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La creaci贸n de un nuevo mercado


A finales de 1998 se produjo la liberalizaci贸n del mercado de las telecomunicaciones en Espa帽a. En los a帽os anteriores se hab铆an realizado ya pasos en esta direcci贸n, como la autorizaci贸n de segundos operadores de telefon铆a m贸vil y fija. Con la liberalizaci贸n entraron en el mercado numerosas operadoras, de distinto tama帽o y ambici贸n, que empezaron alquilando las redes de Telef贸nica y, en algunos casos, creando tambi茅n sus propias redes.

Se supon铆a que estas empresas -entre ellas un nutrido de grupo de multinacionales- ir铆an extendiendo su negocio y forzando cada vez mayores niveles de competencia e innovaci贸n. Pasados ya m谩s de seis a帽os desde entonces, y aunque haya redes alternativas, persisten numerosas insatisfacciones sobre las telecomunicaciones, tanto en lo referente a precios, como en calidades y servicios. Sin embargo, sorprendentemente, se habla poco de pol铆tica de telecomunicaciones... 驴Ser谩 que s贸lo quedan por resolver aspectos puramente t茅cnicos para mejorar el funcionamiento del mercado?

Sin duda, las grandes opciones para el sector se definieron ya en los a帽os noventa, pero, en los a帽os m谩s recientes, los dilemas sobre como orientar su evoluci贸n no han dejado de plantearse y redefinirse continuamente. El nuevo marco regulador introducido con la liberalizaci贸n ofrec铆a muchas posibilidades -distribuidas entre el Gobierno y la CMT- para intervenir sobre el mercado. De forma justificada, sin duda, ya que no intervenir implicaba en el fondo mantener de facto la situaci贸n de monopolio anterior. Los instrumentos de control de precios, interconexi贸n, concesi贸n de licencias, defensa de los consumidores, etc茅tera, permitieron en cierto modo modelar la estructura y el funcionamiento de los mercados, especialmente en su momento emergente. Se trataba de instrumentos poderosos para realizar pol铆ticas p煤blicas, cuya novedad consist铆a en la primac铆a de la regulaci贸n econ贸mica como principio de acci贸n, descartando intervenciones directas, basadas en la utilizaci贸n de recursos p煤blicos.

Sin embargo, 驴c贸mo han sido utilizados tales instrumentos? En mi opini贸n, su uso se ha visto desvirtuado por la tensi贸n entre dos principios de actuaci贸n distintos, lo que ha provocado una cierta indefinici贸n en la evoluci贸n de la pol铆tica, y unos resultados poco brillantes. El primero era favorecer la competencia, pensando que 茅sta beneficia a los consumidores y facilita la innovaci贸n: la estrategia pasaba por reducir el predominio en el mercado del operador dominante y apoyar la existencia de redes alternativas. El segundo principio ten铆a otra l贸gica: potenciar una estructura empresarial estable en el sector, capaz de realizar fuertes inversiones con una orientaci贸n no oportunista, y a ser posible, bien arraigada en los intereses econ贸micos del pa铆s. Los dos principios, aunque no necesariamente opuestos, pol铆ticamente no encajaron bien entre s铆. En el panorama pol铆tico y empresarial del sector de las telecomunicaciones, exist铆an y existen defensores de ambas perspectivas, cada uno con sus razones y argumentos, por no hablar de las presiones e intereses puramente econ贸micos, o de los intereses de consumidores, a pesar de que 茅stos apenas contaron en los nuevos espacios de la pol铆tica de telecomunicaciones despu茅s de la liberalizaci贸n.

Concluyendo, la pol铆tica de telecomunicaciones en Espa帽a se encuentra en una situaci贸n de tablas muy persistente: ni demasiada competencia, ni demasiado apoyo a las empresas. No ha habido una intervenci贸n decidida a potenciar a largo plazo un tejido empresarial en el sector, ni unas acciones que estimulen seriamente la competencia hasta alcanzar, por lo menos, los niveles medios europeos. Un poco de todo y pocas estrategias decididas por parte de las autoridades p煤blicas, sean o no independientes.

JACINT JORDANA, profesor de Ciencia Pol铆tica de la Universitat Pompeu Fabra en la Vanguardia