La sentencia determina que el acceso a banda ancha no es un lujo sino una necesidad para la vida actual, como lo es, por ejemplo, el acceso a las comunicaciones o la electricidad. Además refuerza la idea de que no debe existir una Internet de primera y otra de segunda tal como algunas empresas quieren y están planificando; es decir, se defiende net neutrality o neutralidad de la Red.
La neutralidad de la red se podría explicar así: todo el mundo debería tener acceso a cualquiera de los servicios disponibles en los mismos términos, sin importar dónde esté o qué aplicación utilice, añadido al hecho de que un pago extra no puede dar un trato preferencial a un contenido en la Red.
Los derechos digitales -todos aquellos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación- que afectan a nuestras libertades y conexiones -es decir: oportunidades- deben considerarse y afrontarse como derechos tanto en la Unión Europea como en las nuevas reformas constitucionales previstas en agendas como la española. La neutralidad de la Red debe ser un derecho básico garantizado.
Quebrar la neutralidad, pervertir Internet
Una Internet que continúa basándose en la net neutrality es el poso que hace posible la innovación, la generación de nuevos servicios y proyectos basados precisamente en la horizontalidad y las posibilidades casi ilimitadas de una red de redes infinita. En ese sentido, quebrar la regla con la que se creó Internet la pervierte.
Internet se creó con una filosofía. "Internet debe seguir siendo una infraestructura que debe servir para que podamos construir sobre ella nuestras aplicaciones, nuestros modelos de negocio, servicios y programas sin prioridades. Una infraestructura que no pueda modificar/manipularse para favorecer un tipo u otro de negocio", explicó Vindon Cerf, uno de los padres de Internet y actual jefe de Evangelización de Internet de Google en su reciente visita a Barcelona. Se puede considerar que quebrar la regla básica de la net neutrality es pervertir la concepción de esta infraestructura, es más, diría que es matar Internet, deberían cambiar su denominación.
Un mundo dinámico
Pero, la defensa de la infraestructura de Internet en sí misma no tiene sentido en un mundo dinámico. Internet seguramente evolucionará a otras redes o modelos de infraestruturas. El verdadero problema de quebrar la net neutrality radica en que es el equivalente a permitir un sistema castas en la Edad Media pero en el siglo XXI. Es la red de redes la que permite la conexión y comunicación, elementos imprescindibles en la nueva sociedad en red para respetar cada uno de los derechos fundamentales en los que se basan las democracias modernas y que se enunciaron en el siglo XVIII.
Colaboración y cooperación
Internet es un modelo de infraestructura basada en la colaboración y la cooperación de una serie de redes. Una serie de redes que se unieron para poder compartir información sin límites ni jerarquías, para poder compartir recursos, para que la suma de estas contribuciones produzca la multiplicación de posibilidades y oportunidades para todos los nodos de la red. Precisamente a partir de la creación de Internet aparece todo el movimiento hacker, movimientos Open basados en abrir, compartir software, conocimiento, contenidos. La propia infraestructura demuestra que una Red abierta y compartida permite la innovación y beneficios potenciales al conjunto. En este sentido, es clave mantenerla tan abierta como sea posible para que toda esta invención colaborativa, toda esta innovación sin permisos, pueda seguir ocurriendo.
La decisión en Estados Unidos se ha calificado como una victoria para personas consumidoras e innovadoras que merecen un acceso sin restricciones a toda la red, y asegura que Internet siga siendo una plataforma de innovación sin paralelo, libre expresión y crecimiento económico. Esta filosoíia debería estar en el corpus de derechos de la vieja Europa, pero Europa de los derechos.
La neutralidad de la red es uno de los derechos digitales que deben garantizarse en nuestras normas. Aunque todavía resulta un concepto desconocido para el conjunto de ciudadanía, la neutralidad de la red es una base material que hace posible las oportunidades y libertades clásicas.