Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


La idiotización de la sociedad occidental


idiotizacion por redes sociales
La palabra «idiota» tiene una etimología sumamente interesante: proviene originalmente del término griego δι?της (idi?t?s), persona privada, individuo o ciudadano privado (en contraposición al estado), frente a alguien que ostenta un cargo público.




Enrique Dans - En sus acepciones adicionales como persona común o persona carente de habilidades profesionales (que recibían términos más específicos), la palabra evoluciona para identificarse con ignorante, y llega al latín ya con acepciones como persona sin educación o iletrado, para llegar al francés con el significado adicional de estúpido, y al inglés con el de mentalmente deficiente, ya en torno al siglo XIV.

El hecho de que una compañía china diseñe una herramienta provista de un algoritmo capaz de convertir prácticamente en adictos a unos usuarios que se pasan varias horas al día haciendo scroll con el dedo de vídeo corto en vídeo corto, y que, además, la utilice de una forma marcadamente diferente en su país, en el que florecen los contenidos educativos y donde los jóvenes tienen rígidamente limitado su uso a 40 minutos al día, y de otra completamente diferente e ilimitada fuera del mismo, debería llevarnos a pensar. Sobre todo si hablamos de un país que se considera históricamente perjudicado por Occidente por un episodio concreto, las llamadas guerras del Opio, ocurrido durante lo que denominan «el siglo de la humillación«, y en el que se les obligó a a aceptar un comercio de opio por parte de potencias extranjeras que claramente idiotizaba y privaba de voluntad a muchos de sus habitantes.

No, esto no es una teoría de la conspiración más: es Historia. Se mire por donde se mire, ByteDance no es simplemente una compañía china de social media, sino una herramienta del gobierno chino para ganar control e influencia en Occidente. La separación entre el producto en China (Douyin) y el occidental (TikTok), los rígidos controles diseñados para evitar el daño a los jóvenes chinos, o la obsesión con convertirse en prácticamente un motor de búsqueda y un suministrador de noticias y de desinformación para determinados segmentos de la población ha llevado a que varios países o estados hayan investigado a la compañía o directamente hayan prohibido su uso en dispositivos estatales o militares.

¿Qué tiene TikTok que otras redes no tienen? Simplemente, un algoritmo que utiliza machine learning para conseguir enganchar a sus usuarios con contenidos que los mantengan más y más tiempo delante de la pantalla. Un método que se ha probado enormemente eficiente, y que ahora tratan de imitar más y más redes: predecir los vídeos que van a alimentar el interés de un usuario para que siga haciendo scroll de manera interminable, para que pase una buena parte de su tiempo sin hacer otra cosa, y para que crea que lo que está haciendo, en realidad, es enterarse de las noticias o alimentarse de información útil cuando en realidad está meramente idiotizándose, perdiendo el tiempo, e interactuando con otros grupos de personas tan idiotizadas como ellos.

El machine learning, puesto al servicio de la distracción. Si además lo combinamos con la geolocalización y la caracterización del usuario, tenemos un arma perfecta para influenciar a Occidente, que además, como en el caso del opio, se resistirá a prohibirla para no afrontar las iras de sus usuarios. El resultado es claro: un arma de idiotización masiva para socavar a la sociedad occidental desde sus generaciones más jóvenes, para controlar lo que leen, los mensajes que les llegan, y las actitudes que mantienen con respecto a todos los temas, mientras sueñan con dar un día la campanada y entrar en el Olimpo de la viralidad. Si crees que es simplemente una red social divertida en la que la gente hace bailecitos sincronizados inocentes al ritmo de musiquitas variadas, y que a tus hijos no les pasa nada por estar todo el día pendientes del TikTok mientras lo convierten de entretenimiento en referencia, vete pensando en empezar a despertar y a mirar las cosas de otra manera.


pdfprintpmail