Game Boy: "el ladrillo" que luchó por convertirse en un fenómeno
El pequeño prodigio de Nintendo y Gunpei Yokkoi
Game Boy debutó en el mercado japonés el 21 de abril de 1989. Fue la apuesta de Nintendo por renovar su anterior lÃnea de consolas portátiles: Game & Watch. En Kyoto lo tenÃan claro: habÃa que dar un salto adelante y pasar de un sistema que sólo permitÃa cargar uno o dos juegos integrados a poder hacerlo de forma externa a través de unos rudimentarios cartuchos de escasa memoria.
El salto fue grande y pasamos de una pantalla que ya precargaba todos los gráficos en la pantalla a una pequeña bestia con una CPU personalizada para Nintendo y creada por Sharp: un núcleo a 4.19 MHz y 8kB de S-RAM que se podÃan extender, ojo, hasta los 32 kB. Cifras de risa hoy en dÃa pero que en su época eran todo un avance teniendo en cuentas las dimensiones de esta máquina.
Gunpei Yokoi, diseñador de Nintendo, logró diseñar por fuera una de las consolas más reconocidas en todo el mundo y que hoy en dÃa sigue sirviendo como referencia para identificar a los sistemas portátiles. Era gorda, bastante además, y es que esas cuatro pilas AA que garantizaban más de quince horas de juego bien lo valÃan, hoy por supuesto serÃa imperdonable semejante bicho.
Su pantalla tampoco era una maravilla pero sà que era un avance muy importante respecto a la anterior generación de consolas portátiles: una paleta de 2bits capaz de mostrar cuatro sombras de gris en una resolución de 160×144 pÃxeles. Todo ello sin olvidar que se trataba de una pantalla sin retroiluminación y con una cantidad de reflejos bastante generosa.
Fue un avance muy importante en el mundo de las consolas portátiles pero rápido le cogieron la delantera, en términos de hardware, otras consolas como Sega Game Gear. Una consola que no sólo tenÃa pantalla a color (160×144 pÃxeles pero con 32 colores y un tamaño de 3,2 pulgadas) sino que incluso sintonizaba la televisión con un accesorio adicional. De juegos tampoco iba mal, su catálogo supera la cifra de los 300.
Atari Lynx también era superior en el apartado técnico, también la TurboExpress de NEC. Entonces ¿cómo a pesar de ser la portátil menos potente de su generación fue capaz de vender más de 118 millones de consolas a lo largo de del mundo? La historia es interesante y nos viene a demostrar que más potencia no siempre se traduce en ser el ganador en una categorÃa.
Era un ladrillo, sÃ, pero entraba en el bolsillo y la baterÃa duraba
Por muy irónico que parezca, una de las razones por las que la GameBoy color triunfó fue su tamaño. Era grande, era pesada y su pantalla era pequeña. ParecÃa condenada al fracaso pero hubo cosas que hizo muy bien y le sirvió para llevarse el gato al agua. Lo primero de todo era el hecho de ser una portátil que se podÃa llevar encima.
Es cierto que sus 90×148×32mm no eran precisamente finos y que para sostener esos 394 gramos durante horas hacÃa falta unos buenos brazos. Aún con eso, era bastante portátil. Las otras también, claro, pero ¿merecÃa la pena cargar con un un trasto bastante aparatoso y pesado si la baterÃa duraba un suspiro? La verdad es que no y ahà la competencia de Nintendo falló.
Game Gear aguantaba cuatro horas de milagro, Lynx y TurboExpress algo más pero es que con sus pilas AA superábamos las diez horas sin despeinarnos. Es cierto que la pantalla era más sencilla pero no nos engañemos: la gente querÃa algo con lo que poder entretenerse fuera de caso, no lo más puntero del mercado que por aquel entonces (en consolas) era un pulso intenso entre Sega Megadrive y Super Nintendo.
El precio también ayudó a que Nintendo se posicionara con fuerza en el mercado: su precio de salida fue de 89.99 dólares. Game Gear subÃa a los 149.99 dólares (el sintonizador de televisión accesorio valÃa más que la consola por cierto), Lynx era más cara todavÃa (179.99 dólares, más tarde se vio obligada a venderla “pelada” por 99.99 para competir con Game Boy).
Todo esto fue importante para que la balanza se decantara a favor del pequeño ladrillo de Nintendo. Sin embargo, no sólo fue un icono de los 90 también fue una consola que sentó las bases de los videojuegos portátiles y es que su catálogo nos dejó auténticas joyas.
Sus juegos: explotando al máximo la paleta de cuatro tonos de gris
Parece mentira, a dÃa de hoy, que con sólo cuatro colores se puedan hacer tantos juegos. De hecho, todavÃa hay desarrolladores que tiran de la verdosa estética de Game Boy para lanzar juegos nuevos. Al caso, el catálogo de la portátil de Nintendo no fue sólo muy extenso, 716 oficialmente, sino que contaba con tÃtulos que fueron capaces de fundir un montón de baterÃas por todo el mundo.
El más conocido, a pesar de ser una reedición, fue Tetris. No era nuevo, todos le conocÃan pero el poder jugar al juego de puzzles más famoso de la historia en cualquier lugar fue un momento de éxtasis para muchos jugones. No fue el único el lograr rozar semejante grado de excitación.
Super Mario Land, Bionic Commando, Castlevania II, Donkey Kong Land, Duck Tales, KirbyÂ’s Dream Land, The Legend of Zelda: The LinkÂ’s AwakeningÂ… La lista es interminable y algunos de sus últimos juegos (rozando el año 2000) fueron demoledores. ¿De quién hablo? De Pokémon, por supuesto. A dÃa de hoy parece mentira que en esa consola tan limitada se pudiera jugar algo de esas caracterÃsticas.
En lo personal, reconozco que me enganché durante muchÃsimas horas a un montón de estos juegos. Me sirvió para descubrir la gula de Kirby, la isla de Koholint en el universo de Zelda. Me hice con todos los pokémon varias veces y cada partida a Megaman II fue toda una aventura. También usé unos cuantos accesorios, como el cable de datos para clonarnos ese Mew que consiguió el primo de un amigo y que al final todos los chavales del barrio tenÃamos.
También tuvo algún que otro descalabro pero el catálogo es sin duda uno de los más completos y variados. Por desgracia, no todo llegó a Europa pero lo más destacado si que tuvimos oportunidad de probarlo. Resulta interesante ver que además la trayectoria fue muy larga para ser una consola: desde 1989 hasta el año 2001. Doce años, algo menos de la mitad de lo que celebramos hoy.
Su legado: Game Boy Color y las que vinieron después
Otras de las curiosidades de Game Boy fue todas las reediciones que tuvo. La más destacada quizá fue Pocket: una reducción de tamaño y dimensiones bastante considerable. Con dos pilas triple A podÃamos disfrutar de muchÃsimas horas de juego. Además, vino en un montón de colores.
El formato clásico también tuvo unas cuantas ediciones, como aquellas transparente que sólo llegó a unos cuantos afortunados. Con el modelo Light se introdujo la retroiluminación, pero por desgracia nunca llegó a salir de Japón. Nos tuvimos que consolar con aquella lupa que integraba una luz. ¿Os acordáis?
Game Boy, la original, dio paso a su hermana de color que nos permitÃa disfrutar de un grupo exclusivo de juegos con tonos y matices vibrantes. Mientras, podÃamos seguir disfrutando del resto con una especie de pantalla teñida que daba algo más de vida a tanto juego en blanco y negro.
Las siguientes ya las conocéis y las tenéis más recientes: Game Boy Advance, DS, 3DS… Nintendo le cogió el truco a las consolas portátiles y aunque algunas no vendieron tan bien si que ha tenido grandes éxitos. La generación actual, 3DS, ya va por más de los 40 millones de consolas pero con el problema de vivir con demasiada dependencia de Nintendo ante la falta de interés de los desarrolladores.
Mientras, celebremos con nostalgia recordando todos aquellos momentos que nos dio este fenomenal ladrillo: sus juegos, los accesorios, el ritual de soplar el cartucho cuando no funcionaba bien. La luz avisándonos de que las pilas estaban a punto de morir. Las partidas en el autobús, compartiendo la consola con amigos y familiares. Te has ganado un hueco muy especial en la historia de los videojuegos.