La compañía pasa así de la cifra negativa de 2,5 millones alcanzada en el primer trimestre de 2002, a los 0,9 millones de euros positivos alcanzados a cierre del segundo trimestre. Esta noticia no ha impedido que la compañía haya decidido llevar a cabo un reajuste de su plantilla en los próximos dos años, que afectará hasta 450 empleados.
Ono, que lleva operando desde hace cuatro años, tiene desplegada el 80% de su red de fibra óptica y cuenta con 408.000 clientes, alrededor de 760.000 servicios contratados y con unos ingresos anuales de casi de 250 millones de euros, con un margen del 63%. Por su parte, los ingresos del segundo trimestre de 2002 ascendieron a 60,3 millones de euros, lo que representa un 10% más respecto al trimestre anterior. Una vez presentadas estas cifras, fue el propio Richard Alden, consejero delegado de la compañía quién insistió en que, a partir de estos momentos, ONO acomete una nueva fase de su plan de negocio cuyo denominador común será fundamentalmente una reducción sustancial de los costes operativos. La rapidez con que la compañía ha desplegado su red de fibra óptica, así como la situación actual de incertidumbre que viven los mercados financieros, son los dos factores principales que han empujado a la compañía a su entrada en la nueva etapa, según dijo Alden.