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La reventa legal alza la voz contra las entradas nominales


El Gobierno contempla hacerlas obligatorias para grandes eventos y Ticketmaster asegura que son «un éxito», pero Stubhub las critica porque «limitan la libertad del fan». La reventa de entradas de conciertos, que tantos ríos de tinta ha hecho correr en los últimos años, será uno de los grandes temas a legislar en 2019 en lo que al mundo del espectáculo se refiere. La Conferencia Sectorial de Cultura ya ha aprobado que se haga una norma estatal para regularla, y una de las opciones de intervención normativa que refleja su informe es la de «imponer la obligación de emitir entradas nominativas en determinados conciertos de gran afluencia».





Nacho Serrano ABC.- Este sistema tiene una ventaja esencial (mayor seguridad contra el fraude y la especulación) y un inconveniente logístico (controles de acceso más engorrosos), pero este año ha habido varios conciertos que han sido la gran prueba de fuego para las entradas nominales, y según asegura Ticketmaster (el mayor portal de venta del mundo), su uso ha sido un éxito. «La entrada nominal, que exige que el usuario se identifique en el momento de la compra y a la hora de acceder al evento, ha demostrado ser uno de los sistemas más eficaces para luchar contra el fraude y la especulación», aseguran desde la ticketera. «Entre 2017 y 2018, Ticketmaster España ha comercializado entradas nominales para conciertos de altísima demanda como los de Rolling Stones, U2, Metallica, Kylie Minogue, Ed Sheeran o Mumford & Sons. En total se vendieron 273.444 tickets nominales, de los que sólo un porcentaje mínimo de entradas terminaron en la reventa».

 

Ticketmaster asegura que gracias al control de acceso a los recintos con entradas nominales, se ha logrado «una espectacular caída» de la reventa en los grandes recitales. El concierto de Rolling Stone, en septiembre de 2017 en el Estadi Olimpic de Barcelona, fue el primer evento con entradas nominales en España, y en él se detectó un 2% de incidencias. La experiencia posterior con Metallica en el WiZink Center de Madrid, «fue aún más positiva» ya que se consiguió que el número de incidencias apenas alcanzara el 0,6% por ciento. La situación mejoró aún más con el show de Kyle Mingue donde el número de incidencias se redujo a 0,2%, un 90% menos que en el concierto de Rolling Stones. «El progresivo descenso en el número de casos de fraude o reventa en estos conciertos confirma el enorme poder disuasorio de las entradas nominales sobre los especuladores», aseguran desde Ticketmaster, que además habría constatado que «en ninguno de los eventos señalados se produjeron altercados ni cuellos de botella en los accesos a los recintos a pesar de los controles nominales».

 

Eugeni Calsamiglia, Director General de Ticketmaster España, asegura que «artistas y promotores están apostando cada vez más por sistemas informáticos como los nuestros que proporcionan gran seguridad en la compra de entradas ya que ponen freno a la reventa y favorecen a los verdaderos fans. Las entradas nominales han supuesto un importante avance en la lucha contra el fraude y la especulación. Es más complejo comprar una entrada y requiere un mayor control en los accesos, pero, a la luz de los datos, fans y artistas parecen estar satisfechos con estas opciones».

Una herramienta que se ha empleado este 2018 para poner en práctica las entradas nominales ha sido el «Verified Fan», un sistema de preventa exclusiva para los fans, que a través de un complejo algoritmo y una potente base de datos, evalúa su grado de fidelidad. Así, siempre sería el verdadero fan quien adquiera la entrada, ya que «Verified Fan» es capaz de detectar y descartar a robots y especuladores, «contribuyendo a reforzar los lazos de fidelidad entre los fans y sus artistas», asegura Calsamiglia.

Malú fue la primera artista española en apostar por él, para su gira «Oxigeno Tour», y artistas internacionales de la talla de Elton John han confiado en el mismo sistema para la venta de entradas de su gira de despedida, que pasará por el WiZink Center Madrid en junio de 2019. Ticketmaster asegura que ha demostrado ser también un éxito rotundo a nivel internacional, ya que según sus datos se han registrado más de 3 millones de fans para más de 80 giras de artistas como Bruce Springsteen, Taylor Swift, Pearl Jam, Ed Sheeran, LCD Soundsystem, Dead & Company, Depeche Mode, Katy Perry, Hamilton, Harry Potter and The Cursed Child o Harry Styles.

 

La gran perjudicada

 

Pero hasta el momento, ningún sistema de entradas nominales permite la devolución con reembolso. Y es aquí donde entra otro elemento en juego: «Las entradas nominativas, en su forma actual, limitan la libertad de los fans a la hora de revender entradas a los eventos si al final no pueden acudir». Son palabras de una fuente de Stubhub, plataforma de reventa que se convertiría en la gran perjudicada si la nueva legislación impusiese la obligación de emitir entradas nominales para grandes eventos. Y es que, en efecto, los datos de Ticketmaster reflejan que los fans desconfían cada vez más de la fiabilidad de las entradas nominales adquiridas en el mercado secundario, ya que además de venderse más caras, su compra implica asumir el riesgo de no poder acceder al concierto. «La eficacia de los controles de identidad en el acceso a los recintos con entradas nominales, ha supuesto un claro obstáculo para aquellos que quieren adquirir entradas para revenderlas a precios abusivos en el mercado secundario», explica Eugeni Calsamiglia.

Stubhub alega que esos precios no siempre son abusivos, y además señala otros inconvenientes para el fan: «Las entradas nominales obligan a los fans a acceder al recinto todos juntos, y les coartan a la hora de poder regalar o ceder entradas a amigos o familiares». Según esta plataforma, «una limitación de este tipo, lejos de velar por la seguridad, solo llevaría a una posición de mercado dominante para unos pocos actores, eliminando el derecho de los consumidores a poder elegir y destruyendo a la libre competencia. En StubHub creemos que cuando una persona compra una entrada para un evento, dicha entrada pasa a ser de su propiedad y, por lo tanto, debería tener libertar para transferírsela a otro particular. Propuestas similares en términos de regulación ni siquiera se considerarían en otras industrias, al limitar significativamente los derechos de los consumidores. Si compro un libro o un cuadro, nadie puede restringir mi derecho a regalarlo o revenderlo, según lo crea conveniente. StubHub proporciona una plataforma online que garantiza esta libertad. Y en esta misma línea defendemos una regulación que permita que siga existiendo una reventa online segura, con garantías, y que permita a los fans transferir la propiedad de sus entradas».

Según un estudio realizado por la Asociación de Internautas en Cataluña, más del 70% de los fans no está de acuerdo con que se deba pedir autorización al organizador de un concierto para revender las entradas, y se muestra contrario a que las autoridades puedan confiscar las entradas y el dinero de la venta. En ese sentido, la Conferencia Sectorial de Cultura reconoce la necesidad de los fans de poder transferir o revender sus entradas a eventos a los que ya no puedan asistir. Varias promotoras consultadas aseguran que la devolución con reembolso les resultaría «inasumible», así que la única forma de satisfacer a todas las partes sería el establecimiento de un sistema de transferencia. «Un buen ejemplo de cómo aplicar entradas nominativas sin tantas restricciones es la liga de fútbol italiana» señalan desde Stubhub, ya que «permite al comprador cambiar la identidad de la entrada a través de los diferentes canales oficiales, facilitando así la cesión o venta de la misma entrada y el acceso a los fans a sus partidos preferidos».

Tanto Stubhub como Ticketmaster seguirán manteniendo conversaciones con las autoridades competentes «con vistas a mejorar la experiencia del consumidor», y será a lo largo de 2019 cuando la resolución de este espinoso tema empiece a dilucidarse. Las entradas nominales parecen la vía más adecuada para frenar la reventa. Pero la posibilidad de transferirlas, con un sistema que espante a especuladores y a la vez permita al usuario corriente recuperar su dinero, también deberá quedar contemplada en la legislación porque una de las conclusiones de Stubhub parece realista: «Limitar la libertad de los fans para transferir o regalar un bien que han comprado significa otra restricción más para los consumidores. El único que sale perdiendo es el fan».


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