA. Del mismo modo, utilizar la IA para mejorar la ciberseguridad y resiliencia de productos, servicios, sistemas y, por ende, de las empresas y la sociedad en general.

El quinto punto del decálogo se refiere a la necesidad de mitigar sesgos y discriminación en los conjuntos de datos utilizados para el entrenamiento de modelos y asegurar que la IA no perpetúe ni amplifique prejuicios existentes en la sociedad, combatiendo así las brechas sociales que puedan surgir derivadas del uso de la IA.

En sexto lugar insta a garantizar los derechos de propiedad intelectual en las nuevas situaciones creadas por la IA en esta materia (marcas, diseños, patentes o derechos de autor) y el séptimo punto a seguir desarrollando marcos legales y deontológicos específicos que definan claramente las obligaciones y responsabilidades de los desarrolladores, proveedores y usuarios en los sistemas que hagan uso de la IA.

Asimismo, apuesta por establecer protocolos en colaboración con la industria para el seguimiento y la revisión periódica de los avances de la IA, adaptándolos a los cambios normativos y legales, así como a las innovaciones y desarrollo de la tecnología.

También incide en que el uso de las tecnologías de IA debe evaluarse en función de su impacto en la "sostenibilidad", entendida como un concepto dinámico en constante evolución que incluya los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Finalmente, subraya que la participación de las partes interesadas a lo largo del ciclo de vida de los sistemas de IA es necesaria para el desarrollo de enfoques inclusivos de gobernanza involucrando a la sociedad divil en este proceso, por lo que defiende fomentar la colaboración entre expertos en IA, ética y otras disciplinas relevantes para abordar de manera integral los desafíos técnicos y sociales asociados con la IA.