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Buelles quiere teléfono fijo


Los vecinos de la localidad peñamellerana de Buelles tienen un gran problema que va camino de convertirse en eterno. Carecen de telefonía por hilos desde hace 32 años y están conectados con el resto de la civilización por medio del track, un emisor que da cobertura a través de la línea de móviles, considerada como línea fija, pero que suele funcionar «de auténtica pena». En consecuencia, no tienen línea ADSL; carecen de conexión a Internet; no pueden enviar ni recibir correos electrónicos y ni siquiera les permite cobrar una factura con una tarjeta de crédito.

GUILLERMO F. BUERGO | PANES. / EL COMERCIO.ES.- Y Buelles no es un pueblo cualquiera. Se trata del asentamiento peñamellerano que ha experimentado mayor crecimiento en los diez últimos años, periodo en el que se levantaron «21 viviendas unifamiliares». En la actualidad, se ubican allí doce casas rurales, dos estabulaciones, un restaurante, una quesería, una carpintería, una funeraria, una estación meteorológica y un servicio de ambulancias.

Y lo peor es que los vecinos no saben a quién dirigirse para solucionar tan tremendo problema. Si llaman al 1004 y «decimos que queremos contratar Internet, te adjudican el servicio en el acto». Sin embargo, «a los pocos días acude un técnico y dice que en Buelles es imposible porque dependemos del famoso track», según explica el carpintero Ángel Echave Cotera, quien comenta que «estoy gastando 200 euros al mes en el teléfono móvil cuando podría solucionarlo con 40 y mejores servicios». Su primo, Luis Echave Fernández, gerente de una funeraria, necesita Internet para realizar «gestiones administrativas, recibir y enviar correos electrónicos y contactar con los periódicos para remitir las esquelas». Y todas esas operaciones tiene que realizarlas cerrando la oficina y «viajando hasta Panes, de prisa y corriendo».

En parecidas circunstancias se encuentra María Teresa Mira Alzola, madre de dos estudiantes de 15 y 18 años. Los chavales tienen que realizar en casa «trabajos escolares para los que se necesita acceso a Internet y tenemos que desplazarnos al telecentro de Unquera, a 10 kilómetros, que no siempre está abierto y, además, hay que pagar por imprimir textos». En idéntica situación vive Francisco Morán, conductor de una ambulancia y padre de dos niños que estudian Primaria. En cada casa y en cada familia se vive el mismo problema.

«Fijar población»

Los vecinos dicen que «nos reímos» al escuchar a los políticos expresar que pretenden «fijar población en el entorno rural». Los habitantes de Buelles opinan que «hay tribus en el África profunda con mejores accesos a la comunicación que nosotros» y sostienen que «bastantes asturianos del siglo XIX disfrutaban de mejores servicios telefónicos que aquí y ahora». En realidad, al ser consultados, los diferentes operadores de telefonía se escudan en que «están pendientes de realizar un estudio técnico-económico. Con eso nos ahuyentan y luego se olvidan». El lugareño Pepe Díaz está convencido de que lo único que buscan es «aprovecharse de ayudas y subvenciones que les pueda otorgar el Principado».

Pero lo más grave es que en las fincas de Buelles continúan plantados los postes que «llevan el hilo del teléfono y la fibra óptica hacia Potes». En el pueblo hay «25 vecinos interesados en conectarse a esa línea telefónica y 21 de ellos quieren contratar Internet». Los que actualmente residen en Buelles están «hartos de tanta verborrea» y quieren mandar un mensaje a quien tenga la obligación de recogerlo: «No estamos en una braña perdida, somos un pueblo con mucha actividad y gente joven. Para fijar población sólo pedimos que nos otorguen los mismos derechos que al resto de los asturianos, porque un teléfono, en 2012, no es un lujo ni una comodidad, es un derecho»