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MACROHÓLDING TECNOLÓGICO SGAE, UN CHOLLO PARA DIRECTIVOS

MACROHÓLDING TECNOLÓGICO SGAE, UN CHOLLO PARA DIRECTIVOS


¿Recuerdan la película Cómo ser John Malkovich (Being John Malkovich)? Una empresa descubre que el sitio más barato para instalar sus oficinas sin renunciar a estar en un edificio céntrico es el espacio entre dos plantas, aunque alquilarlo suponga que sus empleados se pasen el día doblados por la mitad para no darse con el techo. Entre la sexta y la octava planta del número 36 de la Gran Vía madrileña deben estar experimentando algo similar, si no, es difícil explicarse cómo pueden convivir tantas empresas.

Ana Tudela - El Economista.- La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), conocida hoy más que nunca por la polémica sobre el canon digital que se quiere aplicar a dispositivos que reproducen contenidos protegidos por la ley intelectual (música, vídeo, etc.), ha creado un entramado de sociedades que compiten en su actividad con áreas económicas que poco tienen que ver con la gestión de derechos. Su estructura es mínima.

La Central Digital, que cuenta como activo principal con una plataforma de venta de contenidos en la Red; Portal Latino, tienda de música en Internet presentada públicamente como propia por la SGAE; Latinergy (web de música latina), Museekflazz (web de venta de contenidos de jazz), Egrem (de música cubana)... Todas ellas tienen en común el domicilio social y que, de una u otra forma, se prestan servicios entre sí. Pero no son las únicas que habitan en Gran Vía 36.

Hay vecinas que no cuelgan del árbol societario que en los últimos años ha ido creando SGAE y que sin embargo tienen nombres comunes entre sus administradores. Microgénesis y Coqnet, empresas dedicadas al asesoramiento y creación de negocios en Internet no entran en la estructura pero tienen un punto en común además del domicilio social: los directivos.

El nexo de unión es la Sociedad Digital de Autores y Editores, S.L., (SDAE) el brazo tecnológico de la propia SGAE. Sirva como detalle que esta filial, SDAE, es tan tecnológica que no tiene ni web en funcionamiento. Su dirección en Internet lleva meses devolviendo el mensaje 'En mantenimiento'.

El hólding tecnológico

fotografia sede SGAE La SGAE, la gestora de derechos de autor, no tiene ánimo de lucro, según sus estatutos, pero es propietaria al cien por cien de SDAE, antes una división de SGAE y hoy una sociedad limitada que debe el 99 por ciento de su facturación a la SGAE, según las propias cuentas anuales de SDAE presentadas ante el registro mercantil.

Tenga o no ánimo de lucro, SDAE siempre está en pérdidas. Tanto que en 2004 entró en quiebra técnica, según el informe de auditoría de aquel ejercicio, consultado por elEconomista. ¿Quién puede acudir en su ayuda? Su único accionista, la SGAE. Ésta, que cruza los dedos ante la palabra Internet cuando está en público por las descargas de contenidos mediante sistemas de compartición de archivos (eMule, Kazaa, etc.), lleva años preparándose para hacer negocio en la Red. Ha creado una sociedad tecnológica, portales de venta de contenidos, sistemas de protección de copia privada (DRM) listos para ser comercializados en otros países y lucrarse con ellos (Sistema Argos, por ejemplo).


logo de la SDAERecapitulando: De SGAE, la gestora, cuelga SDAE, la filial tecnológica; que es propietaria de Portalatino, la página de venta de música; que es a su vez propietario de los derechos de explotación de La Central Digital, la plataforma de software para venta de contenidos on line; que es a su vez quien da servicio a las webs de música especializada Latinergy, Museekflazz y Egrem.

Con toda esta actividad, si se suman las pérdidas anuales que acumuló la empresa cabecera de todo ese negocio, SDAE, entre 2000 y 2005, ambos incluidos, se obtienen casi 7 millones de euros.

Una de las causas que influyen es que, en el año 2003, SGAE decidió empezar a transferir todos sus activos tecnológicos a SDAE a través de ampliaciones de capital no dinerarias. SGAE, como accionista único, suscribía la ampliación pero lo que aportaba eran los activos (software y hardware). Las amortizaciones (resta periódica de la pérdida de valor en el tiempo de los activos de una sociedad), a las que debe hacer frente SDAE desde entonces, son uno de sus lastres.

No es de extrañar cuando se ven inversiones en aplicaciones informáticas por parte de SDAE del calibre de las que figuran en las cuentas de 2005: 7,68 millones de euros.

Fundaciones y Sociedades relacionadas con la SGAE

¿Quién factura aquí?

Pero esto sólo es un apunte contable. El gran problema de SDAE es que sus actividades se difuminan con las de una de esas sociedades que no cuelga del árbol societario creado por SGAE.

Logo MicrogenesisSi SDAE presenta Portalatino como su tienda de música en Internet, quien está detrás gestionándolo es Microgénesis. Si anuncia el lanzamiento de la web musical Latinergy, quien está detrás es Microgénesis. En la propia web de estas empresas, en la zona de Aviso Legal, se reconoce como responsable de las actividades.

SDAE sufre en sus cuentas importantes gastos de explotación en servicios exteriores (661.466 euros en 2003, 407.369 euros en 2004, 508.643 euros en 2005) y lo que sorprende aún más es que casi todas sus relaciones con otras compañías coinciden con las empresas de Gran Vía, 36 que, a su vez, se facturan servicios las unas a las otras.

Por ejemplo: Microgénesis, además de gestionar las webs de música Latinergy, Museekflazz y Egrem, es quien les gestiona los dominios en Internet (es decir, las direcciones .com y .es). La Central Digital no utiliza a Microgénesis para la gestión de sus dominios pero sí a otra compañera de piso: Coqnet.

Para que se hagan una idea. Cuando se llama a Microgénesis (hecho comprobado ayer por este periódico) contesta gente de Coqnet.

¿Qué relación tiene La Central Digital con las demás? Que es la proveedora de la plataforma digital de venta de contenidos por Internet de Latinergy, Museekflazz y Egrem. Tampoco es que se haya roto la cabeza para diseñarles las páginas. Si acceden a cualquiera de ellas podrán comprobar que son la misma web con diferente color. En dos de ellas, de hecho, ni siquiera funcionan los enlaces.

¿A quién pertenece La Central Digital? A Portalatino S.L., cuyos dominios también son gestionados por Microgénesis.


Jose Neri, SDAEJosé Neri, la coincidencia

¿Empiezan a marearse? Pues agárrense que vienen curvas. El presidente de Microgénesis hasta el año 2000, unos meses después de que se constituyese la SDAE, era José Luis Rodríguez Neri.

¿Y quién es este nuevo nombre en la madeja? Rodríguez Neri es el consejero director general de SDAE, la tecnológica de SGAE. Lo de la técnica le viene de largo a Neri. Aunque se presenta como autor y compositor musical, dirigió el departamento de I+D de la SGAE entre 1996 y 1999. Visionario de su tiempo, Neri compatibilizó ese periodo con la presidencia y dirección general de Microgénesis.

En los registros de dominios en Internet, Rodríguez Neri aparece como el contacto administrativo de Latinergy y Museekflazz. Otro nombre que se repite una y otra vez es el de Andrés Collado, quien tan pronto figura como contacto técnico para el dominio (La Central Digital, Portalatino, Latinergy...) como aparece como responsable de la gestión del fichero de clientes.

Y para rizar el rizo un poco más, el mismo Neri figura en las cuentas de 2005 de SDAE como presidente de Argos, la sociedad creada para diseñar un sistema de DRM de protección de copia privada; como consejero delegado de Portalatino; como responsable de I+D de SGAE y como responsable de Servicios y diseño de nuevas tecnologías para autores.

No es de extrañar que necesite que todo esté en la misma dirección para compatibilizar tanto cargo. Quizás por eso ayer, cuando este periódico llamó al teléfono de Microgénesis y preguntó por él, intentaron pasarnos con su despacho, algo de lo que pronto se arrepintieron cuando medió la identificación como periodistas. Quién sí llamó para interesarse del motivo de nuestra llamada fue una de las personas que aparecen como contacto administrativo de Coqnet. Una vez les fue explicado el motivo de este artículo no volvieron a contactar con la redactora del mismo.

Si ya les empieza a faltar espacio en las dos plantas de Gran Vía, no se pierdan la dirección que todas ellas facilitan como contacto del administrador del dominio, técnico y de facturación de la dirección que no es española (.es), es decir el puntocom: un buzón postal, el 5121, de Riverside (California).

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