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El entorno rural, el gran perjudicado de la banda ancha española

El entorno rural, el gran perjudicado de la banda ancha española


Los pueblos de nuestra geografía nacional son los grandes sufridores de la mala gestión y organización del despliegue adsl. Deberíamos hablar de adsl, y no de cualquier otra tecnología, puesto que los operadores de cable están completamente descartados como contribuyentes a erradicar la brecha digital. Por otro lado tecnologías como WiMax y Satélite son tan sencillas de desplegar, por su independencia con el cableado fijo, que no deberían ser en ningún caso los culpables de la ausencia de banda ancha en el entorno rural.

AdslNet - Pero entonces de ¿quién es la culpa, y por qué incluso en los centros urbanos se producen situaciones surrealistas?

Un usuario de ADSL Net nos pidió investigar un caso de lo más curioso. Se sitúa en Zaragoza, y en concreto en la Calle Sobrarbe. La situación que se produce es que los números pares de la calle disponen de adsl de telefónica con posibilidad de contratar el servicio Trio Plus de 10 Megas, mientras que por otro lado los números impares, disponen de adsl rural.

Probablemente esto se deba a cambios de numeración, reasignación digital hacia otra central más cercana, pero desde luego, insólito.

Si esto se produce en núcleos urbanos, qué nos puede deparar el entorno rural, donde además los operadores ya han dejado claro por activa y por pasiva que no interesa el despliegue.

Pues desde luego sólo pueden pasar cosas como el catastrófico plan de extensión de la banda ancha, el PEBA, que supuestamente debía haber terminado con la brecha digital a finales del año pasado, y que por ejemplo en Zamora, y gracias a una dedicación especial verán adaptados los 308 puntos de acceso a la banda ancha en octubre de este año. Parecería que el retraso fuese sólo de 10 meses, pero en realidad cuántos años de desventaja sigue acarreando el entorno rural.

Menos mal que las notas de prensa que recogen el esfuerzo que se hace en Zamora, nos deja perlas como las siguientes líneas que por sí solas califican a los órganos gubernamentales que se encargan de dicha gestión: “La velocidad mínima que el operador contratado por el Ministerio debe ofrecer en los municipios es de 256 kbps de bajada y 128 de subida, lo que supone un acceso equivalente al de las líneas ADSL, pero inferior al de las conexiones a Internet de las ciudades, donde los operadores llegan a ofrecer varios megas de velocidad en el servicio de Internet.“

Es decir “…ofrecen un acceso equivalente al de las líneas ADSL … pero poco“.

Líneas de banda ancha, equivalentes a líneas ADSL, pero de 256 kbps, que a su vez son muy diferentes de las líneas adsl que ofrecen varios megas. Ahora le ponemos un lazo rojo, le asignamos un precio de 45€, y ya está listo para enviarse por SEUR a cada uno de los municipios que rodean los núcleos urbanos, donde determinados seres humanos, considerados de segunda clase, no necesitan mucho más.

Estas son las conjeturas a las que la CMT debe llegar cuando permite que estos números, que no son más que otro despropósito más, se den como aceptables en el siglo XXI, donde desde hace meses hablamos de fibra óptica, 100 Mbps de velocidad, despliegues en 490 centrales, cobertura FTTH, y ya se conocen hasta los precios bitstream de los 30 megas en FTTH.