Asociación de Internautas

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Citius, altius, fortius...

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En este año olímpico que nos encontramos parece que las operadoras españolas, así como los proveedores de acceso, quieren colgarse la medalla de oro del acceso más rápido al precio más bajo cuanto antes y sin escatimar el humo de colores. Al final lo que tenemos es el Adsl más caro y lento de Europa, con un problema añadido, nadie se encarga de vigilar que las promesas publicitarias se cumplen. Absolutamente nadie garantiza que al menos se cumplan los servicios que nos están vendiendo.

Los estándares de Telefónica

Recientemente Telefónica de España ha tomado una decisión que, como poco, podemos decir que es chocante: considerar que el acceso estándar con ADSL es la oferta de 3 Mbps / 320 Kbps. Y digo que es chocante cuando hay aun bastantes clientes que disfrutan, más bien sufren, accesos que en muchos casos no llegan a 1 Mbps.

De forma simultánea a esta decisión de la operadora salta la noticia que se va a hacer una migración de todos los clientes que ahora disfrutan de ese acceso estándar, doblándoles la velocidad de bajada; el proceso se iniciaría por aquellos clientes que disfrutan de las ofertas conocidas como dúo y trío con antivirus sin incremento del precio o pagando un euro más si no se tiene contratada la protección. Será un proceso similar al que se llevó a cabo hace dos años al migrar a los clientes de 1 a 3 Mbps.

Este proceso de migración, que hubiera debido iniciares el pasado 1 de agosto, dará comienzo el 11 de agosto de 2008 por una resolución del la CMT que lo paralizó; resolución surgida a raíz de la reclamación de los operadores alternativos, que pedían tiempo para poder preparar contraofertas al nuevo producto de Telefónica. Esos mismos operadores que no invierten un solo céntimo en desarrollar una red propia y se limitan a vender el producto de otro sin arriesgar nada son los que exigen que se les permita “combatir” la oferta del operador dominante.

Las ofertas de Telefónica

Aun antes de que se haya puesto en marcha esta migración, la oferta de Telefónica para acceso por ADSL tiene cuatro posibilidades: 1, 3, 6 ó 10 Mbps con precios que van desde los 29,90 €/mes a los 44,90 €/mes. Pero, todo tiene un pero, dos de esas ofertas tiene el mismo precio: los accesos a 3 y 6 Mbps le cuestan al cliente 40,90 €/mes.

Puedo entender, aunque me cueste hacerlo, que en aquellas zonas donde no es posible contratar los 6 Mbps el coste de los 3 Mbps sean esos 40,90 € pero bajo ningún concepto entiendo que en las zonas donde es posible optar por uno u otro se cobre lo mismo por ambos. Se supone, y tal vez sea mucho suponer, que el coste de producción de ambos productos es diferente, en poco o en mucho y esto debería reflejarse en el precio final que pagamos los clientes.

Más aun: A los que disfrutamos de la conexión de 3 Mbps, ahora considerada estándar, y no queramos migrar ¿qué nos va a pasar con la factura mensual? La respuesta es sencilla: No va a pasar nada; es decir, vamos a seguir pagando los mismos 40,90 €/mes que veníamos pagando hasta ahora.

Cuando a finales de 1999 dos filiales de Telefónica (Teleline y Terra Networks) lanzaban al mercado la primera tarifa plana con ADSL, que además no incluía las llamadas, nos quedábamos sin habla al comprobar las características de la oferta: 256 Kbps de descarga por 9.300 ptas./mes, IVA incluido; casi 56 € que era prácticamente el doble del precio (5.000 ptas./mes) que había fijado el Parlamento.

Las mejoras en la tecnología han permitido que a la vuelta de nueve años la conexión básica haya multiplicado su velocidad por cuatro, hasta 1 Mbps, al tiempo que ha bajado su precio en casi un 40% en términos absolutos.

Las operadoras, poco a poco, nos han acostumbrado a esta postura: ¿Por qué te vas a quejar si por el mismo dinero te estoy dando mucho más? Sí, tienen Uds. razón, pero ¿de verdad nos han preguntado a los usuarios nuestras necesidades? ¿Han investigado entre sus clientes si de verdad necesitamos tantos, como se llaman ahora, “productos de valor añadido”?

Soy el primero que admite que la banda ancha es necesaria, y no porque cada vez sea mayor el número de descargas si no porque cada vez es más y tiene mayor tamaño la documentación que se tramita por esta vía; sin ir más lejos: no teniendo banda ancha hoy sería impensable descargarse el programa PADRE del Ministerio de Hacienda con un modesto módem de 56 Kbps. Pero también es cierto que no necesito anchos de banda tan grandes para bajar un formulario de una Consejería o un programa de un Ministerio.
Hace unos meses se hizo pública la noticia de que ganaderos y agricultores gallegos no habían tenido acceso a las ayudas de la Unión Europea al no haber podido tramitar los expedientes ya que ni habían podido recibir los formularios ni, llegado el caso, los habían podido enviar. ¿Por qué? Porque esa documentación sólo estaba disponible en formato electrónico, que había de descargarse por internet para lo que era necesario un acceso de banda ancha y eso, en sus municipios, no era factible.

Entonces, ¿a qué juegan las operadoras?

Eso me pregunto: ¿A qué juegan las operadoras? La publicidad de todas las operadoras, sin excepción, se esfuerza en convencernos de las bondades de unas velocidades de acceso inimaginables hace tan sólo cinco años; no dejan de vendernos (otra cosa es que de verdad se alcancen) accesos con velocidad de bajada de 20 Mbps, televisión a la carta, videoconferencia, videovigilancia y no sé cuantos servicios más de valor añadido que nos imponen aunque no se necesiten pero que sirven para justificar las facturas que nos cobran.
Antes de imponer a sus clientes anchos de banda y servicios que no son necesarios creo que sería interesante, por no decir imprescindible, hacer que cualquiera de nosotros con acceso telefónico mediante RTB pudiera acceder también al servicio ADSL. Para eso se hace imprescindible la declaración, por parte de las Autoridades, de dicho servicio como universal al igual que lo es ya el acceso a internet. Más aun: si la intención de las diversas Administraciones públicas es suprimir en todo lo posible la presencia física del administrado en sus dependencias, y teniendo en cuenta el volumen de información que se maneja hoy, son ellos los primeros que debían exigir esta declaración si lo que pretenden es disminuir el volumen de papel físico que manejan, los desplazamientos a sus oficinas, la agilización del servicio, etc.

Además, y a pesar de las facturas que pagamos mensualmente, nadie nos garantiza la calidad de las conexiones; nadie nos certifica que estamos disfrutando el caudal contratado. Esto es una cosa que deberíamos exigir en bloque todos los usuarios: Son frecuentes las quejas de los usuarios que han contratado esos maravillosos 20 Mbps, que ofertan varias operadoras alternativas, y que reclaman que en muchos casos el ancho de banda no llega ni al 10% de esa cifra. Todos los usuarios agradeceríamos que la propuesta del Sr. Ministro de Industria no se quede en eso, en una mera idea. También agradeceríamos mucho que la competencia entre operadoras fuera real.

Opinión de Ángel Matilla Candás miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Internautas

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