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El móvil español, entre los más caros de Europa


Un informe constata que los precios no han bajado en los dos últimos años Es cara y, además, no baja de precio con los años. Ésta es la principal conclusión de un informe sobre la telefonía móvil realizado por Teligen para la Comisión Europea, que destaca a España como uno de los países del Viejo Continente donde más elevada es la factura celular.





I. Abril / MADRID Cinco Días

Dinamarca y Luxemburgo son el paraíso de la Unión Europea para el usuario de telefonía móvil. Las tarifas y cuotas fijas de las operadoras que prestan allí sus servicios se cuentan entre las más baratas del continente. La otra cara de la moneda está en España, Alemania e Italia, donde la factura mensual por idéntica utilización corregida por el poder de compra de cada país llega a ser del doble.

El estudio que ha intentado poner un poco de claridad en el profuso mapa europeo del móvil es de Teligen, una de las consultoras de mayor veteranía en el campo de las telecomunicaciones. Lo hizo a finales del año pasado para la Comisión Europea y ahora lo ha recogido la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), en el documento que dará pie a la definición de los mercados relevantes.

Teligen divide el estudio en tres niveles de tráfico: bajo, medio y alto. Y, aunque tiene en cuenta todos los servicios relevantes ofrecidos por los operadores, hace una cesta con los servicios más económicos de las dos principales telefónicas de cada país por número de suscriptores. Por último, Teligen pasa los resultados por el filtro de la paridad del poder adquisitivo en cada país para homogeneizar las conclusiones del estudio.

Las elegidas en España son Telefónica Móviles y Vodafone y sus precios sólo están por debajo de la media de la Unión Europea de los quince en el nivel más bajo de consumo. Para el intermedio y el alto, no sólo superan la media, sino que incluso llegan a encabezar la clasificación.

Más consumo, mayor precio

La mayor diferencia entre España y sus compañeros comunitarios está en la cesta de alto consumo. Vodafone se sitúa como la más cara de las 30 compañías comparadas. Si se hace la media entre la oferta de la compañía británica y Telefónica Móviles, España rivaliza en dura competencia con Alemania como país más caro de Europa.

La fotografía mejora un poco si se analiza una cesta de consumo medio. En ese caso, la oferta de Vodafone no es la más cara de Europa, sino la segunda, después de las tarifas que cobra esta misma compañía en Alemania. La de Telefónica Móviles se situaría en cuarta posición, por detrás de Italia y empatada con otras dos, de forma que la media de las dos compañías situaría España como segundo país más caro de Europa, por detrás de Alemania y seguido de cerca por Italia.

España sólo sale bien parada en la parte del documento que analiza la cesta de menor consumo. La factura mensual es, en este caso, ligeramente más barata que la media europea y se sitúa como el décimo país comunitario por precios. Bélgica y el Reino Unido son las naciones más caras en este campo.

Este estudio lleva a la CMT a concluir que los precios de la telefonía móvil española son superiores a la media europea. Pero la comisión considera destacable un dato más y es que las tarifas de las operadoras españolas no ha variado en el periodo 2002-2003. El regulador apunta que en la mayoría de los otros países europeos sí ha habido variación, y ha sido a la baja.

El tráfico compensa la caída de las cuotas

La clave de la elevada diferencia de precios que hay en España entre una cesta de bajo consumo y otra de alto está en las cuotas fijas. Las compañías nacionales han ido eliminando estos pagos mensuales y han centrado la facturación en el tráfico. No sucede así en el resto de los países europeos, con lo que España constituye una auténtica excepción a la norma.

El resultado de esta diversidad de comportamientos es que España se coloca por debajo de la media en la cesta de bajo consumo porque prácticamente no hay cuotas fijas. En el resto de los países, donde sí las hay, lo que encarece la factura son las cuotas de abono, porque en uno y otro caso el consumo de tráfico es mínimo.

Las cosas cambian radicalmente en cuanto se eleva el consumo, porque las cuotas fijas empiezan a perder peso sobre el global. Y España tiene el tráfico más caro que sus vecinas. Por eso es el segundo país en la cesta de uso medio y el primero por precio en el segmento más alto.


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