LA VANGUARDIA -
BRUSELAS. (Afp.) La asociación belga de defensa de los consumidores Test-Achats anunció el pasado miércoles que va a presentar un recurso ante la justicia de ese país contra cuatro de las mayores multinacionales de la industria discográfica, ya que considera ilegal el sistema antipirateo que éstas emplean para evitar la copia privada de discos compactos de audio.
Los cuatro gigantes de la industria del disco a los que esta asociación incrima son la británica EMI, la japonesa Sony, la alemana BMG Music (del grupo Bertelsmann) y Universal (filial de la corporación francesa Vivendi Universal), según un comunicado hecho público anteayer. La única major no citada es la norteamericana Warner Bros.
De una manera progresiva los discos compactos de audio que se venden en los establecimientos comerciales están provistos de unos mecanismos de protección encriptados que impiden la copia de éste en nombre de la lucha contra la piratería (...) y esos dispositivos no sólo hacen imposible la copia para uso personal, práctica que es absolutamente legal, sino que además imposibilitan la simple lectura del disco compacto en cuestión en según qué tipo de aparatos (ordenadores, reproductores instalados en los automóviles, etcétera), se denuncia en el citado comunicado.
La asociación Test-Achats añade que ha recogido varios centenares de testimonios de consumidores que se consideran perjudicados e ilegalmente agraviados. Los procedimientos técnicos empleados por estas multinacionales para luchar contra la piratería son ilegales, sentencia la citada organización belga.
En su opinión, dichos mecanismos impiden que cualquier consumidor que ha adquirido legalmente y pagado los derechos de los discos compactos originales pueda efectuar una simple copia para uso particular, algo que está expresamente autorizado por la legislación belga en lo concerniente a los derechos de autor.
Consecuencia de todo ello es la decisión emprendida de llevar ante la justicia a las cuatro discográficas líderes mundiales y referentes del mercado belga por violación del derecho elemental de la copia privada. Copiar un CD con fines privados no es un delito, concluye el comunicado. En consecuencia pide el abandono puro y simple de estas prácticas restrictivas y la retirada inmediata de los CD dotados de esos dispositivos técnicos.
Más información sobre las movilizaciones contra el canon de la Sgae
Los cuatro gigantes de la industria del disco a los que esta asociación incrima son la británica EMI, la japonesa Sony, la alemana BMG Music (del grupo Bertelsmann) y Universal (filial de la corporación francesa Vivendi Universal), según un comunicado hecho público anteayer. La única major no citada es la norteamericana Warner Bros.
De una manera progresiva los discos compactos de audio que se venden en los establecimientos comerciales están provistos de unos mecanismos de protección encriptados que impiden la copia de éste en nombre de la lucha contra la piratería (...) y esos dispositivos no sólo hacen imposible la copia para uso personal, práctica que es absolutamente legal, sino que además imposibilitan la simple lectura del disco compacto en cuestión en según qué tipo de aparatos (ordenadores, reproductores instalados en los automóviles, etcétera), se denuncia en el citado comunicado.
La asociación Test-Achats añade que ha recogido varios centenares de testimonios de consumidores que se consideran perjudicados e ilegalmente agraviados. Los procedimientos técnicos empleados por estas multinacionales para luchar contra la piratería son ilegales, sentencia la citada organización belga.
En su opinión, dichos mecanismos impiden que cualquier consumidor que ha adquirido legalmente y pagado los derechos de los discos compactos originales pueda efectuar una simple copia para uso particular, algo que está expresamente autorizado por la legislación belga en lo concerniente a los derechos de autor.
Consecuencia de todo ello es la decisión emprendida de llevar ante la justicia a las cuatro discográficas líderes mundiales y referentes del mercado belga por violación del derecho elemental de la copia privada. Copiar un CD con fines privados no es un delito, concluye el comunicado. En consecuencia pide el abandono puro y simple de estas prácticas restrictivas y la retirada inmediata de los CD dotados de esos dispositivos técnicos.
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