Jornada 25 Aniversario Asociacion de Internautas


Aclaraciones sobre el SPAM

Cuando los diputados desprecian a los ciudadanos


Esta semana los diputados españoles se quejaban amargamente de que sus buzones de correo electrónico estaban saturados por los mensajes de protesta de la rebelión ciudadana contra la "Ley Sinde". Y lo que es más grave, reconocían sin pudor alguno que estaban procediendo al borrado masivo de esos mensajes sin llegar a leerlos.




Imaginemos la siguiente situación: Usted que nos está leyendo, descubre que se quiere perpetrar un abuso contra la ciudadanía por parte de la clase política. Preocupado ante el cariz que están tomando los acontecimientos, decide escribir una carta de su puño y letra a sus representantes en el Congreso. Tras introducirla en el sobre y ponerle el sello correspondiente se acerca a su buzón de correos más próximo y la deposita allí. Vuelve a casa confiado en que en pocos días recibirá en su casa la respuesta de los representantes políticos a los que paga su sueldo para que trabajen por y para usted, y para que le aclaren sus dudas o preocupaciones.

Sin embargo, pocos días después un diputado cualquiera recibe esa carta en su despacho. Mira el remitente con desgana y piensa: "bah! es otro ciudadano normal y corriente" A continuación, y sin siquiera llegar a abrir la carta para interesarse por su contenido, la introduce en la trituradora de papel y pulsa el botón. Probablemente, mientras observa cómo la máquina engulle la carta, sonríe y piensa: "hale! problema resuelto!" Esta misma escena se repite sistemáticamente en los despachos del resto de diputados de la Cámara, día tras día.

Pues bien, esto mismo es lo que está sucediendo esta semana -en versión electrónica, se entiende- en los despachos de sus Señorías(?) y representa el desprecio más absoluto de la clase política (los empleados) hacia los ciudadanos a los que representan (sus jefes). En cualquier empresa medianamente seria, esto significaría el despido inmediato de todo empleado que realizara semejante acto de desprecio hacia su jefe. En esa empresa que llamamos España parece que las cosas no funcionan igual...o quizás sí, cuando llegue el momento de que los jefes ingresen la nómina de estos empleados (léase el voto) en el banco(léase la urna). Quizás esos mismos jefes que somos todos decidamos masivamente seguir una consigna que ya se multiplica de manera exponencial por Internet y que dice algo así como "no votaremos a aquellos que voten la aprobación de la Ley Sinde".

De hecho, esa línea de desprecio continuo hacia el sentir de la ciudadanía es lo que ha provocado que hagamos de nuevo el ridículo en Europa y que estemos ante la posibilidad de colapsar aún más el sistema judicial por las múltiples reclamaciones que se están produciendo para recuperar las cantidades indebidamente cobradas a administraciones, empresas y personas jurídicas en general en concepto de canon digital.

Ya en enero de 2008, el jefe de gabinete de Presidencia prometió a la plataforma Todos Contra el Canon que el Presidente intercedería ante Industria y Cultura para modificar algunos aspectos del canon. Palabras vacías y más desprecio a la ciudadanía. Casi han pasado tres años desde entonces, y por no haber hecho nada en su momento, ha tenido que llegar el Tribunal de Justicia de la Unión Europea a tirarnos de las orejas por aplicar ilegalmente ese canon a personas jurídicas.

De nuevo, dos millones de firmas mostraban el descontento de los ciudadanos y de nuevo los políticos (en este caso la propia Presidencia del Gobierno) despreciaban esas quejas.

Si el jefe de gabinete de Zapatero hubiera atendido una o algunas de las peticiones que prometió estudiar, cuando recibió 2.000.000 de firmas que le entregamos personalmente desde la plataforma TCC, una de ellas era precisamente que la Ley tenía que eximir a Administraciones y empresas, hoy no estaríamos envueltos en la inseguridad jurídica a la que nos ha llevado. Y además hubiera evitado que administraciones estatal, autonómicas y municipales y 3.000.000 de empresas grandes, medianas, pequeñas y empresarios individuales hayan pagado indebidamente a las sociedades de gestión cientos de miles de euros en compensación por nada.

¿Qué es el spam?

Se suele acusar a los internautas que envían mensajes a los diputados de practicar el spam. Así que vamos a intentar aclarar qué es y qué no es spam, para terminar de despejar las dudas:

Normalmente se asocia el spam con el envío masivo de mensajes de tipo comercial, con la intención de conseguir vender un producto. Si realizas un envío masivo de estas ofertas, basta que un 1% de los que lo reciben se decidan a comprar el producto y habrás hecho un buen negocio.

Sin embargo, el spam no es necesariamente comercial. Lo que realmente distingue al spam es que se trata de mensajes no solicitados, sean del tipo que sean.

En consecuencia, vamos a analizar dos ejemplos prácticos sencillos para comprenderlo mejor:v

A) Envío de mensajes masivos a los diputados

NO ES SPAM. Los diputados no pueden argumentar que son mensajes "no solicitados" porque su obligación es precisamente la de atender a los ciudadanos, que con su voto han decidido que aquellos sean sus representantes (esto es, que representen sus intereses). En consecuencia, los diputados deben dar respuesta a sus preocupaciones y atender sus peticiones, tanto si éstas se producen mediante carta tradicional, por vía telefónica o mediante correo electrónico.

B) Envío de papeletas en período electoral

SÍ ES SPAM. Durante las campañas electorales nuestros buzones aparecen plagados de propaganda electoral de los diferentes partidos. Es más, por si aún no tenemos claro que "debemos" votarles, nos incluyen amablemente las papeletas de sus partidos y los sobres para que ya vayamos preparados al colegio electoral y sólo tengamos que acercarnos a la urna a depositar el voto.

En este caso sí se trata de mensajes no solicitados puesto que los ciudadanos no tenemos ninguna obligación de atender a los políticos, sino más bien al contrario; son ellos los que se deben a los ciudadanos y no al revés. Por si este intolerable acto de spam no fuera suficiente, todo ese gasto de tinta y papel se realiza con NUESTRO dinero y sin consultarnos previamente sobre si ese gasto nos parece correcto o totalmente fuera de lugar.

Es todo más simple de lo que parece

Lo que ha ocurrido con los buzones de los diputados es más que sencillo de explicar. La ciudadanía se opone masivamente a una ley que pretende suplantar la Autoridad Judicial porque a determinadas personas no les gusta lo que la Autoridad Judicial sentencia una vez tras otra, que las páginas de enlaces así como el conocido P2P ("la Mula", para entendernos) no son ilegales si no concurre el ánimo de lucro.

Y como los jueces nos molestan, pues nos los quitamos de en medio con una autoridad administrativa que pueda hacer con Internet lo que le venga en gana. ¿Perdón, alguien ha dicho al fondo de la sala algo de "separación de poderes"? Pues censurado! que lo expulsen de la sala, que eso es un concepto muy anticuado.

Antiguamente, cuando el hartazgo de la ciudadanía llegaba a su límite se tomaban Bastillas o se quemaba algo. En este caso, sin embargo, se trata de una protesta completamente cívica donde los ciudadanos interpelan a sus diputados y les instan a que hagan su trabajo, esto es, defender sus intereses.

Y si esto les causa tanta preocupación a los diputados, la solución es bien simple: una vez demostrado como se ha demostrado que la ciudadanía rechaza masivamente la "ley Sinde" y que la indignación ha corrido como la pólvora en Internet, sólo hay que eliminar la Disposición Final Primera de la LES y el problema habrá quedado resuelto.

Porque cuando no se pone coto a los abusos y se pretende ningunear a la ciudadanía hasta la náusea, sin solución de continuidad, siempre acaba surgiendo alguien con ganas de tomar la Bastilla o quemar algo.

Es tiempo de democracia 2.0v

Estamos en el siglo XXI, por si alguien no lo ha descubierto aún. Y la democracia tradicional ya no tiene sentido en una sociedad en Red. Muchos modelos antiguos están cayendo y otros adaptados a nuestra era están surgiendo en todos los ámbitos de la sociedad. En política, también. El modelo tradicional de política ya no sirve. Los ciudadanos, hartos de que no se les escuche y no se les tenga en cuenta, optan por no acercarse siquiera a las urnas y la abstención sigue en aumento.

Es hora de que los ciudadanos sean escuchados y se les consulte de manera habitual sobre los temas que les preocupan. Internet ya provee los medios técnicos para hacer esto posible y que no sea necesario tener que escribir un correo electrónico a los diputados para que éstos conozcan su opinión. La revolución de las comunicaciones ya permite votar los asuntos que preocupan a los ciudadanos de forma instantánea y sencilla, sin tener que desplegar toda una parafernalia de papeletas y colegios electorales. Y cuando esto se haga, ya no será necesario enviar cartas ni los buzones de correo electrónico se llenarán de mensajes, porque los diputados conocerán la opinión de la ciudadanía en tiempo real.

Para convertirlo en realidad, no quedan ya obstáculos técnicos. Sólo se necesita perder el miedo al cambio y sobre todo, la voluntad de hacerlo.

Asociación de Internautas

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