Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


Dejando el mal camino...


Parecería que el título propio de este artículo habría de ser «Tomando el buen camino» , pero tengo un cierto (y experto) miedo a precipitarme.





Al asunto: según publica hoy «El Periódico de Catalunya», el Gobierno catalán quiere acabar con la concesión única de la prestación de servicios informáticos a la Generalitat de Catalunya otorgada en 1999 - y tras muchos dimes y diretes - a la empresa T-Systems. Bien, T-Systems -cuando era Deustche Telecom- compró todo el paquete de acciones de la que fue CIGESA (Centre Informàtic de la Generalitat de Catalunya) a la empresa Debis Systemhaus, que es la que en realidad ganó el concurso público en el que, mediante la asunción de la propia CIGESA como un todo, se hacía con toda la gestión informática de la Administración pública autonómica catalana. Por cierto que las cifras (las de la adjudicación y las de la posterior compraventa) son aún un misterio abisal. Las cifras reales, ya se entiende... No nos extraña que a Oriol Ferran, el flamante Secretario de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, le salgan dos o tres canas cada vez que abre un cajón.

Eso es dejar el mal camino: no querer estar atados de pies y manos a una única empresa privada. Por lo demás, el “buen hacer” de T-Systems está muy en entredicho entre los profesionales de base de la Administración catalana, aunque esto es muy posible que lo ignoren tanto T-Systems como la Administración catalana, ya que jamás se han hecho controles de calidad a nivel de usuario. En todo caso, es cierto que la premura en atender incidencias y el resultado de esta atención son objeto de tal cantidad de chistes en las unidades administrativas catalanas que ya forman parte del acervo folklórico de la burocracia autonómica.

El ciudadano medio, sin embargo, tiene un hermoso botón de muestra para calibrar la calidad del servicio de T-Systems: esta empresa comparte con la inevitable Microsoft y la sospechosa Accenture (descendiente, o cosa parecida, de aquella Arthur Andersen que anduvo mariposeando por el asunto Enron ¿recuerdan?) la parte del león del pastel de la Administració Oberta de Catalunya, otro invento -ya que hablamos de folklore- también digno de castañuelas y soleares.

Celebremos, por tanto, la voluntad -siempre que sea firme- de abandono del vicio pero seamos cautos: el simple abandono del vicio no lleva a la virtud. Habrá que esperar noticias posteriores para saber cosas como si va a haber un modelo de prestación de servicios informáticos a la Administración (de la misma manera que se está pergeñando, por ejemplo, un modelo para la prestación del servicio público de ambulancias, noticia también de hoy) o si el reparto de licitaciones responderá a la necesidad de más amplio margen de maniobra por parte de la Administración y a una más justa distribución de lo que, en definitiva, es riqueza, entre el tejido empresarial catalán y no a un reparto... entre “otros” prestadores de “otros” servicios, distintos de los de antes. La buena fe se presume siempre, pero la seguridad requiere pruebas, que gato escaldado del agua fría huye.

Esperamos con impaciencia el inicio de este proceso saludablemente atomizador y esperemos que el gato no tenga que seguir huyendo de un agua fría como la que nos cayó de un cubo cuando supimos que, pese a la entronización del “temible” tripartito, el equipo rector de CAT365 (la AOC, para entendernos) ahí sigue, en el mismo sitio, tan ancho y tan pancho.

Ay.

Artículo de Javier Cuchí


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