1998-2003: La Ciberrevolución.
Los internautas del mundo se multiplican por seis - La memoria que tenía hace cinco años un PC la lleva hoy una agenda de bolsillo - Del 'boom' al 'plaf' de la economía puntocom - La industria del juego factura más que el cine - Nadie previó el éxito de los SMS ni el fracaso del UMTS - Las ONG y la educación sacan partido de la globalización
R. C. - CIBERPAÍS 13-03-2003
Del PC de 32 megas de memoria al de los 512 megas; del portátil de cuatro kilos al de tres; de la agenda electrónica en blanco y negro a la de color; de la impresora a 8 páginas por minuto, a la que imprime el doble a mitad de precio; de la grabadora de CD a la grabadora de DVD, del chip Pentium II al chip Pentium IV.
Del sistema operativo Windows 98 al Windows XP, del navegador Netscape al Explorer; de la consola Dreamcast a la Playstation 2.
De 134 millones de mensajes cortos en España a 13.640 millones el último año; del móvil de 200 gramos al que sólo pesa 84. De la pantalla tubo, a la pantalla plana.
Del disco virgen a dos euros, al DVD; del escáner a 400 puntos por pulgada, a uno con el triple de resolución y cuatro veces más barato.
De la cámara digital con disquete, a las de memoria; de resoluciones promedio de 0,8 megapíxeles a 4 megapíxeles de media.
De una acción de Yahoo! a 260 dólares a la de 19 dólares del símbolo viviente (ha habido muchas defunciones por el camino) de la economía puntocom y de Internet. Pero para qué irnos tan lejos: de una acción de Terra a 140 euros, a otra de 4,12.
Del boom, que alcanzó su cénit en marzo de 2000, al plaf total que aún hoy colea y arrastra a todo el mundo económico.
De las 25.000 páginas indexadas por Google en 1998 (enhorabuena también, por tu cumple), a los 3.000 millones de hoy.
De los 500 polígonos que tenía la heroína Lara Croft a los 5.000 que exhibe ahora.
Del teléfono móvil para hablar, al móvil para mandar fotos. De las ONG con pancartas, a las ONG con Internet. De la brecha analógica a la brecha digital.
De las familias unidas alrededor de una tele, a las familias que juegan alrededor de una videoconsola.
Del nacimiento y muerte de Napster, al triunfo absoluto del intercambio de archivos digitales.
De la mayoría de internautas de Estados Unidos, a la mayoría que no lo son; de la mayoría de páginas escritas en inglés, al 40%.
Del disquete a la tarjeta de memoria; de la cinta de vídeo al DVD que puede sustituir también al CD al que algunos no le dan otro quinquenio de vida.
De cuando el mundo tenía 180 millones de internautas a un mundo con 600 millones, casi el doble de los previstos por los más optimistas. Del grisáceo ordenador, al colorido translúcido de los iMac de Apple. De la lucha por la tarifa plana a la llegada del ADSL. De la inútil conexión rural TRAC, a la conexión sin hilos.
De la bonanza económica de las telefónicas de Europa a una deuda de 250.000 millones de euros por culpa del humo UMTS, que algún día llegará.
Del WAP que no fue, al SMS que sí. Del engorroso enchufe SCSI a la maravillosa simplicidad del USB. Del Tamagochi al Pokémon.
Todo ocurrió, dicen, en sólo cinco años. Pero como señalan los tecnoclásicos, en Internet los años no son de humanos, sino de perro. Cada año de vida, vale por siete. Pues parece que sí.
En este quinto aniversario de Ciberp@ís / repasamos algunos de los cambios más notables que se han vivido desde 1998.
Del PC de 32 megas de memoria al de los 512 megas; del portátil de cuatro kilos al de tres; de la agenda electrónica en blanco y negro a la de color; de la impresora a 8 páginas por minuto, a la que imprime el doble a mitad de precio; de la grabadora de CD a la grabadora de DVD, del chip Pentium II al chip Pentium IV.
Del sistema operativo Windows 98 al Windows XP, del navegador Netscape al Explorer; de la consola Dreamcast a la Playstation 2.
De 134 millones de mensajes cortos en España a 13.640 millones el último año; del móvil de 200 gramos al que sólo pesa 84. De la pantalla tubo, a la pantalla plana.
Del disco virgen a dos euros, al DVD; del escáner a 400 puntos por pulgada, a uno con el triple de resolución y cuatro veces más barato.
De la cámara digital con disquete, a las de memoria; de resoluciones promedio de 0,8 megapíxeles a 4 megapíxeles de media.
De una acción de Yahoo! a 260 dólares a la de 19 dólares del símbolo viviente (ha habido muchas defunciones por el camino) de la economía puntocom y de Internet. Pero para qué irnos tan lejos: de una acción de Terra a 140 euros, a otra de 4,12.
Del boom, que alcanzó su cénit en marzo de 2000, al plaf total que aún hoy colea y arrastra a todo el mundo económico.
De las 25.000 páginas indexadas por Google en 1998 (enhorabuena también, por tu cumple), a los 3.000 millones de hoy.
De los 500 polígonos que tenía la heroína Lara Croft a los 5.000 que exhibe ahora.
Del teléfono móvil para hablar, al móvil para mandar fotos. De las ONG con pancartas, a las ONG con Internet. De la brecha analógica a la brecha digital.
De las familias unidas alrededor de una tele, a las familias que juegan alrededor de una videoconsola.
Del nacimiento y muerte de Napster, al triunfo absoluto del intercambio de archivos digitales.
De la mayoría de internautas de Estados Unidos, a la mayoría que no lo son; de la mayoría de páginas escritas en inglés, al 40%.
Del disquete a la tarjeta de memoria; de la cinta de vídeo al DVD que puede sustituir también al CD al que algunos no le dan otro quinquenio de vida.
De cuando el mundo tenía 180 millones de internautas a un mundo con 600 millones, casi el doble de los previstos por los más optimistas. Del grisáceo ordenador, al colorido translúcido de los iMac de Apple. De la lucha por la tarifa plana a la llegada del ADSL. De la inútil conexión rural TRAC, a la conexión sin hilos.
De la bonanza económica de las telefónicas de Europa a una deuda de 250.000 millones de euros por culpa del humo UMTS, que algún día llegará.
Del WAP que no fue, al SMS que sí. Del engorroso enchufe SCSI a la maravillosa simplicidad del USB. Del Tamagochi al Pokémon.
Todo ocurrió, dicen, en sólo cinco años. Pero como señalan los tecnoclásicos, en Internet los años no son de humanos, sino de perro. Cada año de vida, vale por siete. Pues parece que sí.
En este quinto aniversario de Ciberp@ís / repasamos algunos de los cambios más notables que se han vivido desde 1998.