Un 9% más de navegantes domésticos. 14,4 millones de usuarios potenciales de la Red. Aumentos espectaculares del uso por persona: 16,2% más páginas vistas por persona de media, un 21% de aumento en las sesiones de navegación, 8,4% de crecimiento en el número de dominios visitados, un 17,4% más horas de navegación mensuales... Dan ganas de llorar, de emoción. Internet crece en España con inusitado, desmesurado vigor.
No será, desde luego,
gracias a la ayuda de nuestros gobernantes.
Pero esto no es una
opinión; los datos demuestran que la clase política en España habla mucho de la
Red, pero en realidad no está interesada. Para nada.
Veamos; los presupuestos
oficiales para 2005 indican que algo más de 373,1 millones de euros se
dedicarán a Investigación y Desarrollo de la Sociedad de la Información en el
departamento ministerial encargado; en torno al 7,3% del presupuesto general
del Departamento para el año. Un 'generoso' aumento del 1%.
¿Qué ocurre cuando uno
aumenta en un 1% el presupuesto dedicado a algo que crece un 9%? Pues que en
realidad está bajando el presupuesto. Racaneando dinero. Los 'Marines' de los
EEUU, dicen, jamás se retiran en combate: en todo caso avanzan hacia la
retaguardia. Eso mismo está haciendo el Gobierno español: avanzar decididamente
hacia la retaguardia de la Red en Europa.
¿No me creen? Pues échenle
un vistazo a este informe sobre Sociedad de la Información (pdf de 6,5
Mb en inglés) encargado por la Comisión Europea. 44.000 entrevistas en hogares
de los 15 países de la Unión (excluyendo a los recién llegados). Un resumen de
los datos puede contemplarse gráficamente en estos mapas coloreados. A España le corresponden en general
tonos muy patrióticos, el rojo y el amarillo: los que marcan los peores
resultados, en penetración telefónica y de la Red; los sitúan a la mayor parte
de las autonomías igual o por debajo de las regiones peor puntuadas de la UE.
En plena cola de Europa.
Y sin duda la mejor manera
de solucionar la situación es reducir en la práctica los presupuestos dedicados
a ello.
Mientras nuestros
políticos se preocupan de blindar los sesgados modelos de negocio de algunas grandes
compañías y amenazar con la cárcel a millones de personas, el resto de
Europa avanza. Y nos está dejando atrás.
Muchas gracias, señores
políticos. Tendremos lo que nos merecemos.