Noticias aparecidas en el intervalo de siete días, que me dicen que basta tener la app "Face2Gene" y elegir una foto mía, de las decenas que "flotan" en la Red, para saber si tengo o no una enfermedad rara; que si digo algo a alguien que se ofende en Internet, me van a multar; que mi empresa por el mero hecho de serlo debe asumir "intimidaciones verbales" del tipo "si no haces lo que quiero, te hundo online"; que una armada de robots me quitará el trabajo, o me lo ahorrará, o me defenderán en juicio; que llegará un momento en el que las máquinas superarán la inteligencia de los humanos y que ya trabajan en un "sistema de prevención para poder interrumpirlas"; que EEUU considera más importante mi perfil de Facebook que mi currículum y que al paso que voy nunca seré una influencer; o que la UE necesita todos mis datos bancarios para saber si estoy como una maraca y quiero redimir al mundo con violencia, aunque lo más probable es que sólo vea que para ser abogada gasto demasiado en gadgets. Pues vale, oficialmente, me rindo.
Noticias aparecidas en el intervalo de siete días, que me dicen que basta tener la app "Face2Gene" y elegir una foto mía, de las decenas que "flotan" en la Red, para saber si tengo o no una enfermedad raraAsumo que los proveedores de servicios reciben/almacenen mis datos, que tracen perfiles de mi personalidad con los datos de navegación, que analicen mis fotos en busca de informaciones médicas, que sepan en qué me gasto el dinero, dónde estoy mediante geolocalización, a quien llamo, a quien mareo con creativos memes, a quien critico por no darme el servicio que creo que merezco, qué es lo que falta en mi nevera, etc. E incluso asumiré que pasen todo esto a los Gobiernos y les faciliten sus tareas de espionaje.
Doy por hecho que todo esto va a suceder, y no pienso dejar de vivir tranquila por ello, pero no es porque no tenga nada que temer u ocultar, porque no voy a hacer nada malo, sino porque a cambio exigiré con vehemencia dos cosas: leyes justas y una acorde delimitación de responsabilidades que las hagan efectivas. Quiero sin excusas poder exigirles que cumplan la Constitución y la finalidad de sus garantías, antes y después del tratamiento de la información que tan generosamente les ofrezco (o me arrebatan), y también todas las normas que se crearon para su desarrollo, directa o indirectamente, y todos los acuerdos internacionales que le deben respeto. Quiero que "mi ventana al mundo" no se convierta en mi guillotina por quienes la sostienen, la vigilan, o simplemente la utilizan como yo.Permítanme suponer un 2017 lleno de seguridad jurídica, de respeto, y de derechos humanos efectivamente ejercidos, también en el mundo digital.
Artículo de Ofelia tejerina abogada de la Asociación de Internautas en bez.es