El Mundo.es Hoy es el Día de Internet, que coincide con el primer Día Mundial de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información.Sólo en España hay programados más de 550 actos, organizados por 367 entidades públicas y privadas, para una jornada sobre la que planean no sólo luces, que hay muchas, sino también sombras.
Un fenómeno sociocultural como el de Internet merece todo tipo de celebraciones, para concienciar a la sociedad de que disfrute de la buena nueva tecnológica más importante de finales del pasado siglo. Pero, al menos en el caso español, los internautas aprovecharán para reivindicar sus derechos y exigir a la Administración que impulse, de verdad, la llegada de Internet al mundo rural y vuelque sus esfuerzos en frenar los crecientes abusos que practican las operadoras sobre sus clientes.
España sigue por debajo de la media europea en penetración de Internet entre la población, pero además el hecho diferencial que distingue a nuestro país de sus vecinos es la gran brecha digital existente entre la ciudad y el entorno rural. Las operadoras compiten por llegar a los clientes finales en los grandes núcleos urbanos, donde los retornos de la inversión son mucho más rápidos que en zonas rurales.
Pero, ¿qué pasa con los más de cuatro millones de hogares rurales que no pueden conectarse a Internet porque el operador no lo ofrece aún? Ésta es una de las denuncias de la Asociación de Internautas, que advierte de que «entre el 25% y el 30% de la población no puede conectar aún su línea de telefonía fija a Internet». Eso sí, destaca que, hasta ahora, la única iniciativa interesante para acercar Internet al mundo rural es la impulsada por la entidad pública Red.es, para el desarrollo de más de 3.500 telecentros por toda España.
Otra denuncia: «Sólo el 12% de la población dispone de banda ancha real, el resto sufre la banda estrecha», afirman fuentes del sector.
La otra gran batalla en la que están embarcados los internautas, en clara inferioridad de condiciones, es la de la erradicación de los permanentes y crecientes abusos de las compañías que prestan el servicio. Según la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones, dependiente del Ministerio de Industria, el 51% del todas las reclamaciones de los usuarios son por abusos en Internet: altas fraudulentas no solicitadas; bajas no tramitadas (el usuario pide la baja pero el operador no se la da y le sigue facturando); frenos al cambio de operador; problemas en la calidad del suministro; y ancho de banda inferior al prometido, entre otras muchas quejas.
Precisamente ayer, Industria hizo públicos los principales fallos detectados en los contratos de los usuarios y exigió a las operadoras que corrijan irregularidades como las cláusulas de permanencia (penalizan al usuario si deja la compañía antes del periodo fijado), plazos de baja, formas de pago, plazo para iniciar la prestación del servicio, compromisos de calidad y un largo etcétera de abusos que diariamente sufren los usuarios.
Y es que hay mucho que corregir, pues una de cada cuatro reclamaciones sobre todo tipos de servicios al consumidor es de telecomunicaciones.
Un fenómeno sociocultural como el de Internet merece todo tipo de celebraciones, para concienciar a la sociedad de que disfrute de la buena nueva tecnológica más importante de finales del pasado siglo. Pero, al menos en el caso español, los internautas aprovecharán para reivindicar sus derechos y exigir a la Administración que impulse, de verdad, la llegada de Internet al mundo rural y vuelque sus esfuerzos en frenar los crecientes abusos que practican las operadoras sobre sus clientes.
España sigue por debajo de la media europea en penetración de Internet entre la población, pero además el hecho diferencial que distingue a nuestro país de sus vecinos es la gran brecha digital existente entre la ciudad y el entorno rural. Las operadoras compiten por llegar a los clientes finales en los grandes núcleos urbanos, donde los retornos de la inversión son mucho más rápidos que en zonas rurales.
Pero, ¿qué pasa con los más de cuatro millones de hogares rurales que no pueden conectarse a Internet porque el operador no lo ofrece aún? Ésta es una de las denuncias de la Asociación de Internautas, que advierte de que «entre el 25% y el 30% de la población no puede conectar aún su línea de telefonía fija a Internet». Eso sí, destaca que, hasta ahora, la única iniciativa interesante para acercar Internet al mundo rural es la impulsada por la entidad pública Red.es, para el desarrollo de más de 3.500 telecentros por toda España.
Otra denuncia: «Sólo el 12% de la población dispone de banda ancha real, el resto sufre la banda estrecha», afirman fuentes del sector.
La otra gran batalla en la que están embarcados los internautas, en clara inferioridad de condiciones, es la de la erradicación de los permanentes y crecientes abusos de las compañías que prestan el servicio. Según la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones, dependiente del Ministerio de Industria, el 51% del todas las reclamaciones de los usuarios son por abusos en Internet: altas fraudulentas no solicitadas; bajas no tramitadas (el usuario pide la baja pero el operador no se la da y le sigue facturando); frenos al cambio de operador; problemas en la calidad del suministro; y ancho de banda inferior al prometido, entre otras muchas quejas.
Precisamente ayer, Industria hizo públicos los principales fallos detectados en los contratos de los usuarios y exigió a las operadoras que corrijan irregularidades como las cláusulas de permanencia (penalizan al usuario si deja la compañía antes del periodo fijado), plazos de baja, formas de pago, plazo para iniciar la prestación del servicio, compromisos de calidad y un largo etcétera de abusos que diariamente sufren los usuarios.
Y es que hay mucho que corregir, pues una de cada cuatro reclamaciones sobre todo tipos de servicios al consumidor es de telecomunicaciones.