PATRICIA FERNÁNDEZ DE LIS EL País /
NEGOCIOS - 12-09-2004
Se esperaba un otoño caliente. Después de varios meses de atonía, las compañías que operan en el creciente negocio del acceso a Internet por ADSL -entre ellas, Telefónica de España, Terra, Wanadoo, Ya.com o Tiscali- pensaban aprovechar la vuelta al cole para realizar ofertas de precios y productos que tiraran del mercado. A partir del día 29, además, las empresas comenzarán a duplicar la velocidad de acceso del ADSL de sus clientes sin coste para ellos, y sin necesidad de realizar cambios, lo que previsiblemente generará demanda de nuevos servicios. Se esperaba, en fin, una movilización general. Pero antes de que los directivos de la competencia hayan podido redecorar sus despachos y olvidar sus vacaciones, Telefónica de España ha dado un golpe de mano, anunciando, en tan sólo dos días, que va a entrar en el negocio de la venta de ordenadores y se dispone modificar el modelo de venta del ADSL. Quiere, en fin, convertirse en el proveedor de tecnologías de la información para el 94% de los hogares españoles que aún no tienen conexión de banda ancha. Queda por saber qué van a hacer sus competidores para frenarla.
El ADSL -que responde a las siglas, en inglés, de línea digital asimétrica de abonado- sirve para acceder a Internet a alta velocidad por la línea telefónica tradicional. Sólo es una de la media docena de tecnologías que existen para navegar por la Red en la llamada banda ancha, pero es, sin duda, la más popular: el pasado 1 de julio existían en España 2,8 millones de conexiones de banda ancha, de las cuales el 71,5% eran ADSL, el 23,2% correspondían al cable y el 5,3% restante se lo repartían otras tecnologías como el satélite, la fibra óptica o el PLC -acceso desde el sistema eléctrico-.
El ADSL es, además, muy buen negocio para las operadoras. Según datos del último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), ésta es la tecnología de acceso que más ingresos genera por cliente: 427 euros al año. Y es un mercado que crece, ya que las empresas ingresaron 848,52 millones de euros en 2003 por servicios de banda ancha, un 88,3% más que en 2002.
Estos dos datos aclaran por sí mismo el interés de las operadoras por hacerse con los clientes del ADSL, aunque hay otro más que sirve para explicar el último movimiento de Telefónica: el crecimiento está desacelerándose, lenta pero inexorablemente (véase apoyo). En los núcleos urbanos de Madrid, Cataluña, Canarias y Baleares se supera ya la media de líneas españolas, mientras que en otras comunidades -como la andaluza y la asturiana- el ADSL sufre la dura competencia del cable. El Grupo Telefónica -Terra y Telefónica de España- tiene cerca del 80% de los clientes del ADSL en España y, aunque aún queda mucho terreno para crecer, la operadora dominante ha decidido no esperar. "Telefónica ha cambiado el paso", opina Jaime García Cantero, analista de la consultora IDC. "Lo que quiere es crear un nuevo mercado donde no lo había, y que todos esos nuevos internautas sean clientes suyos", añade.
Dos planes en dos días
El lunes, la operadora anunciaba un plan para financiar la compra de ordenadores personales. España tiene una de las cuotas más bajas de penetración de PC de toda Europa (25,2% de los hogares), lo que, lógicamente, frena el desarrollo del acceso a Internet. La compañía comercializará tres modelos de la compañía taiwanesa Acer -un portátil y dos de sobremesa- y financiará su compra, que puede ser abonada mensualmente a través de la factura telefónica.
El segundo movimiento se produjo el martes por la tarde, cuando la compañía presidida por César Alierta registraba en la sede de la CMT una petición para modificar el modelo de venta del ADSL. La idea es diferenciar su oferta de todas las demás. Y es que, en este mercado, los productos parecen calcados. Un informe publicado en julio por el Grupo de Análisis y Prospectiva del sector de las Telecomunicaciones (Gaptel), dependiente del Ministerio de Industria, consideraba "preocupante" que las condiciones de "la oferta básica en precio y velocidad no han variado a lo largo de 2002 y 2003".
Telefónica ha decidido romper esta tendencia y ha pedido permiso a la CMT para flexibilizar su oferta, ofreciendo un paquete de 11 horas de navegación por 9,9 euros al mes -al que se pueden añadir módulos- y cobrando por tiempo de conexión (0,024 euros minuto).
Si consigue convencer al regulador, Telefónica rompería el modelo de venta por tarifa plana, que está regulado por ley y que, en su momento, fue la principal reivindicación de los internautas españoles. Este modelo de acceso permite conectarse a la Red por un tiempo ilimitado, pagando una única cuota al mes.
Telefónica explica que su objetivo es flexibilizar una oferta demasiado rígida y cara para buena parte de la población, ya que la tarifa plana de 24 horas cuesta 39,07 euros al mes. Con la tarificación por tiempo y módulos, aclara, podrá extender su oferta a "distintos perfiles" de la población que ahora ni siquiera se plantean acceder a Internet por ADSL. Explica, en todo caso, que no piensa "en absoluto" acabar con el modelo de tarifa plana, que seguirá siendo el que "mayoritariamente" adoptarán sus clientes y que, de hecho, se convertirá en el "fin natural" de quienes adopten el nuevo ADSL a la carta para sólo probar la conexión a Internet.
Con este movimiento, Telefónica ha bajado la barrera de acceso al ADSL a aquellos que no tienen ordenador o suficientes ingresos para pagar 40 euros al mes; las asociaciones de internautas advierten a los clientes, en todo caso, que revisen las ofertas porque podría salirles más caro pagar por tiempo de conexión. Telefónica ha conseguido realizar, además, una operación políticamente rentable, ya que se sitúa como la compañía que quiere popularizar el acceso veloz a la Red ante el nuevo Gobierno socialista, que se muestra muy interesado por extender la sociedad de la información.
Esta ofensiva del primer operador pone en muchos aprietos a sus competidores. Preguntados al respecto los tres principales operadores del mercado del ADSL -Wanadoo, Tiscali y Ya.com-, sólo esta última accede a explicar telefónicamente su estrategia. Agustín Béjar, director de marketing de Ya.com, explica que la idea de la tarificación por tiempo de conexión "no afecta" a su compañía. El 80% de los usuarios del ADSL, añade, utilizan la conexión para descargar películas o música, por lo que necesitan la conexión permanente que les da la tarifa plana.
Telefonía por Internet
A los operadores alternativos, en todo caso, no sólo les preocupa la modificación del modelo de tarifas. Para mejorar sus ingresos por cliente deben también lanzar nuevos productos y servicios, porque la pura conectividad sigue siendo la parte del león de sus ventas: el 82,5% de los ingresos de los operadores de Internet son, según la CMT, por acceso. Ya.com, avanza Béjar, prepara nuevos lanzamientos, como el vídeo bajo demanda o la venta de telefonía sobre la Red de Internet, algo que también prepara Tiscali, según confirma por escrito su consejero delegado en España, Michele Lavizzari. Wanadoo se limita a contestar, por correo electrónico, que seguirá innovando "para ofrecer al mercado español un ADSL verdaderamente rápido, económico y sin restricción de uso".
El mercado está ahí fuera. Según las estimaciones recogidas en el informe de Gaptel, se espera que, en el año 2006, las conexiones de banda ancha superen los seis millones -cuatro millones en el caso del ADSL-, y en el 2008, los 8,5 millones. Telefónica sigue mandando, ya que ha captado la mitad de todas las nuevas conexiones de banda ancha que se produjeron entre julio de 2003 y enero de 2004, según ese mismo informe. Sus ambiciones sobrepasan el ADSL, en todo caso. La duplicación de la velocidad de acceso, la venta de ordenadores, la tarificación alternativa, el proyecto de televisión Imagenio para competir con los operadores de cable... "Hay pocas compañías que tengan el músculo financiero, la Red comercial y la capacidad para competir con Telefónica, que se quiere colocar como el proveedor de telefonía, informática, Internet y televisión de los españoles", explica García Cantero.
Una desaceleración que vale un mercado
El número de conexiones al ADSL no para de crecer en España, mes tras mes, desde el año 1999. El problema es que cada vez crece menos.
La banda ancha está en su infancia y, por eso, crece cada día. Según datos de la Comisión Europea, en España lo hace a un ritmo de 2,9 puntos porcentuales al año; un buen dato si se compara con el alemán (1,3) aunque el ritmo es más bajo que en Suecia (4,4) u Holanda (3,3). Así, en octubre de 2002, había unas 828.000 líneas; un año después eran 1,5 millones; y en junio de 2004 se superaban, por primera vez, los dos millones (2,04).
Pero el dato que preocupa a los analistas es que el mercado español, aun estando en plena infancia -lo que significa, también, en pleno crecimiento- muestra rasgos típicos de la madurez, como la desaceleración de ese crecimiento. Las operadoras aseguran no notar ese problema, pero un repaso a los datos de la Asociación de Internautas (AI) sobre la evolución mensual de las altas (véase cuadro) desmiente esa afirmación.
Se esperaba un otoño caliente. Después de varios meses de atonía, las compañías que operan en el creciente negocio del acceso a Internet por ADSL -entre ellas, Telefónica de España, Terra, Wanadoo, Ya.com o Tiscali- pensaban aprovechar la vuelta al cole para realizar ofertas de precios y productos que tiraran del mercado. A partir del día 29, además, las empresas comenzarán a duplicar la velocidad de acceso del ADSL de sus clientes sin coste para ellos, y sin necesidad de realizar cambios, lo que previsiblemente generará demanda de nuevos servicios. Se esperaba, en fin, una movilización general. Pero antes de que los directivos de la competencia hayan podido redecorar sus despachos y olvidar sus vacaciones, Telefónica de España ha dado un golpe de mano, anunciando, en tan sólo dos días, que va a entrar en el negocio de la venta de ordenadores y se dispone modificar el modelo de venta del ADSL. Quiere, en fin, convertirse en el proveedor de tecnologías de la información para el 94% de los hogares españoles que aún no tienen conexión de banda ancha. Queda por saber qué van a hacer sus competidores para frenarla.
El ADSL -que responde a las siglas, en inglés, de línea digital asimétrica de abonado- sirve para acceder a Internet a alta velocidad por la línea telefónica tradicional. Sólo es una de la media docena de tecnologías que existen para navegar por la Red en la llamada banda ancha, pero es, sin duda, la más popular: el pasado 1 de julio existían en España 2,8 millones de conexiones de banda ancha, de las cuales el 71,5% eran ADSL, el 23,2% correspondían al cable y el 5,3% restante se lo repartían otras tecnologías como el satélite, la fibra óptica o el PLC -acceso desde el sistema eléctrico-.
El ADSL es, además, muy buen negocio para las operadoras. Según datos del último informe de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), ésta es la tecnología de acceso que más ingresos genera por cliente: 427 euros al año. Y es un mercado que crece, ya que las empresas ingresaron 848,52 millones de euros en 2003 por servicios de banda ancha, un 88,3% más que en 2002.
Estos dos datos aclaran por sí mismo el interés de las operadoras por hacerse con los clientes del ADSL, aunque hay otro más que sirve para explicar el último movimiento de Telefónica: el crecimiento está desacelerándose, lenta pero inexorablemente (véase apoyo). En los núcleos urbanos de Madrid, Cataluña, Canarias y Baleares se supera ya la media de líneas españolas, mientras que en otras comunidades -como la andaluza y la asturiana- el ADSL sufre la dura competencia del cable. El Grupo Telefónica -Terra y Telefónica de España- tiene cerca del 80% de los clientes del ADSL en España y, aunque aún queda mucho terreno para crecer, la operadora dominante ha decidido no esperar. "Telefónica ha cambiado el paso", opina Jaime García Cantero, analista de la consultora IDC. "Lo que quiere es crear un nuevo mercado donde no lo había, y que todos esos nuevos internautas sean clientes suyos", añade.
Dos planes en dos días
El lunes, la operadora anunciaba un plan para financiar la compra de ordenadores personales. España tiene una de las cuotas más bajas de penetración de PC de toda Europa (25,2% de los hogares), lo que, lógicamente, frena el desarrollo del acceso a Internet. La compañía comercializará tres modelos de la compañía taiwanesa Acer -un portátil y dos de sobremesa- y financiará su compra, que puede ser abonada mensualmente a través de la factura telefónica.
El segundo movimiento se produjo el martes por la tarde, cuando la compañía presidida por César Alierta registraba en la sede de la CMT una petición para modificar el modelo de venta del ADSL. La idea es diferenciar su oferta de todas las demás. Y es que, en este mercado, los productos parecen calcados. Un informe publicado en julio por el Grupo de Análisis y Prospectiva del sector de las Telecomunicaciones (Gaptel), dependiente del Ministerio de Industria, consideraba "preocupante" que las condiciones de "la oferta básica en precio y velocidad no han variado a lo largo de 2002 y 2003".
Telefónica ha decidido romper esta tendencia y ha pedido permiso a la CMT para flexibilizar su oferta, ofreciendo un paquete de 11 horas de navegación por 9,9 euros al mes -al que se pueden añadir módulos- y cobrando por tiempo de conexión (0,024 euros minuto).
Si consigue convencer al regulador, Telefónica rompería el modelo de venta por tarifa plana, que está regulado por ley y que, en su momento, fue la principal reivindicación de los internautas españoles. Este modelo de acceso permite conectarse a la Red por un tiempo ilimitado, pagando una única cuota al mes.
Telefónica explica que su objetivo es flexibilizar una oferta demasiado rígida y cara para buena parte de la población, ya que la tarifa plana de 24 horas cuesta 39,07 euros al mes. Con la tarificación por tiempo y módulos, aclara, podrá extender su oferta a "distintos perfiles" de la población que ahora ni siquiera se plantean acceder a Internet por ADSL. Explica, en todo caso, que no piensa "en absoluto" acabar con el modelo de tarifa plana, que seguirá siendo el que "mayoritariamente" adoptarán sus clientes y que, de hecho, se convertirá en el "fin natural" de quienes adopten el nuevo ADSL a la carta para sólo probar la conexión a Internet.
Con este movimiento, Telefónica ha bajado la barrera de acceso al ADSL a aquellos que no tienen ordenador o suficientes ingresos para pagar 40 euros al mes; las asociaciones de internautas advierten a los clientes, en todo caso, que revisen las ofertas porque podría salirles más caro pagar por tiempo de conexión. Telefónica ha conseguido realizar, además, una operación políticamente rentable, ya que se sitúa como la compañía que quiere popularizar el acceso veloz a la Red ante el nuevo Gobierno socialista, que se muestra muy interesado por extender la sociedad de la información.
Esta ofensiva del primer operador pone en muchos aprietos a sus competidores. Preguntados al respecto los tres principales operadores del mercado del ADSL -Wanadoo, Tiscali y Ya.com-, sólo esta última accede a explicar telefónicamente su estrategia. Agustín Béjar, director de marketing de Ya.com, explica que la idea de la tarificación por tiempo de conexión "no afecta" a su compañía. El 80% de los usuarios del ADSL, añade, utilizan la conexión para descargar películas o música, por lo que necesitan la conexión permanente que les da la tarifa plana.
Telefonía por Internet
A los operadores alternativos, en todo caso, no sólo les preocupa la modificación del modelo de tarifas. Para mejorar sus ingresos por cliente deben también lanzar nuevos productos y servicios, porque la pura conectividad sigue siendo la parte del león de sus ventas: el 82,5% de los ingresos de los operadores de Internet son, según la CMT, por acceso. Ya.com, avanza Béjar, prepara nuevos lanzamientos, como el vídeo bajo demanda o la venta de telefonía sobre la Red de Internet, algo que también prepara Tiscali, según confirma por escrito su consejero delegado en España, Michele Lavizzari. Wanadoo se limita a contestar, por correo electrónico, que seguirá innovando "para ofrecer al mercado español un ADSL verdaderamente rápido, económico y sin restricción de uso".
El mercado está ahí fuera. Según las estimaciones recogidas en el informe de Gaptel, se espera que, en el año 2006, las conexiones de banda ancha superen los seis millones -cuatro millones en el caso del ADSL-, y en el 2008, los 8,5 millones. Telefónica sigue mandando, ya que ha captado la mitad de todas las nuevas conexiones de banda ancha que se produjeron entre julio de 2003 y enero de 2004, según ese mismo informe. Sus ambiciones sobrepasan el ADSL, en todo caso. La duplicación de la velocidad de acceso, la venta de ordenadores, la tarificación alternativa, el proyecto de televisión Imagenio para competir con los operadores de cable... "Hay pocas compañías que tengan el músculo financiero, la Red comercial y la capacidad para competir con Telefónica, que se quiere colocar como el proveedor de telefonía, informática, Internet y televisión de los españoles", explica García Cantero.
Una desaceleración que vale un mercado
El número de conexiones al ADSL no para de crecer en España, mes tras mes, desde el año 1999. El problema es que cada vez crece menos.
La banda ancha está en su infancia y, por eso, crece cada día. Según datos de la Comisión Europea, en España lo hace a un ritmo de 2,9 puntos porcentuales al año; un buen dato si se compara con el alemán (1,3) aunque el ritmo es más bajo que en Suecia (4,4) u Holanda (3,3). Así, en octubre de 2002, había unas 828.000 líneas; un año después eran 1,5 millones; y en junio de 2004 se superaban, por primera vez, los dos millones (2,04).
Pero el dato que preocupa a los analistas es que el mercado español, aun estando en plena infancia -lo que significa, también, en pleno crecimiento- muestra rasgos típicos de la madurez, como la desaceleración de ese crecimiento. Las operadoras aseguran no notar ese problema, pero un repaso a los datos de la Asociación de Internautas (AI) sobre la evolución mensual de las altas (véase cuadro) desmiente esa afirmación.
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