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Temor ante el uso incontrolado de los identificadores de radiofrecuencia –RFID-.


La Comisión de Libertades e Informática ve confirmados sus temores por el uso incontrolado de los identificadores por radiofrecuencia (rfid) ante la información de que una empresa en eeuu implanta chips a sus empleados. La CLI ya informó hace un año a la Comisión Europea de los graves riesgos que conllevaría un uso ilícito de RFID pero alerta de que sin una mayor sensibilización ciudadana hacia estos asuntos no será posible controlarlos adecuadamente.




La Comisión Europea está investigando las implicaciones que podría tener la implantación generalizada de identificadores por radiofrecuencia, en materia de protección de datos de carácter personal.

El uso de los identificadores por radiofrecuencia o RFID (Radio Frequency Identification) está suscitando numerosas preocupaciones en materia de protección de la vida privada de los ciudadanos europeos por los nuevos riesgos para la intimidad y el ejercicio de los derechos y libertades que presenta esta nueva tecnología, y por ello la Comisión Europea, a través del Grupo de Trabajo del artículo 29 de la Directiva 95/46/CE, está realizando un análisis de las implicaciones en esta materia, y solicitó hace meses la opinión de partes interesadas en una consulta pública.

La CLI elaboró para ello un informe en que se apoyaban las propuestas del Grupo de Trabajo 29 (desarrolladas en el documento WP 105), y además las amplíó con nuevas apreciaciones sobre los riesgos de los RFIDs. Este documento se envió a la Comisión Europea para su estudio.

Estos dispositivos nacen como una mejora sobre los actuales códigos de barras, con el fin de posibilitar un absoluto seguimiento de los alimentos y demás objetos a la venta en los supermercados, pero, es necesario aclarar que son elementos distintos por dos razones: por su capacidad para almacenar, procesar y transmitir información, y por las posibilidades de rastreo o seguimiento que permite, en principio para productos, pero también para personas. La CLI explica cómo los llamados “chips espía”, pueden provocar graves vulneraciones sobre el derecho fundamental a la protección de datos de carácter personal, si sus potenciales portadores no conocen ni consienten su existencia y finalidad. La información que proporcionan los RFIDs puede suponer ciertas ventajas, por ejemplo, en el control de los productos expuestos a la venta, el pago sin necesidad de pasar por caja en un supermercado, evitar fraudes en el mercado de las marcas, controlar la situación de un vehículo o animal doméstico... etc. Pero los riesgos son de peores consecuencias si tenemos en cuenta que se podría llegar a que, sin las necesarias garantías y reglamentación, el control del servicio o del producto se convirtiera en el control de la persona.

La CLI reitera su apoyo a la iniciativa de perfeccionar la legislación, regulando el uso de la tecnología RFID, en defensa de la intimidad y la protección de datos de carácter personal pero alerta de que los hechos siguen avanzando a una velocidad exponencialmente superior a la situación de la normativa. Se propone por ello, establecer un régimen común que permita proteger la intimidad del individuo, en tanto también que trabajador, y sus datos de carácter personal ante la utilización de SISTEMAS DE LOCALIZACIÓN A DISTANCIA (que ya incluiría los sistemas de localización con tecnología GPS o GALILEO).

Comisión de Libertades e Informática

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