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SIN DOMINIO

Madrid Campus de la Innovación, una gestión en blanco y negro


Si Barcelona tiene inconclusa la Sagrada Familia, Madrid tiene la Catedral de las Nuevas Tecnologías. La diferencia es que mientras que la primera es una obra de arte, la segunda sólo ha supuesto hasta ahora un gran despilfarro de dinero y de promesas electorales. La pasada semana, la todavía alcaldesa de Madrid Ana Botella presentó el Madrid Campus de la Innovación, que es el nuevo nombre que han acuñado para que parezca un proyecto nuevo, aunque sea el mismo perro con distinto collar. Se suben ahora al carro compañías Ferrovial, Intel, Microsoft, INDRA y Telefónica y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), en el mismo carro del que ya se bajaron otros socios como el IE Business School.





SinDominio Gallardon en Catedral de Nuevas Tecnologías

Paseíllo en la era Gallardón.

Y es que el proyecto comenzó a gestarlo ya en 2003 José María Álvarez del Manzano con la recalificación de los terrenos, para luego tomar el relevo Alberto Ruiz Gallardón, aunque no sería hasta 2008 cuando el Consistorio se hiciera con los terrenos (en los que gastó entre 2012 y 2013 unos 2,3 millones de euros para urbanizar la zona). La oposición critica que ya se han gastado en el proyecto ?no menos de 36,5 millones de euros? y no le falta razón. Sólo para este año ya hay previstos 200.000 euros en mobiliario, aunque los gastos más desorbitados se remontan a años atrás.

Y es que a la ayuda que ya a finales de 2007 había concecido el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio dentro del Plan AVANZA (24 millones de euros), se suma la ayuda concedida al Área de Gobierno de Economía y Empleo del Ayuntamiento de Madrid (10 millones de euros), lo que asciende a un total de 34 millones de euros que debían ser invertidos antes del 31 de diciembre de 2009.

 

La obra de El Escorial

El proyecto aprovecha la nave Boetticher, la que se conocía como "Nave Torroja", que es una de las cinco que formaban el complejo industrial que los socios Gustavo Boetticher y José Luis Gómez Navarro levantaron en solares de Villaverde en la década de los 40. Tras abandonarse en los 90, eran precisas obras de remodelación y rehabilitación y, claro está, ahí estaban las grandes constructoras, que ya en plena crisis económica (diciembre de 2008) se hicieron con un goloso contrato público: Dragados y FCC consiguieron el concurso para la redacción del proyecto de obras y ejecución de las obras por más de 24 millones de euros.

SinDominio Botella en el Campus de Innovación

Paseíllo en la era Botella.

En menos de un año tras esa adjudicación llegaría otra, calderilla al lado de la primera (112.000 euros) a Prointec para ejercer las funciones de responsable del contrato para la redacción del proyecto de ejecución de las obras que se ve que los más de 24 millones no daban esa autoridad a la UTE conformada por Dragados y FCC, cuya responsabilidad debía de ser esa.

Y poco responsables debieron de ser todos cuando en 2012, es decir, cuatro años después de la adjudicación, el entonces el delegado de Economía, Empleo y Participación Ciudadana, Pedro Calvo, aseguraba que la Catedral de las Nuevas Tecnologías no vería la luz, como mínimo, hasta finales de 2013 porque en aquel momento ni siquiera tenía acometidas de energía, telecomunicaciones, redes de saneamiento, vertidos, viales, mobiliario urbano del ámbito en el que se ubica, etcétera. Un auténtico despropósito.

 

Centros satélites

Mientras la nave seguía -y sigue- parada (aunque con más gastos asociados a empresas privadas, como los casi 330.000 euros para seguridad del recinto de la nave), los responsables políticos debieron de pensar que había que, al menos, aparentar un poco de movimiento? sobre todo considerando que cuando la obras de Dragados y FCC no habían arrancado -ni siquiera habían sido adjudicadas-, el Ayuntamiento de Madrid adjudicó más de 4,3 millones de euros a las compañías Extreme Gaming Arena, Avanzit Tecnología y Quinteam para la realización, creación, gestión, dinamización y difusión del proyecto La Catedral de la Nuevas Tecnologías. ¿Dónde han ido a parar esos trabajos? ¿Qué utilidad real han tenido?

Una incógnita, si bien es cierto que dos años después de la adjudicación de las obras, arrancó la llamada catedral on-line (ahora caída), una web que se puso en marcha para desarrollar contenidos de manera anticipada que llegó a tener, según anunciaron a bombo y platillo, un grupo de más de 190 innovadores trabajando en más de 50 proyectos en red.  Así surgieron los centros satélites, que sobre el papel eran:

  • Madrid on Rails: Busca el fortalecimiento de pymes a través de la tecnología con especial énfasis en el software libre, el cloud-computing y el Software as a Service para pymes para difundirlos como alternativas a otras opciones tecnológicas.
  • Ciball, Centro de Innovación Ballesta: Un espacio abierto a innovadores y pymes que actuará desde el centro de la ciudad como punto de encuentro, intercambio de conocimiento y asesoramiento sobre innovación.
  • Centro de Innovación Alvarado: Innovación social con líneas estratégicas que abordan actividades dedicadas a los jóvenes, a la búsqueda de trabajo, a los nuevos empleos en Internet o al denominado cuarto sector.
  • Centro de Innovación Vaguada: Un centro de difusión de la Sociedad de la Información y el comercio electrónico entre las empresas que continuará incorporando nuevas líneas de trabajo como Internet-Produce o Internet-Legal a la estrategia ya iniciada en el exitoso programa de Internet-vende.
  • Centro Demostrador del Hogar Digital: Este centro gestionado en colaboración con AMETIC (Asociación de Empresas del Sector TIC, las Comunicaciones y los Contenidos Digitales), acerca las tecnologías relacionadas con el hogar y la domótica a los ciudadanos y a los sectores tradicionales.

 

SinDominio CIBALL

El malogrado CIBALL, ahora un outlet de ropa italiana.

Unos centros que aunque han estado dotados con inversiones de más de un millón de euros para impulsar sus actividades, así como para un centro virtual de conocimiento -vaya usted a saber qué es eso-, tampoco han prosperado. Prueba de ello es el cierre y venta de CIBALL en 2014. Un centro en cuyo acondicionamiento de sus apenas 100 metros cuadrados se llegaron a invertir más de 300.000 euros y que tras venderlo a una inmobiliaria privada ha pasado a ser una tienda de ropa. Otro despropósito.

Reproducido de Sindominio.es


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