Por ahora, el estudio sólo afecta a una zona concreta de Somió; en un futuro el cableado se extendería a la totalidad de la parroquia. «La dificultad básica de la zona rural es la dispersión: hay que llegar a cada vivienda y eso es costosísimo», explicó a este periódico el presidente de Telecable, Roberto Paraja.
Mientras que en los barrios gijoneses se ha implantado la fibra óptica de forma subterránea, en Somió se seguirá un procedimiento mixto: «Vamos a simular tramos enterrados y tramos aéreos», indicó Paraja. «En otoño plantearíamos la ejecución de la obra».
Un informe realizado el pasado abril revelaba que más del 20 por ciento de los hogares gijoneses está conectado a Internet. En noviembre del año 2000, el porcentaje era del 12 por ciento.