Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


El milagro de los cederrón y de los deuvedés


Un jurado, entre cuyos integrantes se encuentran una conocida editorial jurídica condenada por competencia desleal y por vulneración del derecho sui generis de propiedad de una base de datos ajena y que denunció en su día a un web-site por tener un enlace profundo a una de sus bases de datos -lo que determinó su cierre cautelar por decisión judicial-, así como una organización norteamericana célebre por sus campañas de regularización de software y por ofrecer recompensas a los delatores del uso ilegítimo de software comercial, concedió el Gran Premio de la lucha contra la piratería a la Sociedad General de Autores.





Que la mujer del César, además de ser honesta lo parezca, no es algo que quite el sueño en exceso a los adalides de este nuevo género de lucha, deslucido por su empeño en convencernos de las bondades de la imposición de remuneraciones compensatorias a cargo de los ciudadanos, empresas y administraciones, sin distinción entre honestos, ciudadanos incapaces de hacerse las copias privadas y mafias de la piratería discográfica.

Que se acepten estos premios no sólo deja en evidencia al que lo recibe, también delata al que lo concede. La conocida editorial jurídica está empeñada en que resucitar su condena en los medios de prensa forma parte de una feroz campaña mediática de la empresa titular de los datos ilícitamente apropiados azuzada por su pérdida de competividad en el mercadeo de datos legales y jurisprudenciales. El resto, cada vez que tienen ocasión, siguen empeñados en que se mueren, no de éxito, sino por culpa del top-manta y de Internet también.

No nos extraña, por tanto, que mientras el Consejo de Ministros acordaba este viernes pasado aportar otros 100.000 euros a la Cumbre mundial para el desarrollo de la Sociedad de la Información, cumbre cuyo objetivo es discernir el modo o manera de eliminar la brecha digital entre países pobres y ricos, el nuevo Director General de desarrollo de la Sociedad de la Información entre nosotros, no considere que los precios del acceso a Internet sean ningún obstáculo para su desarrollo, recordándonos así a una célebre portavoz del partido gobernante -en materia de cultura- que nos echaba en cara a todos los ciudadanos los precios que pagamos por una copa o por ir a un restaurante a fin de que los ciudadanos dejásemos de poner la carestía de las obras musicales como excusa o pretexto para entregarnos a las malas artes de hacernos asiduos del denominado top-manta.

Mientras siguen las campañas de acoso contra quienes osamos oponernos a imposiciones arbitrarias e indiscriminadas por compensaciones imposibles, el Presidente del Gobierno, ante la visita que le realizaron un destacado elenco de lo mejor de nuestra autoría musical (la suya, la de ellos, que no es nuestra en el sentido propietario queremos decir, aunque quieran que pasemos por caja por el hecho de su existencia trasmutada en soportes digitales vírgenes) sacó a relucir la vieja receta de toda la vida: habrá una ley musical, queremos decir una Ley de la Música, aunque sólo podrá tener letra.

Y cuando todavía estaban celebrando el anuncio de esta nueva iniciativa del Gobierno y el Gran Premio concedido, ha ocurrido lo inesperado: la SGAE ha recapacitado sobre su apoyo al lanzamiento del disco No a la piratería (cuya contraportada ha generado un rechazo cívico generalizado, salvo para unos cuantos radicales trasnochados) y ha requerido a la compañía discográfica Vale Music para que retire semejante contraportada o el logotipo de la SGAE, pasando página.

Los internautas de esta Asociación también nos alegramos de que hayan pasado página, por eso seguimos empeñados en que algún día la SGAE y el resto de entidades gestoras de derechos de autor dejen de rascarnos los bolsillos cada vez que se nos ocurre realizar una copia de nuestros discos duros, de nuestros programas, de nuestras fotografías, de nuestros documentos, de nuestros informes, de nuestro trabajo en suma, empeño que se aviva cuando vemos cómo han podido gastarse parte del dinero que recaudan a nuestras expensas hasta que terminan por recapacitar.

Asociación de Internautas

NOTA DE LA ASOCIACIÓN.-

Nosotros vemos $$$$ donde pone SGAE, porque utilizamos IGNORER

FONDO DE RESITENCIA CAMPAÑA CONTRA EL CANON DE LOS CDs y DVDs

PARTICIPA EN LA CAMPAÑA CONTRA EL CANON DE LOS CDs y DVDs



...Es como un cuento perverso en el que los poetas atracan a su pueblo, los cantantes llaman piratas o pendejos electrónicos a los ciudadanos honestos, los músicos cambian sus instrumentos por calculadoras y a los autores les inspira la letra de las leyes y de los reglamentos para aplicar tasas. Una verdadera pesadilla, para salir de la cual basta con abrir los ojos y no dejarse engañar.


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