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Moto G 2014, Motorola en la búsqueda del mejor smartphone en calidad/precio


A la hora de valorar un smartphone además de especificaciones y diseño hay una variable muy atractiva pero a la vez esquiva: la relación calidad precio. Y cada día se tiene más en cuenta.





Juan Carlos Xataca.com.- En Xataka Android hemos analizado recientemente el nuevo Motorola Moto G. Un terminal que lucha por convertirse en una referencia a la hora de equilibrar esa balanza entre precio y calidad.

El año pasado demostró poner a la misma altura ambas variables con bastante acierto y esta vez, menos de doce meses después, quiere redondear su apuesta y ser el mejor en esta difícil categoría.

Una relación entre dos variables esquivas

Vivimos un momento donde los smartphones más valorados son los modelos tope de gama. No solo porque llevan la tecnología más puntera, son también quienes dan prestigio a cada compañía.

Diseños y propuestas diferenciadoras donde cada empresa pone su sello personal. Muchos núcleos, más píxeles y una guerra muy intensa por ver quién es el mejor.

Casi todas las compañías punteras de telefonía móvil tienen lo que muchas veces hemos denominado como buque insignia. Un caballo ganador, un campeón que lidera a otros terminales más modestos. Un coloso que lucha contra otros de su mismo tamaño para hacerse un hueco y entre esa disputa entre Goliats se cuela un David no tanto por pequeño sino por modesto. Motorola.

Aunque este año el Motorola Moto X busca más protagonismo, no cabe duda de que el líder de este grupo es el Moto G.

Un terminal modesto pero potente que no busca pelear por el trono de la gama alta sino crearse un nombre en un circuito más modesto en el que han desfilado todo tipo de modelos y donde ninguno ha brillado con más luz que la de los escaparates que los han ensalzado con ofertas de teleoperadoras y promociones varias.

Un trono que estaba ahí pero nadie ha logrado hacerse con él ante una marea de terminales homogéneos donde el factor diferencial se pierde en la abundancia y otros factores que pesan más como el precio. Su guerra es la de ofrecer los servicios básicos con ciertas garantías, más la de que no lo acabemos estrellando contra el suelo por la mala experiencia que ofrezca.

Motorola ha estudiado a sus rivales y lejos de sacar “uno más” decidió diferenciarse con algunos elementos de mucho valor. Por un lado la frecuencia de las actualizaciones, gran olvidado en esta gama. Han decidido comprometerse con sus usuarios y no dejarles a su suerte tras comprarlo. La garantía no solo pasa por el servicio técnico, también por el soporte.

Su estrategia es clara: ofrecer un móvil fiable sin que el usuario tenga que hacer grandes sacrificios. Los artificios en la capa de software no son bienvenidos porque lo que importa es que el teléfono siempre esté actualizado. No han hecho una fuerte inversión empapelando ciudades para contar las virtudes de su producto, han confiado en el boca oído (en España Motorola siempre ha tenido buena reputación) y los esfuerzos de marketing han ido más orientados a mercados emergentes.

Prometieron actualizaciones y así lo han hecho. Todos sus móviles cuentan con KitKat y lo más probable es que veamos casi, sino toda, su gama con Android L antes de que acabe el año. Pocos pueden decir ésto y a veces, aunque haya compromiso, hay un factor a tener en cuenta: el procesador.

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Lo normal en esta gama de móviles es ver terminales con procesadores de Mediatek. Cumplen con su cometido, son eficientes y para un uso básico son suficientes. Motorola no quería quedarse ahí y decidió apostar por Qualcomm y una gama de chips menos conocida ya que los más populares son los que copan la gama alta (800, 801, 805…)

Su corazón fue el Snapdragon 400 y les fue bien, tanto en la generación anterior como en la actual. Los benchmark así lo dicen como hemos visto en unos cuantos análisis: marcan la diferencia. Como prueba de ello la siguiente comparación:


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