Una medida, que cómo comprueba esta investigación, es bastante inútil, pues una búsqueda en Google, algún torrent, VPN, proxy, o mil cosas más, te permiten saltarte esos filtros.
Los filtros son caros, pueden terminar censurando información legítima y además no funcionan
Los investigadores, Victoria Nash y Andrew Przybylski explican que es importante considerar la eficacia de los filtros e Internet, pues son costosos tanto a la hora de desarrollar como de mantener, y pueden ser saltados de forma sencilla gracias a las nuevas formas de compartir contenido.
Además de esto, les preocupa que terminen violando derechos humanos, puesto que esos filtros pueden llevar a bloquear de más, y terminan impidiendo el acceso a los más jóvenes a información legítima sobre salud y relaciones.
El estudio en cuestión examino casi 20.000 sujetos, 9.352 hombres y 9.357 mujeres de la Unión Europea y Reino Unido, y encontró que casi el 50% está sometido a algún tipo de filtro online en su casa, y a pesar de los filtros instalados, todos vieron aproximadamente la misma cantidad de porno.
La conclusión de los autores es que las herramientas de filtrado no juegan un rol significativo a la hora de proteger a los menores del contenido sexual explícito. Básicamente, es más importante padres que supervisen lo que hacen sus hijos, a gastar dinero en un software de control que poco o nada hace.
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