El cómico, que le contesta a Eduardo Bautista con otra misiva -esta vez en castellano-, agradece la invitación, aunque confiesa mostrarse «sumido en un estado de inquietud» por lo leído en la carta. «¿De veras hay cien mil creadores? -le pregunta un incrédulo Boadella-. Entonces, resulta obvio que nos hallamos frente a una hecatombe sin precedentes. Sólo cabe pensar la que montó el primero y auténtico creador para deducir lo que puede suceder ahora con tal cantidad de vocaciones divinas entre nosotros». Para convencerle, Bautista le recuerda algunos nombres de intelectuales y políticos invitados otros años, como Felipe González, Ruiz-Gallardón, Carmen Calvo, Rajoy, Chaves... Las nóminas ilustres suelen funcionar en estos casos. Bueno, pues en éste no. Con su sorna habitual, se atreve a sugerirle Boadella que «sería prudente poner a disposición judicial a los cien mil creadores para su inmediato aislamiento, pues bajo semejantes advocaciones, estamos frente a un peligro mucho mayor que los cien mil hijos de San Luis». No podrá acudir, en fin , a este «akelarre creacional», pues se hallará «escondido en lugar seguro a fin de intentar sobrevivir al nuevo Big Bang del siglo XXI».
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