En verano aumenta el consumo de redes sociales. En concreto, el uso de Facebook crece en un 67%, según un estudio de Adglow. Este dato se puede extrapolar perfectamente al resto de aplicaciones lo que indica que los padres deben reforzar la formación digital de sus hijos para evitar que desarrollen una dependencia del smartphone durante las vacaciones.
La educación digital es clave para que entiendan los problemas que puede acarrear el hacer un uso excesivo de los teléfonos móviles. Si afecta a las horas de sueño puede tener repercusiones en su estado físico como por ejemplo aumentar el riesgo de sufrir ansiedad o depresión. Para ello Smartme Family propone la "Guía para el uso del móvil en verano". Estos consejos persiguen fomentar actividades en las que la diversión no incluya el móvil, los encuentros con amigos, hablar con la familia, no estar con el teléfono en las horas de sueño, instalar aplicaciones aptas para cada edad o respetar los momentos de desconexión.
El principal objetivo de esta guía, es "concienciar a los niños de que los móviles no dicten su vida, sino que sean ellos quienes marquen sus tiempos y sean capaces de disfrutar de su tiempo libre sin abusar de sus teléfonos. Los smartphones en sí no suponen ningún peligro para los menores. Los problemas vienen con el uso que pueden llegar a darles. Aplicaciones no aptas para sus edades, contacto con desconocidos, descuidar actividades por estar enganchados".