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El movimiento abandonware no cree que liberar programas antiguos dañe la industr


En las listas de sitios se encuentran diseminadas aplicaciones de fotografía, sistemas operativos, herramientas de recuperación de información o navegadores de Internet para PC de hace más de cinco años





¿Tiene información almacenada en un programa que ya no se comercializa o que quien lo desarrollaba ha desaparecido sin dejar ni rastro? ¿Ha perdido las copias de su sistema operativo (tiene ocho años de antigüedad)?

Tendrá que echar mano de alguna persona que le preste la aplicación -una difícil coincidencia-, intentar hallarla en alguna tienda de segunda mano, probar en las subastas de eBay.com o acudir a alguna de las crecientes listas que aparecen en Internet, los autodenominados abandonware, centenares de páginas (las de juegos predominan sobre las de aplicaciones) que recogen y facilitan gratuitamente la descarga de programas y manuales que ya no se venden o que ya no tienen el soporte de su creador.

Con la ley en la mano, la vía del software abandonado infringe los derechos de copyright, que duran varias decenas de años aunque los hayan comprado otras compañías. Por este motivo, se han promovido algunas iniciativas que solicitan a los fabricantes que faciliten el uso de las viejas versiones de sistemas operativos y programas sin obligarles a ningún tipo de soporte ni a pérdida de derechos.

Las razones para el abandono del software son variadas. En algunos casos, los competidores barrieron del mercado al producto en cuestión; en otros, el fabricante bajó la persiana o, simplemente, sacó una nueva versión. También ha podido suceder que haya desaparecido la máquina en la que le daba vida (Atari, Amiga...) o el soporte en que era comercializado (discos de 5 1/4 pulgadas).

Las personas que, por ejemplo, continúan usando ordenadores antiguos (con procesadores 286 y 386 o algunos modelos de Macintosh), es posible que hayan perdido los discos originales, pero no tienen manera de obtener una nueva copia de los fabricantes.

Según un portavoz de Microsoft, 'conviene aclarar que los usuarios cuando adquieren un producto de Microsoft lo que compran, en realidad, es un derecho de uso, y en el contrato de licencia se establece que el receptor final de la licencia se obliga a no transferirla a terceros. En el contrato no se indica que esta situación se modifique con el paso del tiempo'.

Los problemas legales se reducen si la empresa ha dejado de existir y nadie compró los derechos. Algunos sitios abandonware de juegos han sido denunciados por la asociación de software digital interactivo norteamericana (IDSA), que dice perder miles de millones de dólares por la piratería, en la que incluye el abandonware.

Contra la dictadura del 'software'

Cuantificar el fenómeno es difícil. Jaime García, analista senior de IDC España, no cree que esta tendencia afecte a la cuenta de resultados de los fabricantes, 'pero sí es el síntoma de que se puede romper la dictadura del software, de que no siempre es necesario tener lo último'. En su opinión, que el abandonware lo estén realizando los particulares indica algo normal; en cambio, no cree que las empresas se lancen a esta práctica por la falta de soporte de este tipo de programas.

Apple es una de las pocas que permite descargarse vía FTP algunas versiones antiguas. 'Todo el software debería estar bajo licencia GNU (respeta los derechos de autor pero permite a cualquiera evolucionar el programa para mejorarlo', explica Roc Messeguer, de la ONG Pangea. Considera el abandonware algo legítimo, ya que los fabricantes de informáticas, dice, 'se olvidan de los clientes que han adquirido unos programas y les dejan de dar soporte. Es como si te compraras un coche y a los cinco años no encontraras recambios'.

Reproducido de Ciberpaís

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