Las fotos de los prisioneros iraquíes torturados
por los militares norteamericanos han recorrido la red de esquina a esquina, las hileras de los prisioneros hondureños muertos
, las búsquedas en Internet para ver la decapitación del joven estadounidense Nicholas Berg
han sido más numerosas en los últimos días que las destinadas a encontrar sitios pornográficos.
Después de meses vendiendo en internet, la marca Häftling" -preso- ha abierto tienda en el Berlín más vanguardista y radical. Los reclusos de Tegel, la mayor prisión de Alemania, han puesto de moda la camisa delincuente que hace furor en la noche berlinesa.
En España una empresa online ha sacado a la red www.prisonserver.com , Servidor de Prisión en español, un juego de rol multijugador masivo y en línea. Los participantes toman el papel de un preso en una peculiar cárcel, conviviendo bajo las reglas del juego, relacionándose con el resto de contendientes y aventurándose en los entresijos del mundo y sus personajes. No hay partidas, el juego se desarrolla durante las 24 horas del día. En dos semanas se han suscrito 2.440 internautas, que pagan 6 euros al mes por vivir esa experiencia carcelaria y virtual.
No sé si se trata de una broma relativa a la persecución que los navegantes de todo el mundo están sufriendo por la industria discográfica, los estados represivos o las entidades de derechos de autor. Lo que es cierto es que mientras las calles madrileñas se engalanan para la boda del siglo, en el mundo virtual ha nacido la carcelmanía.
Tribuna Libre de Víctor Domingo en El Confidencial Digital
Después de meses vendiendo en internet, la marca Häftling" -preso- ha abierto tienda en el Berlín más vanguardista y radical. Los reclusos de Tegel, la mayor prisión de Alemania, han puesto de moda la camisa delincuente que hace furor en la noche berlinesa.
En España una empresa online ha sacado a la red www.prisonserver.com , Servidor de Prisión en español, un juego de rol multijugador masivo y en línea. Los participantes toman el papel de un preso en una peculiar cárcel, conviviendo bajo las reglas del juego, relacionándose con el resto de contendientes y aventurándose en los entresijos del mundo y sus personajes. No hay partidas, el juego se desarrolla durante las 24 horas del día. En dos semanas se han suscrito 2.440 internautas, que pagan 6 euros al mes por vivir esa experiencia carcelaria y virtual.
No sé si se trata de una broma relativa a la persecución que los navegantes de todo el mundo están sufriendo por la industria discográfica, los estados represivos o las entidades de derechos de autor. Lo que es cierto es que mientras las calles madrileñas se engalanan para la boda del siglo, en el mundo virtual ha nacido la carcelmanía.
Tribuna Libre de Víctor Domingo en El Confidencial Digital