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comunicado de la eff

Las enmiendas al copyright español chantajearán a los sitios de noticias y censurarán la red


Cuando el cambio tecnológico perturba a las industrias, éstas pueden responder de dos formas. La primera, adaptándose a ese cambio desarrollando productos innovadores, incluso si ésto significa canibalizar sus productos más antiguos. Este cambio de la industria topográfica de producir callejeros impresos a proporcionar datos para dispositivos GPS es un buen ejemplo. Esto no significa necesariamente que las compañías individuales sobrevivieran a este cambio, sino que la industria como conjunto -y los consumidores- se encuentran en mejores condiciones por haber cambiado de unos modelos de negocio establecidos a abrazar nuevas posibilidades tecnológicas.




Una segunda forma en que las industrias pueden responder al cambio tecnológico es demandando a aquellos a quienes ven como responsables de haber perturbado sus antiguos modelos de negocio, o bien haciendo lobby en pro de unas leyes proteccionistas que les apoyen en un quijotesco intento de contener la ola tecnológica. Ejemplos de esta segunda aproximación al cambio incluyen la funesta guerra de la industria musical contra la compartición P2P, y el lobby de los cárteles del taxi en favor de nuevas leyes que hagan imposible que nuevas compañías para compartir viaje compitan con ellos.

¿Adivinas cuál de estas dos opciones han elegido los editores de noticias europeos?

La "Tasa Google" Ya hemos informado previamente de cómo los editores de noticias en Alemania e Irlanda han exigido que Google pague royalties por la reproducción de extractos de noticias y de miniaturas de imágenes junto a los resultados de las búsquedas en su producto Google News. En Francia y Belgica los editores llevaron esta exigencia a los tribunales, que acabó en un acuerdo final con Google, mientras que en Alemania los legisladores cedieron de manera imprudente y aprobaron una legislación en 2013 para conceder derechos especiales similares al copyright en los extractos de noticias, como los editores habían exigido. Para ilustrar ese sin sentido, a continuación Google "vio" el farol de los editores alemanes e igualó la apuesta reemplazando sus extractos de noticias con simples hipervínculos en lugar de pagar los royalties que exigían los editores, mientras que los confundidos editores veían desplomarse sus estadísticas de tráfico. En una marcha atrás humillante de la que informamos esta semana, los editores han vuelto como pordioseros a Google suplicando que reindexen sus contenidos, extractos y lo demás. La semana pasada, España aprobó una enmienda similar a su propia ley del copyright, pero con un asqueroso giro -no sólo se prohibe a los agregadores de noticias que incluyan extractos sin pagar, sino que este derecho se convierte en irrenunciable. Eso significa que se prohíbe a los agregadores negociar con los editores la condonación del pago, como sucede en el resto de Europa. Esto también frustraría de inmediato los intentos de cualquier editor de liberar su obra bajo una licencia Creative Commons o cualquier otra licencia de uso libre de royalties.

La criminalización de las páginas web

La misma ley española (aquí en PDF) provoca otros cambios adversos y de cortas miras en la ley del copyright, doblegándose a la presión lobbista de los grandes propietarios de contenidos. La peor de estas otras medidas es la criminalización de hospedar una web que simplemente enlaza a contenidos presuntamente infractores, exponiéndoles a gigantescas multas de hasta 600,000 euros. La responsabilidad se tiene tan pronto como el propietario ha sido notificado por e-mail de la supuesta infracción y no responde auto-censurando el contenido presuntamente infractor. Incluso los sitios sin ánimo de lucro se exponen a responsabilidades si incluyen publicidad para sufragar los gastos de la web. Esta disposición está en contra de un reciente juicio de la Corte Europea de Justicia que dictamina que los enlaces no son una reproducción de las obras protegidas por copyright a las cuales enlazan.

La ley también se dirige contra las empresas que se anuncien en dichos sitios web, así como a aquellas que proporcionan servicios de pago, y autoriza a la autoridad de dominios de España a cancelar cualquier dominio ".es" bajo el que se alojen. (Es una lástima que los legisladores españoles den aparentemente tan poca importancia a Google News, porque de otra forma habrían leído extractos de noticias sobre un par de funestos proyectos de ley conocidos como SOPA y PIPA que incluían medidas de censura de Internet similares) En conjunto, estas disposiciones amenazarán seriamente la libertad de expresión online, creando una potencial nube de responsabilidades sobre los responsables de las páginas web y los intermediarios que les asisten. Más que que reducir la diseminación de contenido infractor del copyright, su único efecto más probable será el de sacar los sitios web españoles al extranjero, a entornos legalmente menos hostiles.Desgraciadamente, es posible que sea muy tarde ahora para hacer algo sobre esta funesta ley -esta previsto que entre en vigor en enero de 2015. Es un timing especialmente malo, ya que la Comisión Europea se encuentra en medio de la redacción de una nueva Directiva que modernice la ley europea del copyright, que se presume será aprobada durante el mismo año. Mientras que la nueva directiva puede (sólo podemos esperarlo) incluir limitaciones y excepciones que liberalicen el copyright, la reforma española a su ley del copyright va precisamente en la dirección contraria.

No hay duda de que el cambio tecnológico ha golpeado a los editores de prensa así como a otros propietarios del copyright. Pero una ley retrógrada que penalice a los innovadores y amenace la libertad de expresión en Internet no es la solución.

Este artículo es una traducción del inglés del artículo original de Jeremy Malcolm en la web de la Electronic Frontier Foundation

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