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Rebeli贸n en la SGAE

Rebeli贸n en la SGAE


Una paradoja se ha instalado en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Mientras su potencial econ贸mico crece cada a帽o (sus ingresos en 2006 alcanzaron los 342 millones de euros) tambi茅n lo hace el rechazo popular hacia la entidad que dirige Teddy Bautista. Socios y trabajadores de la SGAE, establecimientos de hosteler铆a, empresas de inform谩tica e internautas han convertido a este organismo en el blanco de sus cr铆ticas, aunque pocos se atreven a expresarlas p煤blicamente. Y es que la SGAE tiene fama de implacable y de utilizar sus excelentes servicios jur铆dicos contra cualquiera que se atreva a esbozar una cr铆tica.

Alberto Mendoza El Confidencial.com.- La paz dentro de la entidad se desquebraja, ya que no todos los socios comparten el estilo de gesti贸n de Teddy Bautista. De los 66.000 socios que conforman la entidad, tan s贸lo una minor铆a tiene derecho a voto en las elecciones, y a煤n son menos los que pueden presentar candidatura. Este derecho depende de los derechos de autor que un socio sea capaz de generar, por lo que miles de modestos artistas nunca lograr谩n ir a las urnas. 聯La mayor铆a nos sentimos abandonados por la sociedad que dice velar por nuestros intereses, y que adem谩s no nos deja participar聰, afirm贸 Marcos Navarro, m煤sico y socio de la SGAE.

La instituci贸n celebr贸 elecciones a su junta directiva el pasado 28 de junio. El m煤sico Luis Cobo, conocido como Manglis, guitarrista del grupo Triana y compa帽ero de Raimundo Amador, present贸 su candidatura para aglutinar a los socios descontentos que reclaman cambios en el gobierno de la entidad. Cobo perdi贸, pero impugn贸 los comicios alegando irregularidades. 聯Hay mucha gente que no habla por miedo聰, asegur贸 Navarro, quien agreg贸 que aquellos que cuestionan las pr谩cticas de la direcci贸n son expedientados. 聯La oposici贸n dentro de la SGAE es clandestina, nadie se atreve a ir a las asambleas a quejarse聰, apunt贸 otro socio que prefiri贸 mantenerse en el anonimato.

Navarro critic贸 el sistema estad铆stico que utiliza la entidad para repartir entre los socios el dinero recaudado. "Tienes que estar encima y preocuparte si quieres recibir lo que de verdad te corresponde", afirm贸. Adem谩s, el m煤sico denunci贸 que la SGAE cobra tambi茅n por obras que no le pertenecen. Ante esta situaci贸n, muchos creadores optan por desligarse de la SGAE y utilizar licencias de 'copyleft' como 'creative commons', que permite a terceras personas distribuir, copias y exhibir el material creado por un artista si se muestra en los cr茅ditos.
Pero el malestar por la gesti贸n de la SGAE no s贸lo procede de sus socios. Los inspectores, encargados de ir a los establecimientos a cobrar los derechos de autor y de cerrar los contratos, se han rebelado. Unos 200 trabajadores han acudido a la Uni贸n Profesional de Trabajadores Aut贸nomos (UPTA) para que les represente y defienda ante la direcci贸n de la SGAE. Seg煤n C茅sar Garc铆a, director de pol铆tica sectorial de UPTA, los inspectores tambi茅n han sucumbido al miedo. 聯Se han ido agrupando en secreto durante meses, la gente est谩 muy asustada聰, se帽al贸 Garc铆a.

Estos trabajadores denuncian que la entidad ha centralizado los contratos m谩s suculentos, los que ata帽en a cines o ayuntamientos, y que sus ingresos han disminuido considerablemente. Garc铆a se帽al贸 que algunos inspectores descontentos hab铆an abandonado el puesto, y hab铆an sido sustituidos por trabajadores m谩s j贸venes con peores condiciones laborales.
Adem谩s, Internet se ha convertido en un territorio inh贸spito para la sociedad de autores, aunque la instituci贸n ha sabido responder con dureza a los internatuas. El primer ataque organizado en la red contra la SGAE fue en 2004. Numerosos usuarios, a trav茅s de la colocaci贸n un c贸digo en multitud de webs, lograron que la p谩gina de la sociedad general de autores y editores apareciera entre los primeros enlaces al teclear la palabra 聭ladrones聮 en el popular buscador Google. La t茅cnica conocida como 聭googlebombing聮 funcion贸 como una aut茅ntica declaraci贸n de guerra a la SGAE.
Por informar de esta acci贸n, Julio Alonso, autor del blog Merodeando, fue denunciado por la SGAE. Alonso se neg贸 a retirar el texto en el que alud铆a al 聭googlebombing聮 y la entidad emprendi贸 acciones legales. 聯La SGAE trata de que se convierta en un escarmiento para el resto, que se genere la sensaci贸n de que quien escribe sobre ellos se puede buscar un problema聰, se帽al贸 Alonso, quien advirti贸 que esto puede causar 聯una peligrosa autocensura聰. El autor de Merodeando, que acudir谩 ante el juez en abril, espera que su caso sirva para que otros no se 聯amedrenten聰.

Sin embargo, los precedentes no son halag眉e帽os para Alonso. En septiembre, el creador de la web alasbarricadas.org fue multado con 6.000 euros por insultos al cantante conocido como Ramonc铆n, quien durante a帽os form贸 parte de la direcci贸n de la SGAE. Los comentarios difamatorios hab铆an sido escritos por lectores an贸nimos en un foro de la p谩gina, pero el juez decidi贸 condenar al responsable de la misma por no vigilar con diligencia los contenidos publicados.

Previamente, en enero, la web Frikipedia tambi茅n fue condenada a pagar una indemnizaci贸n de 600 euros a la SGAE por un delito contra el honor.

Batalla por el canon digital

聯La SGAE tiene a media red amenazada y a otra media denunciada聰 asegur贸 V铆ctor Domingo, presidente de la Asociaci贸n de Internautas (AI). 聯Es la instituci贸n menos grata de todo Internet en Espa帽a, la gente est谩 caliente聰, agreg贸. AI, junto con la Asociaci贸n de Usuarios de Internet (AUI), la Asociaci贸n de Peque帽as y Medianas Empresas de Inform谩tica y Nuevas Tecnolog铆as (APEMIT) y la Asociaci贸n de Hosteleros V铆ctimas del Canon (VACHE), present贸 una denuncia ante la Fiscal铆a Anticorrupci贸n para que investigue presuntos delitos como estafa o apropiaci贸n indebida.

La denuncia se basa en investigaciones period铆sticas de los diarios El Economista y P煤blico, que destaparon una supuesta red de sociedades lucrativas, vinculadas a directivos de la entidad, que se estar铆an nutriendo de los fondos recaudos en concepto de derechos de autor. La SGAE no tard贸 en responder que se querellar铆a contra estas cuatro asociaciones por denuncia falsa.

Pero el verdadero caballo de batalla entre estas organizaciones es el controvertido canon digital. La ley de Protecci贸n Intelectual, aprobada en 2006, establece que cualquier soporte id贸neo para grabar y reproducir archivos genera canon. Esto incluye CD y DVD, as铆 como MP3, m贸viles, grabadoras de discos y otros instrumentos tecnol贸gicos. Las asociaciones de internautas reunieron m谩s de un mill贸n de firmas contra esta medida e insisten en que la tasa no debe ser una cantidad fija, como los 60 c茅ntimos que ahora se cobran por CD, sino un porcentaje del precio. Adem谩s, se niegan a que la SGAE contin煤e encarg谩ndose de la recaudaci贸n de este canon. 聯Debe ser una entidad administrativa con garant铆as聰, dijo Miguel P茅rez, responsable de AUI.

El intercambio de discos y pel铆culas por Internet tambi茅n subyace en el enfrentamiento entre internautas y SGAE. Los primeros defienden su derecho a la copia privada y a su libre intercambio, mientras la entidad de autores y editores capitanea la cruzada contra lo que califican de pirater铆a. 聯Queremos hablar de intercambio de archivos, del impulso a la sociedad de la informaci贸n, pero con la SGAE no se puede porque solo quiere hablar de dinero聰, afirm贸 V铆ctor Domingo.

Ana Mar铆a M茅ndez, representante de la APEMIT, explic贸 que la SGAE reclama un total de 6 millones de euros a sus asociados por el canon digital. La entidad de gesti贸n de autor tiene derecho a pedir la contabilidad de los negocios y, bas谩ndose en esos datos, exige el canon por todos los soportes vendidos desde 2002. Seg煤n M茅ndez, la SGAE no se conforma con la tasa de 60 c茅ntimos por disco, sino que reclama 1,20 euros m谩s IVA. Para AMEPIT se trata de un varapalo econ贸mico para la mayor铆a de peque帽as y medianas empresas. 聯Se ha generado mucha indignaci贸n聰, indic贸 M茅ndez, 聯porque los inspectores de la SGAE entran en tiendas de regalo o zapater铆as y cobran porque el dependiente tenga la radio puesta para entretenerse聰.