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   Noticias - 17/Noviembre/99

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Terra: una sorpresa, un éxito y un abuso

Pocos españoles habían oído hablar de Terra hace un mes. Ayer, la filial de Telefónica dio un paso para entrar en el Guinness bursátil: en su primer día de cotización, sus títulos subieron de 13 a 37 euros como consecuencia de una fiebre compradora que superó todas las expectativas. Las acciones de Terra llegaron a rebasar los 50 euros en Wall Street, una revalorización jamás alcanzada por los valores estrella de Internet y la industria de alta tecnología.

En sólo unas pocas horas, Terra pasó a convertirse en la octava empresa española por capitalización bursátil, superando a Tabacalera, el Popular y Bankinter y sitúandose cerca de Argentaria. Terra vale hoy casi 1,8 billones de pesetas, lo que costaba Telefónica en las fechas en que fue nombrado presidente Juan Villalonga, al que no se le puede negar el mérito de un diseño estratégico y de una colocación que proporcionará enormes plusvalías a su compañía.

Pero sí difícil, por no decir imposible, era prever que Terra iba a triplicar su cotización en un día, más complicado resulta todavía explicar por qué los inversores han realizado tan astronómica valoración de una empresa que va a facturar este año 5.000 millones de pesetas, con unas pérdidas de 6.000 millones, por muy halagüeñas que sean sus expectativas de negocio.

En una economía capitalista, aunque sea virtual, las cosas valen lo que la gente está dispuesta a pagar. Desde este punto de vista, nada se puede objetar a lo que sucedió ayer. La sorprendente subida de las acciones de Terra entra dentro de las reglas de juego del mercado. Pero no el estratosférico enriquecimiento de cinco accionistas de esta filial de Telefónica, a los que se les dio la oportunidad de comprar títulos de Terra a cuatro euros en octubre. Ganaron ayer más de 25.000 millones de pesetas al multiplicar por diez lo que habían invertido hace dos meses. Martín Velasco, consejero de Telefónica -que dispuso por lo tanto de información privilegiada al comprar y vender el buscador Olé-, obtuvo en pocas horas una plusvalía de más de 10.000 millones de pesetas.

Al margen de la perplejidad que pueden suscitar estos comportamientos en millones de ciudadanos, la dirección de Telefónica debe una explicación a la opinión pública y a la Comisión del Mercado de Valores. Y, sobre todo, el caso de Martín Velasco, como el de las stock options de los directivos de Telefónica, pone en evidencia la necesidad de una ley que ponga límites y exija la máxima transparencia en este tipo de operaciones.

 

REPRODUCIDO DE EL MUNDO