Los piratas informáticos, que habrían conseguido hacerse con un 1,5 terabytes de información confidencial, lograron filtrar el nuevo capítulo de la serie Room 104 y el guion del cuarto episodio de la nueva temporada de Juego de tronos, que se estrena el próximo domingo, y amenazan con colgar más información.
La ciberseguridad ha puesto en jaque a las nuevas formas de distribución audiovisual en streaming y no es la primera vez que una gran empresa es víctima de este tipo de delincuencia informática. Otra de las plataformas de televisión a la carta, Netflix, sufría en mayo el ataque cibernético de thedarkoverlord, un hacker que la extorsionó sin éxito después de hacerse con una copia de un estreno.
La compañía ignoró las peticiones del pirata, que pedía un rescate en bitcoins valorado en unos 40.000 euros para no filtrar la información. Netflix no cedió al chantaje y la quinta temporada de una de sus series estrella, Orange is the New Black, fue distribuida en la Red de forma ilegal.
A Disney le ocurrió lo mismo con la quinta entrega de Piratas del Caribe y Sony fue víctima de un ciberataque a gran escala con motivo del estreno de The Interview, película que parodiaba al presidente norcoreano, Kim Jong-un. De hecho, se cree que detrás del ataque se encontraba el Lazarus Group, un colectivo de hackers norcoreano presuntamente vinculado con la reciente crisis provocada por WannaCry.
Para paliar situaciones como esta, el presidente de la Asociación de Internautas, Víctor Domingo, apuesta por una mayor inversión en seguridad: «Las plataformas deben dar una confianza a sus clientes, porque todos los sitios son susceptibles de hackeo, pero se debe invertir en un equipo de seguridad capaz de afrontar este tipo de situaciones con diligencia».
El Black Hat USA, el evento de hackers más importante del mundo, abordó el pasado fin de semana cuestiones como la vulnerabilidad en los sistemas operativos, la facilidad para robar información y los problemas en infraestructuras estratégicas. Su principal conclusión fue que no se puede garantizar la seguridad de una web al 100 %, pero los riesgos se pueden reducir.