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Admin. Públicas se "marca un farol", rectifica en privado y provoca que los trabajadores de la CMT monten en cólera


El secretario general para la Administración Pública, Francisco Velázquez, declaró públicamente la semana pasada que los 140 trabajadores afectados por el traslado de Madrid a Barcelona de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), podrían decidir dónde querían trabajar. El enfado de los afectados ha sido tremendo al saber, por boca del propio secretario, que ese es un tema que no depende de su Ministerio sino de Industria.

Diversos medios de comunicación recogieron el pasado 8 de febrero unas declaraciones que Francisco Velázquez, secretario general para la Administración Pública, realizó ante un grupo de periodistas con motivo de la presentación de las novedades de la oferta de empleo público de 2005: la intención del Ministerio de Administraciones Públicas de que los 140 empleados afectados decidieran dónde querían trabajar, en Madrid o en Barcelona.

Eufóricos al conocer la noticia, los trabajadores se pusieron en contacto con el secretario general para la Administración Pública con el objeto de congratularse con él y conocer de primera mano el modo en el que podrían proceder en un futuro. El estupor dio paso a un monumental enfado cuando el propio Velázquez les reconoció en privado que ese es un tema que no depende de su Ministerio y se trata de una competencia de la cartera del Ministro de Industria, el catalán José Montilla.

ECD ha podido constatar la enorme tensión que existe entre los 140 profesionales de la CMT afectados por este traslado. No se explican por qué ni Zapatero, ni Montilla, ni ningún representante del Gobierno se ha tomado la molestia de informarles cuándo y en qué condiciones se llevará a cabo el cambio de sede a Barcelona. Sólo saben que se ha publicado ya un Real Decreto que lo anuncia para este mismo año. Como fecha extraoficial, se baraja el próximo mes de abril.

"Nadie se sienta a hablar con nosotros ?afirman desde la CMT-, están jugando con nuestras vidas". Los trabajadores están muy enfadados y preocupados porque no saben qué será de su futuro y del de sus familias dentro de unos meses: si estarán trabajando en Madrid, si les obligarán a marchar a Barcelona o si tendrán la posibilidad de recolocarse en otra entidad de la Administración.

El ConfidencialDigital.com