Asociación de Internautas

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Guerra al canon


Mientras la música on-line vive sus propias peripecias, la música en CD asiste a una gran polémica que ha salpicado a discográficas, asociaciones de derechos de autor y a los propios usuarios. La aplicación del canon de la SGAE ha puesto en pie de guerra a toda la comunidad internauta y ha desembocado en una nueva forma de vivir y compartir las canciones.


Desde que la SGAE (junto con otras cuatro sociedades) y la asociación de fabricantes ASIMELEC firmaron el pacto del canon el uno de septiembre se ha armado un gran revuelo, con Internet como principal trinchera y pocos están dispuestos a comulgar con lo que consideran ruedas de molino. Como suele ser habitual en situaciones de hondo calado social, la Asociación de Internautas se ha implicado en esta campaña ayudando a la difusión de diversas iniciativas que parten de su web.

En una de ellas, se insta al consumidor a «exigir que las facturas de las compras de discos grabables en donde debe aparecer desglosado el canon por copia privada». Según ellos, el artículo 25 de la Ley de propiedad intelectual, si bien contempla la incorporación de un canon, excluye explícitamente los soportes dedicados a copias de programas de ordenador y de sus resultados, es decir los ficheros informáticos. También se insta al ciudadano a qué solicite una hoja de reclamaciones para dejar constancia de su inconformidad sobre el «impuesto».

Devolvamos el ataque

Como nos comenta Víctor Domingo, presidente de la Asociación de Internautas, «no se trata de una imposición irreversible, de hecho no todas las empresas lo aplican. Una de las campañas informativas se recoge bajo el epígrafe Devolvamos El Ataque (DEA) y está dedicada a asesorar al consumidor en la adquisición de CDs que no incorporan el canon» . Según DEA, ASIMELEC sólo abarca el 80 por ciento de las marcas de discos grabables, y que por lo tanto existe un 20 por ciento que no está sujeto al canon. Entre ellas cita a Boeder, Intenso, Pioneer, Rimax y Yamaha.

Una segunda actividad va encaminada a organizar unos foros separados por comunidades autónomas y ciudades en las que se puede encontrar información de tiendas libres de canon. Aquí se pide la participación activa de todos.

En esta misma página se advierte que no hay que confundir soportes baratos y soportes sin canon, y que en muchas tiendas se venden todavía CDs y DVDs regrabables sin canon en stock.

La que más saña ha puesto en su dialéctica es Putasgae.org , donde se alienta al CD crossing actividad inspirada en el Book crossing mediante la cual los usuarios que han adquirido un título con canon, ponen a disposición de cualquiera su copia privada en una biblioteca, una cafetería o una cabina telefónica. Esta actividad está calando en los ambientes universitarios, estamento que se ha concienciado y que participa vivamente en esta protesta. En la página de putasgae.org, se pueden visualizar fotos testimoniales del cruce de CDs de música.

El «canon del miedo», como se le conoce en los círculos contestatarios, ha puesto en el punto de mira artistas que se han señalado por su férrea defensa del impuesto. Gente como Ramoncín, Miguel Ríos, Ana Belén o Joaquín Sabina, auténticos ídolos de masas, están bajando enteros en popularidad. De hecho, se ha publicado una lista negra de cantantes y grupos que se han expresado partidarios de cobrar la remuneración por copia privada.

Pero especialmente ha tenido resonancia el CD de Alejandro Sanz «No es lo mismo», el primer CD con canon que incluía protección anticopia y que puso el grito en el cielo a los consumidores. Tras una fuerte presión por problemas técnicos de audición, la productora procedió a la sustitución por discos que ya no incluían el citado sistema anticopia. El gesto de la cantante María Jiménez en su último lanzamiento es bastante ilustrativo de la situación: incluye un CD virgen en su nuevo disco y alecciona al comprador con el siguiente mensaje: «Haz tu propia copia privada en este CD grabable. Cópiame, pero no me violes». Como huelga decir, este «detalle» no ha sido muy buen acogido por los opositores del canon.

Dónde están los políticos

Otra circunstancia que ha levantado heridas ha sido la indolencia mostrada por el Gobierno, cuya insensibilidad ante este tema (como en muchos relacionados con la tecnología) es manifiesta. Como comenta Domingo, parece que están esperando a que pase la tormenta y el problema se solucione por sí solo. Al PSOE se le acusa de «silencio sospechoso», dada su afinidad con cantautores de rancio abolengo que se han erigido en defensores a ultranza del canon. También se habla de un pacto firmado entre la SGAE y el PSOE para la defensa de la propiedad intelectual firmado a primeros de año y que fue «recompensado» por los artistas con el apoyo a su candidatura durante la campaña electoral de mayo.

El Defensor del Pueblo ha justificado la medida englobándola en medidas similares aplicadas por otros países de la Comunidad Europea. Sólo partidos como Izquierda Unida o el Bloque Nacionalista Gallego, además de los sindicatos mayoritarios, se han mostrado en contra de esta medida que en ningún momento ha sido dictada desde una institución pública sino privada, como recalca Víctor Domingo. Izquierda Unida cree que el modo de acabar con el top manta no se arregla con el canon sino con políticas de fomento y ayuda a la producción y creación, añadiendo una menor presión fiscal, para que los CDs tengan un precio razonable.

Pero quien realmente está en el ojo del huracán es la SGAE y a la que todo el mundo dirige el dedo acusador, ya que se considera que ASIMELEC tuvo que plegarse al canon debido al largo número de sentencias en su contra que tenía en los juzgados. Los detractores deploran el afán recaudador de esta sociedad y aseguran que se va a enriquecer con el «injusto diezmo». Se prevé que la SGAE obtendrá en 2004 unos ingresos extra de 16 millones de euros con los que podrá resarcirse de la piratería y obtener beneficio adicional cercano a los 5 millones de euros.

La SGAE se defiende

Fuentes de la SGAE nos comentan que la remuneración por copia privada es un criterio que se viene aplicando en España desde 1992 con toda naturalidad en otros soportes como las cintas de casete y VHS: «Y lo que se ha hecho es aplicar la Ley de Propiedad Intelectual sobre los nuevos formatos digitales». Según la SGAE, desde enero de 2002 ha habido cinco sentencias judiciales favorables a incorporar en los discos una pequeña compensación destinada a los titulares de los derechos de autor.

«Se trata por tanto de un criterio de justicia elemental: cada consumidor puede copiar un disco para escucharlo en el coche o regalarlo a un familiar y a cambio ha de pagar 13 céntimos de euro por hora de grabación».

Consideran la polémica del canon como desproporcionada ya que en ningún momento tratan de «criminalizar al consumidor» sino que apelan a la solidaridad en pro de un bien colectivo como la música. Fuentes consultadas señalaron que la SGAE tiene por ley la obligación de invertir el 20 por ciento de los ingresos por remuneración de copia privada en actividades para fomento y desarrollo de la cultura española, como festivales de cine, proyección de nuevos valores y giras promocionales.

Visión de futuro

Por encima de la tormenta de la polémica, se atisba un cambio radical en la industria musical. Víctor Domingo la compara con el antiguo negocio de cántaros de agua. Es como si por cada cántaro de agua nos cobraran un tanto, cuando ya tenemos grifos y tuberías. El negocio de los botijeros está acabado, en todo caso los fontaneros tienen la palabra». Y son precisamente las discográficas las que más tienen que replantearse su actividad. Gracias a Internet, los músicos son capaces de asumir la distribución de sus propias obras. Cantantes como Quique González o Kiko Veneno ya se han puesto en camino.

En Barcelona hay una Plataforma de Autoeditores que agrupa a veinte grupos dispuestos a embarcarse en esta nueva experiencia. La tendencia es imparable, y puede que más pronto de lo que pensamos, estemos polemizando de nuevo por un canon sobre la descarga on-line.

Quién es quién

SGAE:

Sociedad General de Autores y Editores. Sociedad impulsora del canon y diana a donde van dirigidas las quejas de los usuarios. Recibe el 50 por ciento de la compensación tanto por música como por vídeo.

AFYVE:

Asociación Fonográfica y Videográfica Española, que participa activamente en la persecución de la piratería y representa a las productoras de discos. Recibe el 25 por ciento del canon musical.

AIE:

Asociación de Intérpretes y Ejecutantes. Representa a los músicos y percibe el 25 por ciento del canon musical.

AISGE:

Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión. Representa a los actores; recibe el 25 por ciento del canon audiovisual.

EGEDA:

Entidad de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual. Representa a productoras de cine y cineastas. Percibe el 25 por ciento del canon audiovisual.

ASIMELEC:

Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones con más de 1.500 empresas representadas.

Artículo de reproducido por cortesía de Rufino Contreras Director de
Computer Idea