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El voto electr贸nico y la regeneraci贸n democratica

El voto electr贸nico y la regeneraci贸n democratica


D铆as pasados, la Vicepresidenta primera del Gobierno, Mar铆a Teresa Fern谩ndez de la Vega, ha comparecido en la Comisi贸n Constitucional del Congreso para explicar las posibles reformas de la ley electoral, y se ha referido al denominado voto electr贸nico para que los espa帽oles emigrantes puedan participar en las elecciones a trav茅s de Internet, dadas las dificultades t茅cnicas del voto en urna en las oficinas consulares. Tambi茅n ha reiterado la voluntad de que los inmigrantes legales en Espa帽a puedan votar en los comicios municipales.

Partiendo del principio de que el voto presencial, es el la 煤nica forma de ejercer el derecho al sufragio activo que ofrece garant铆as para asegurar la identidad del elector, la libertad y el secreto del voto, pues se ejercita ante la mesa electoral, que tiene la obligaci贸n de comprobar los anteriores extremos, el voto electr贸nico, plantea inconvenientes para evitar la suplantaci贸n o garantizar la libertad del voto, en el sentido de ausencia de coacciones y el secreto del mismo, que por otra parte son los mismos problemas que se plantean con el voto por correo, que sin embargo la Ley Electoral admiti贸 desde el primer momento, entendemos que no existen obst谩culos para su incorporaci贸n al ordenamiento jur铆dico, pero que solo puede ser admitido con car谩cter supletorio para cuando no sea posible el voto presencial, pero nunca de forma generalizada.

Por otra parte, la admisibilidad del voto por Internet depende no de cuestiones t茅cnicas, sino jur铆dicas. Basta habilitar un canal seguro, un sistema de encriptaci贸n de la informaci贸n para que sea ininteligible en el caso de que fuese interceptada por personas no autorizadas y un proceso de identificaci贸n, algo que se hace habitualmente con las tarjetas de cr茅dito. No existen pues problemas t茅cnicos para que el voto electr贸nico pueda estar operativo, quiz谩 algunas cuestiones de certificaci贸n pero tambi茅n salvables .

La segunda cuesti贸n referente a la admisibilidad depende de la Ley electoral, y las razones de fondo que justifican su implantaci贸n, son las mismas por las que se admiti贸 el voto por correo, garantizar el ejercicio del derecho al voto al mayor numero de personas posibles. Como hemos visto los inconvenientes del sistema electr贸nico son los mismos que los del correo tradicional, incluso menores, la suplantaci贸n es mas dif铆cil si se tiene la cautela necesaria, y ofrece algunas ventajas nada desde帽ables como la accesibilidad, Internet se tiene en casa no es preciso desplazarse a una oficina de correos para certificar una carta, ni confiar esa funci贸n a un tercero con el riesgo de suplantaci贸n, la rapidez y el secreto en la transferencia de la informaci贸n, por consiguiente no se ven razones para que no sea admitido el sistema electr贸nico. Al contrario, el sentido com煤n dice que deber铆a tolerarse y convivir con el voto por correo, para todos aquellos casos en que no sea posible el voto directo de forma presencial.

Queremos decir con esto que su admisi贸n no deber铆a ce帽irse al supuesto contemplado por la Vicepresidenta, al de los Espa帽oles emigrantes, si no que deber铆an contemplarse otras situaciones de equidad ahora olvidadas, y que de seguir en esta situaci贸n supondr铆an una clara discriminaci贸n, tal como es el caso de los discapacitados y dependientes, a quienes les resulta altamente gravoso el trasladarse a las urnas y de hecho se les priva del ejercicio de ese derecho constitucional o los ausentes temporales por motivo de trabajo o de vacaciones, tambi茅n deber铆a contemplarse el caso de los enfermos o de quienes eventualmente se encuentren fuera de su lugar de empadronamiento.

Pero la verdadera aportaci贸n de las nuevas tecnolog铆as a la regeneraci贸n democr谩tica, no es un avance tecnol贸gico como puede ser el voto por correo, sino el hacer posible un dialogo entre los ciudadanos y los poderes p煤blicos. Es decir la interactividad, generando un sistema de informaci贸n compartida, que pretende devolver el protagonismo a los ciudadanos en una verdadera participaci贸n c铆vica, en la que el individuo deja de ser parte de la masa indiferenciada para convertirse en ciudadan铆a activa.

Internet ha conseguido no solo que los peri贸dicos lleguen tarde, que las audiencias en televisi贸n se estanquen, al igual que sucede en la radio y que unos y otros pierdan el poder de silenciar aquello que no interesa, tambi茅n ha logrado generar un sistema de informaci贸n global y compartida, en donde la manipulaci贸n es cada vez m谩s dif铆cil, y esperemos que en el futuro sea tambi茅n impracticable. Ahora bien, en un sistema de informaci贸n de esta naturaleza, la figura del intermediario o representante pierde sentido, y eso sucede tanto en el terreno econ贸mico como en el pol铆tico, por eso creemos que a la democracia representativa se le agota el tiempo, y deber谩 volverse m谩s participativa, m谩s directa, mas informacional, mas solidaria y global en consonancia con la sociedad emergente. Esa es la verdadera dimensi贸n de la revoluci贸n digital en la que estamos inmersos.

ART脥CULO DE PEDRO MART脥NEZ ES FISCAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE MADRID