La agencia lo ha visto como una oportunidad, un canal más para poder espiar utilizando hasta canales de voz y vídeo gracias a las capacidades de los juegos. Y resulta que se han apuntado tantos grupos que incluso se tienen que poner de acuerdo entre ellos para que los espías no sean espiados.
Como era de esperar, desde los creadores de los juegos no se sabía nada. Blizzard ha negado haber acordado nada con la NSA, y si la NSA ha espiado a los jugadores de World of Warcraft lo ha hecho sin el consentimiento de sus responsables. Microsoft y Second Life todavía no se han pronunciado al respecto, y las agencias NSA y GCHQ tampoco han querido declarar.
Este espionaje en las redes de juego, según el informe, ha tenido sus recompensas: se han destapado terroristas de Al-Qaeda, hackers chinos, un científico nuclear iraní, miembros de Hizballah y Hamas pero nadie puede garantizar las máquinas origen o los autores de esas conversaciones y el precio de descubrirlas es la privacidad de todo el mundo. Lo que sí se ha destapado más eficientemente son redes de clonación de tarjetas gracias gracias a la colaboración de algunos avatares virtuales de Second Life.
Desde luego, la carta que han enviado las principales empresas tecnológicas esta mañana se está justificando cada vez más. No hay ningún tipo de red o comunidad que se libre del gran hermano que está siendo esta agencia, y de momento no parece que vayan a haber cambios importantes a la larga. Al final tendremos que ser nosotros los que cifremos nuestro tráfico
Vía | The Guardian > New York Times
Imágenes | torley, RAFWET Jewell
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