@dbollero en Posos de Anarquía .- En septiembre del año pasado, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, posaba orgulloso junto al seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque, al entregarle el DNIe número 30 millones. Entre esa imagen y la de José Antonio Alonso entregando el primer DNI electrónico en Burgos ha pasado más de media década y una auténtica lluvia de cifras y despropósitos.
La historia del nuevo carné de identidad está repleta de contradicciones, sinsentidos y opacidad. Prueba de ello es que si el 28 de septiembre de 2011 Fernández Díaz se jactaba de haber alcanzado los 30 millones de DNIe expedidos, en menos de dos meses después un portavoz del ministerio del Interior confirmaba a Posos de Anarquía que ya se habían alcanzado los 32 millones. Todo un sprint, a millón por mes, puesto que según el director general de Red.es, Borja Adsuara, en julio se andaba por los 28 millones.
Pero, ¿de qué sirven tantos DNIe en circulación?¿Se está haciendo uso de ellos o, sencillamente, son el mismo pedazo de plástico que antaño llevábamos en nuestras carteras fotocopiándolo cada vez que hacemos un trámite? De hecho, este mismo año (y en 2012), cada vez que uno se negaba a pagar el euro por receta en Catalunya debía rellenar una serie de formularios y adjuntar una fotocopia del DNI, ya fuera electrónico o analógico.
La verdad es que según alguno de los últimos informes (eEspaña 2011 , Fundación Orange) el porcentaje de españoles con el nuevo documento que hacen uso efectivo del mismo no llega ni siquiera al 5%. La noticia, en realidad, no cogía a nadie por sorpresa y ya en 2009, con 13 millones de carnés en circulación, la propia secretaria de Estado de la Función Pública, Carmen Gomis, admitía que la utilización es escasa y no acorde al volumen de tarjetas emitidas. El remedio entonces fue poner 13 millones de euros encima de la mesa para armar una potente campaña publicitaria y regalar 800.000 lectores de tarjeta inteligente.
Uno de los lectores de tarjeta inteligente del PlanE (S.Barrenechea/Efe)
No funcionó. Un año después (y un millón más de DNIe expedidos), el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, advertía de su uso residual, llamando la atención sobre el hecho de que durante la última Declaración de la Renta se registraron más de un millón y medio vía internet pero mediante la firma electrónica y no con el DNIe. Domingo criticó la estrategia del Gobierno y, concretamente, la desproporción entre lectores de tarjeta repartidos (800.000) en relación a los documentos en circulación (14 millones). Un año más tarde, ya en 2011, se haría público que la cifra de lectores alcanzaba un millón trescientos mil, pero el 60% de ellos distribuidos dos años después del arranque del nuevo carné. Demasiado tarde en opinión de los expertos.
Campañas de información multimillonarias
¿Qué ha sucedido? ¿Por qué superada ya la barrera de los 30 millones de DNIe su uso sigue siendo tan bajo? Posos de Anarquía se puso en contacto con Ana Isabel Vicente, la primera española con DNI electrónico y, a la luz de lo declarado, bien podría montar junto a Interior una campaña de resucitación de esta tarjeta inteligente: Yo sí que lo utilizo mucho, con el aparatito ese [lector de tarjeta, se entiende] enchufado en el ordenador... pero es una excepción.
Preguntado el año pasado Borja Adsuara por el duro trabajo que aún restaba por hacer en torno al DNI electrónico, el director general de Red.es se limitó a recordar iniciativas como www.usatudni.es, una web lanzada tres años atrás que plantea serias dudas sobre su efectividad, más aun considerando su similitud en cuanto a contenido con su predecesora ambas siguen activas- www.dnielectronico.es, nacida en marzo de 2006.
Y es que las campañas de sensibilización y dinamización del uso del DNIe siempre han contado con importantes dotaciones económicas. A los 13 millones de euros de 2009, se sumaron otros 12 en 2010 y 3 millones más en 2011. Así pues, no parece que, como sostiene Raúl Mosquera, coordinador de Proyectos de Accesibilidad de INTECO, sean necesarias campañas específicas para el uso del DNI.
Siempre las hubo, como la ambiciosa iniciativa puesta en marcha por Sebastián Muriel desde Red.es en junio de 2009, cuando se planificó una campaña en prensa por valor de 200.000 euros y un plan de medios por 3,4 millones de euros (ambos lotes, con IVA, más de 4,1 millones de euros). No eran los únicos elementos de este acuerdo entre la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información y la Red.es para el desarrollo de actuaciones para el apoyo al despliegue del documento nacional de identidad electrónico.
Entonces, también se pensó en un portal web de divulgación (unos 520.000 euros), folletería y cartelería por casi 300.000 euros y lo que se tuvo a bien llamar Dinamización, que entre software, hardware, instalaciones, desplazamientos y, cómo no, los propios dinamizadores, absorbía una inversión cercana a los 3,8 millones de euros.
La historia del nuevo carné de identidad está repleta de contradicciones, sinsentidos y opacidad. Prueba de ello es que si el 28 de septiembre de 2011 Fernández Díaz se jactaba de haber alcanzado los 30 millones de DNIe expedidos, en menos de dos meses después un portavoz del ministerio del Interior confirmaba a Posos de Anarquía que ya se habían alcanzado los 32 millones. Todo un sprint, a millón por mes, puesto que según el director general de Red.es, Borja Adsuara, en julio se andaba por los 28 millones.
Pero, ¿de qué sirven tantos DNIe en circulación?¿Se está haciendo uso de ellos o, sencillamente, son el mismo pedazo de plástico que antaño llevábamos en nuestras carteras fotocopiándolo cada vez que hacemos un trámite? De hecho, este mismo año (y en 2012), cada vez que uno se negaba a pagar el euro por receta en Catalunya debía rellenar una serie de formularios y adjuntar una fotocopia del DNI, ya fuera electrónico o analógico.
La verdad es que según alguno de los últimos informes (eEspaña 2011 , Fundación Orange) el porcentaje de españoles con el nuevo documento que hacen uso efectivo del mismo no llega ni siquiera al 5%. La noticia, en realidad, no cogía a nadie por sorpresa y ya en 2009, con 13 millones de carnés en circulación, la propia secretaria de Estado de la Función Pública, Carmen Gomis, admitía que la utilización es escasa y no acorde al volumen de tarjetas emitidas. El remedio entonces fue poner 13 millones de euros encima de la mesa para armar una potente campaña publicitaria y regalar 800.000 lectores de tarjeta inteligente.
Uno de los lectores de tarjeta inteligente del PlanE (S.Barrenechea/Efe)
No funcionó. Un año después (y un millón más de DNIe expedidos), el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, advertía de su uso residual, llamando la atención sobre el hecho de que durante la última Declaración de la Renta se registraron más de un millón y medio vía internet pero mediante la firma electrónica y no con el DNIe. Domingo criticó la estrategia del Gobierno y, concretamente, la desproporción entre lectores de tarjeta repartidos (800.000) en relación a los documentos en circulación (14 millones). Un año más tarde, ya en 2011, se haría público que la cifra de lectores alcanzaba un millón trescientos mil, pero el 60% de ellos distribuidos dos años después del arranque del nuevo carné. Demasiado tarde en opinión de los expertos.
Campañas de información multimillonarias
¿Qué ha sucedido? ¿Por qué superada ya la barrera de los 30 millones de DNIe su uso sigue siendo tan bajo? Posos de Anarquía se puso en contacto con Ana Isabel Vicente, la primera española con DNI electrónico y, a la luz de lo declarado, bien podría montar junto a Interior una campaña de resucitación de esta tarjeta inteligente: Yo sí que lo utilizo mucho, con el aparatito ese [lector de tarjeta, se entiende] enchufado en el ordenador... pero es una excepción.
Preguntado el año pasado Borja Adsuara por el duro trabajo que aún restaba por hacer en torno al DNI electrónico, el director general de Red.es se limitó a recordar iniciativas como www.usatudni.es, una web lanzada tres años atrás que plantea serias dudas sobre su efectividad, más aun considerando su similitud en cuanto a contenido con su predecesora ambas siguen activas- www.dnielectronico.es, nacida en marzo de 2006.
Y es que las campañas de sensibilización y dinamización del uso del DNIe siempre han contado con importantes dotaciones económicas. A los 13 millones de euros de 2009, se sumaron otros 12 en 2010 y 3 millones más en 2011. Así pues, no parece que, como sostiene Raúl Mosquera, coordinador de Proyectos de Accesibilidad de INTECO, sean necesarias campañas específicas para el uso del DNI.
Siempre las hubo, como la ambiciosa iniciativa puesta en marcha por Sebastián Muriel desde Red.es en junio de 2009, cuando se planificó una campaña en prensa por valor de 200.000 euros y un plan de medios por 3,4 millones de euros (ambos lotes, con IVA, más de 4,1 millones de euros). No eran los únicos elementos de este acuerdo entre la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información y la Red.es para el desarrollo de actuaciones para el apoyo al despliegue del documento nacional de identidad electrónico.
Entonces, también se pensó en un portal web de divulgación (unos 520.000 euros), folletería y cartelería por casi 300.000 euros y lo que se tuvo a bien llamar Dinamización, que entre software, hardware, instalaciones, desplazamientos y, cómo no, los propios dinamizadores, absorbía una inversión cercana a los 3,8 millones de euros.