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El BE alerta del retraso tecnológico de España


El Banco de España considera que la economía española lleva cierto retraso tecnológico en comparación con otros países de la Unión Europea, "y no se observan en los años más recientes cambios significativos de la presencia española en la producción europea de este tipo de industrias".





Según un informe elaborado por el Servicio de Estudios del Banco de España sobre "Los efectos de la integración económica sobre la especialización y distribución geográfica de la actividad industrial en los países de la UE", la estructura productiva española presenta, en sus rasgos básicos, una elevada similitud con la de las grandes economías de la UE.

No obstante, constata que las actividades más intensivas en tecnología aún mantienen una dimensión reducida en comparación con otros países europeos.

Poca especialización

En sus conclusiones, el informe del Banco de España destaca que la especialización productiva de los países de la UE no ha experimentado grandes transformaciones desde finales de la década de los 80, y sólo algunas economías pequeñas (Irlanda, Finlandia y Suecia) han alterado su estructura productiva a lo largo de este período, aumentando las diferencias con respecto a sus socios comerciales, en un contexto en que han acometido procesos de especialización creciente en las industrias con mayores requerimientos tecnológicos.

Por su parte, las estructuras productivas de los países de mayor tamaño (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España) muestran importantes similitudes, caracterizándose por un predominio de las industrias de tecnología media-alta.

En este sentido, señala que el proceso de integración y eliminación de barreras que ha tenido lugar entre los países europeos no parece haber tenido grandes consecuencias sobre la distribución geográfica de la producción. No obstante, se observa una importancia creciente de Irlanda, Finlandia y Suecia en la producción de las industrias más intensivas en tecnología, en detrimento de algunas economías centrales y, en especial, de Alemania.

El hecho de que este tipo de producción se efectúe por grandes empresas multinacionales sugiere que si se establecen las condiciones adecuadas para atraer nuevas empresas, el proceso de integración económica no tiene por qué generar una polarización de producción entre un centro rico e industrializado y una periferia en la que se concentren las actividades de menor valor añadido.

Al mismo tiempo, se aprecia una tendencia a la concentración de la actividad de algunas industrias de tecnología baja y, en particular, de la rama de textil, vestido y calzado, en algunos de los países del sur de Europa (Portugal, España y muy especialmente Italia).

El MundoDinero