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Redes p煤blicas, la rebeli贸n de los municipios


Ante la ausencia de criterios pol铆ticos a favor del inter茅s general, quedan al albur del mercado los derechos de asequibilidad, accesibilidad, universalizaci贸n del acceso y calidad de las comunicaciones. Es en el 谩mbito municipal donde se enciende la luz de alarma.


"Por primera vez estamos donde tenemos que estar y cuando tenemos que estar. Vivimos en un pa铆s que se salt贸 el siglo XVIII, que lleg贸 muy tarde al siglo XIX y que en el siglo XX le llovieron por todos lados. (...) 脡ste es el nuevo urbanismo, 茅stas son las nuevas ciudades. Ah铆 est谩 el futuro de la democracia... Nos pasamos mucho tiempo reconstruyendo la vida social. En los a帽os noventa nos dedicamos a organizar los servicios p煤blicos. A partir de ahora toca hacer sociedad del conocimiento. 脡sa es la 煤nica forma. Ya no valen los planes de ordenaci贸n territoriales, sino los planes de ordenaci贸n comunicacional".

Antonio Rojo, concejal del Ayuntamiento de Atarfe.


Con la total privatizaci贸n de Telef贸nica en el a帽o 1997, el Gobierno espa帽ol vendi贸 a dos millones de accionistas las infraestructuras de telecomunicaciones p煤blicas del Estado desarrolladas con la contribuci贸n de tres generaciones de espa帽oles. Era el pistoletazo de salida para la malograda liberalizaci贸n de las telecomunicaciones, cuyos m谩ximos logros se pueden sintetizar en la reventa de los productos de la privatizada Telef贸nica en funci贸n de porcentajes que pagamos los ciudadanos y el cambio del concepto "derechos de los ciudadanos" por el de "prestaci贸n de servicios a usuarios".

Las infraestructuras de telecomunicaciones fijas quedan en poder de una sola compa帽铆a rodeada de entidades privadas con escasa vocaci贸n inversora, m谩s pendientes de sus cuentas de resultados que del inter茅s general, y cuya actividad mercantil es regulada a medida de sus necesidades empresariales por la Comisi贸n del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). As铆 las cosas, ante la ausencia de criterios pol铆ticos gubernamentales a favor del inter茅s general, quedan al albur del mercado los derechos ciudadanos de asequibilidad, accesibilidad, universalizaci贸n del acceso y calidad de las telecomunicaciones en plena carrera por la integraci贸n ciudadana en la sociedad de la informaci贸n. Es en el 谩mbito municipal donde se enciende la luz de alarma. Ayuntamientos como el de Atarfe, en Granada; Ponteareas,en Pontevedra, y Barcelona se embarcan en ofrecer a sus administrados los derechos que para el mercado no existen y el Estado les niega.

Estas iniciativas, que tendr铆an que ser observadas como el inicio de un debate necesario, son tratadas por el organismo regulador con la interpretaci贸n menos social posible del c贸digo legislativo y ora los multa a raz贸n de un euro por habitante, como en los casos de Atarfe y Ponteareas, ora amenaza con la multa como en el caso de Barcelona, 驴Motivos?

Fundamentalmente, la CMT considera que los proyectos en materia de telecomunicaciones de estos ayuntamientos suponen competencia desleal a las operadoras telef贸nicas.

Es preciso constatar que en esta era global, de liberalizaci贸n y mercado a ultranza, la frontera entre la esfera privada y p煤blica se ha convertido en una "delgada l铆nea roja" que tolera una permeabilidad entre ambos c铆rculos peligrosa para los intereses generales.

A lo largo de esa l铆nea, cada vez m谩s borrosa, cruzar de un lado al otro es una pr谩ctica que se realiza con m谩s frecuencia de la deseable y puede generar una confusi贸n de intereses que, cuando se produce y aflora p煤blicamente, nos escandaliza, como ocurre en la actualidad. Parece como si se pretendiese tener una coartada, la que facilita el 贸rgano regulador con sus razonamientos para adoptar decisiones que corresponde al 贸rgano pol铆tico adoptar, o bien pudiera pensarse que el 贸rgano regulador est谩 para tomar determinadas decisiones en funci贸n de un inter茅s pol铆tico, mientras el aparato del Estado, aparentemente, carece de responsabilidades. En definitiva, el Gobierno no puede abstenerse cuando los derechos de los ciudadanos son comparados a simples servicios empresariales, al menos este Gobierno no.

Tribuna de V铆ctor Domingo en El Pa铆s de Catalu帽a

Para firmar la carta a la Comisi贸n del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT)