España, a la cola de Europa en número de hogares con ordenador
y conexión a Internet
Un estudio
sobre el impacto de las nuevas tecnologías señala que sólo el 5% de los hogares
españoles tiene acceso a Internet, muy lejos de los niveles que presentan países como
Holanda o Suecia
ÀLEX BARNET
BARCELONA. - Los hogares españoles son los que tienen el menor número de ordenadores y
uno de los porcentajes más bajos de conexión a Internet, según un estudio que analiza
los efectos de las nuevas tecnologías en ocho países continentales. La confirmación de
que el fenómeno Internet lleva en Europa dos años de retraso respecto a Norteamérica y
de que este desfase no va a desaparecer en un horizonte inmediato de tiempo son otras de
las conclusiones más llamativas que se desprenden del trabajo realizado en ocho países
continentales por el Institute of Home Computing, un organismo recientemente creado por
Packard Bell, uno de los principales fabricantes mundiales de ordenadores.
El estudio, presentado en París, es el primero de una serie de aproximaciones
sociológicas que el Institute of Home Computing quiere realizar sobre la masificación en
el uso de Internet y de los ordenadores, y las repercusiones que ambos fenómenos tienen
en la vida cotidiana y familiar.
Según este trabajo inicial, basado en una encuesta a 3.500 usuarios de Francia, España,
Reino Unido, Bélgica, Suecia, Alemania, Italia y Holanda y en datos adicionales de
consultoras como Dataquest o Inteco, España tiene un retraso muy superior a la media
europea. De hecho, es el país con menor porcentaje de ordenadores instalados en los
hogares (un 18 por ciento) y tiene una implantación doméstica de la conexión a Internet
también muy baja (un 5,1 por ciento de los hogares), sólo superior a la de Francia (3,9
por ciento de los hogares, que se explica por la popularidad del Minitel) y muy lejos de
las cifras de Holanda o Suecia.
El mercado europeo de ordenadores domésticos y del uso de Internet están creciendo
velozmente, con tasas de un 40 por ciento en algunas zonas, pero en opinión del Institute
of Home Computing este incremento no supondrá, de momento, la desaparición del retraso
histórico que separa a Estados Unidos y Europa en este campo.
Este desfase obedece a diversas causas. Los precios de los equipos, el nivel de vida
y los costes de las telecomunicaciones son diferentes en Estados Unidos y en Europa. Este
hecho implica que allí los equipamientos sean más asequibles que en el Viejo
Continente, explica a este diario Pascal Cagni, vicepresidente de consumo de Packard
Bell y uno de los ponentes del estudio de Institute of Home Computing.
Pero también es importante que aquí, en Europa, aunque hay excepciones, estamos
detectando que la actitud cultural de la gente es diferente. En general, el consumidor
europeo es más reservado y necesita convencerse de las ventajas de lo que le ofrecen
antes de adoptar masivamente una no-vedad, añade Cagni.
Según el mismo Cagni, el resultado de todo esto es que aunque las diferencias entre
Eu-ropa y Estados Unidos se acortaran algo, el desfase, que al día de hoy técnicamente
ciframos en dos años, va a mantenerse durante bastante tiempo. Averiguar el tiempo exacto
será uno de los estudios que tenemos pensado hacer en el futuro.
En el terreno puramente sociológico, el informe elaborado por el Institute of Home
Computing aporta datos interesantes sobre la percepción general y local de la cultura del
ordenador. En este sentido, el 77 por ciento de los encuestados opina que Internet y el
correo electrónico son medios de comunicación que tendrán un importante efecto en las
relaciones interpersonales en los próximos años.
Por otro lado, un 76 por ciento de las personas que han participado en la encuesta estima
que el acceso de los niños al ordenador asegura mayores oportunidades en la vida. Y el
mismo porcentaje considera que el ordenador, además de un instrumento útil, es un
signo de modernidad.
España es el país donde el ordenador es más valorado como herramienta para la mejora
social. Esta es la respuesta del 67 por ciento de los encuestados españoles. Una actitud
que contrasta, por ejemplo, con la de los holandeses, que, con un parque de máquinas y
conexiones altísimo, que prácticamente iguala los niveles norteamericanos, opinan que
las nuevas tec-nologías son simplemente imprescindibles.
Sólo un 20 por ciento de los holandeses cree que el ordenador es una herramienta para la
mejora social. De igual modo, apenas un 33 por ciento de los encuestados residentes en
Holanda valora estas máquinas como un signo de modernidad. En cambio, los españoles, a
la cola de Europa por lo que se refiere a conexiones a Internet, creen de forma
mayoritaria que el ordenador es un signo de modernidad. Un 75 por ciento de las respuestas
obtenidas por el Institute of Home Computing correspondientes al territorio español así
lo indican.
Los jóvenes ven la red
como el medio de comunicación del futuro
¿Tienen Internet y el ordenador un efecto integrador en el hogar? ¿Son medios que
ayudan a las relaciones interpersonales? ¿Se confirma la idea de que existe un corte
generacional o por sexos en el uso de estas tecnologías?
El Institute of Home Computing ha introducido algunas de estas preguntas en su estudio
europeo. En el aspecto generacional, el trabajo destaca que el 82 por ciento de los
encuestados con edades comprendidas entre los 18 y los 24 años opina que Internet es el
sistema de comunicación que tendrá mayor impacto en las comunicaciones interpersonales
del futuro. Y un 63 por ciento del total de la muestra, incluidas todas las edades, piensa
que la red ayudará a la gente a aprender de nuevo a escribir mensajes a los
demás, en lo que puede interpretarse como una tendencia muy favorable al correo
electrónico, un sistema que para algunos especialistas lleva camino de suplantar muchas
de las funciones del correo postal.
La utilización y la vivencia cotidiana de las nuevas tecnologías, sin embargo, se
resiente de diferencias entre sexos y edades. Los usuarios más integrados son los
jóvenes, especialmente los chicos. Se confirma que existe una relación entre el interés
por los videojuegos y su extensión posterior al ordenador y a Internet. La informática
para ellos forma parte de su vida diaria, explica la socióloga Dominique Pastier,
del Centro de Estudios de Movimientos Sociales de París y una de las colaboradoras del
Institute of Home Computing.
Las chicas participan menos de esta revolución y muchas veces se da una relación
colectiva junto al ordenador que sólo vincula al padre y los hijos varones. Las chicas no
tienen el mismo papel y la madre es una figura a menudo totalmente ausente de este
proceso, añade.
Según Dominique Pastier, la explicación puede ser esta: No es una marginación, ni
que exista un rechazo femenino a estos temas. Parece que en muchos casos las mujeres no
están dispuestas a invertir el tiempo que hace falta para empezar a manejarse con la
informática. Prefieren hacer otras cosas o en el caso de las madres, probablemente, ven
este terreno como un objetivo muy secundario.
La tecnología invisible y la virtualidad global
El diseñador industrial italiano Pier Luigi Molinari y el futurólogo británico Ray
Hammond son dos de los teóricos que han contribuido al primer trabajo del Institute of
Home Computing, una de cuyas aspiraciones es convertirse en un foro de referencia sobre la
evolución del mercado informático doméstico.
En opinión de Molinari, miembro del Consejo de Diseño de la Unión Europea, la ruptura
estética creada por el lanzamiento del iMac de Apple es sólo el aperitivo de una serie
de cambios que van a afectar a formas, colores y también al funcionamiento de los
ordena-dores.
Los ordenadores ocuparán un lugar central en la vida doméstica y, para ello,
serán diferentes y más fáciles de utilizar. La tecnología debe ser invisible para el
usuario. Un modelo es el de la industria de los coches. Cada vez se hacen coches más
sofisticados, pero conducir esfácil, opina el diseñador ita-liano.
Para Ray Hammond, autor de libros como Computers and your child y profesor en
la Universidad de Nottingham, el impacto social y cultural de los ordenadores e Internet
está sólo en sus inicios. La proliferación de todo tipo de aparatos per-sonales
interconectados entre ellos -pequeños ordenadores, teléfonos multiuso, etcétera- está
creando un entorno planetario que crece exponencialmente y que en pocos años alcanzará,
gracias a sistemas como el reconocimiento de voz o el funcionamiento intuitivo, a sectores
hasta ahora reacios al impacto de la informática.
El nombre que este experto en nuevas tecnologías propone para el entorno comunicativo
omnipresente es virtualidad global.

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