LA VANGUARDIA
. El fenomenal éxito alcanzado por la telefonía celular en España, que cuenta con 37,5 millones de clientes, desde luego, pero también en otros países menos desarrollados que el nuestro cegó de alguna forma a los principales operadores, quienes creyeron que los usuarios demandarían instantánea y masivamente los nuevos servicios y prestaciones ofrecidos por la nueva tecnología. Para ello, comprometieron ingentes inversiones cuya rentabilidad está aún por ver.
A medio plazo, el progreso parece imparable, aunque su ritmo dependerá mucho de la cobertura de necesidades objetivas, tanto en el terreno del trabajo como en el del ocio. Pero así como nadie predijo que la telefonía móvil apenas restaría negocio a la fija muy potenciada por las líneas ADSL, es complejo predecir en qué medida modificará la UMTS nuestra forma de comunicarnos.
A medio plazo, el progreso parece imparable, aunque su ritmo dependerá mucho de la cobertura de necesidades objetivas, tanto en el terreno del trabajo como en el del ocio. Pero así como nadie predijo que la telefonía móvil apenas restaría negocio a la fija muy potenciada por las líneas ADSL, es complejo predecir en qué medida modificará la UMTS nuestra forma de comunicarnos.