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El Canon y la presunción de inocencia

El Canon y la presunción de inocencia


Como todos los años por estas fechas, la gente saldrá esta tarde en masa a aprovechar las últimas horas antes del día de reyes y poder hacer así las últimas compras de navidad. Los más rezagados aprovecharán para comprar regalos a la familia. Otros muchos simplemente saldrán a cotillear y darse unas vueltas por los grandes almacenes y otros rincones de nuestros pueblos y ciudades aprovechando la muchedumbre. Estemos en crisis o no, serán millones de euros lo que volverán a gastar los ciudadanos por estas fechas, en una tradición que cada año que pasa tiene más de usura mercantil que de costumbre popular.

En algunas comunidades autónomas incluso han adelantado las rebajas para poder atraer así al mayor número de consumidores posibles, habida cuenta del drástico recorte en el presupuesto para gastos navideños de todo tipo, y especialmente para gastos en regalos de reyes, que han llevado a cabo la gran mayoría de familias este año (se estima que alrededor de un 20% respecto del año anterior). Son muchos los pequeños y medianos comerciantes que esperan como “agua de mayo” estas fechas para salvar una temporada que está siendo bastante mala para ellos, y poder así cuadrar sus cuentas. Las grandes superficies, las multinacionales de la moda, los juguetes y otros menesteres, por supuesto que no tendrán estos problemas, por mucho que su volumen de negocio se pueda ver reducido algo en relación a lo ganado en años precedentes. Estos siempre ganaran lo suficiente como para sentirse satisfechos y contentos con sus inversiones, máxime sabiendo como se sabe que todo aquello que dejen de ingresar por ventas, ya se lo harán pagar a sus trabajadores en todo el mundo a base de EREs, despidos, deslocalizaciones de plantas y otros asuntos por el estilo.

Pero los accionistas y propietarios de estos grandes negocios no son los únicos que, sin hacer nada, se van a llenar los bolsillos esta noche.   Los amigos de la SGAE tendrán también preparada la caja fuerte para ingresar lo antes posible todo aquello que a lo largo del día, como en el resto del año, expoliarán a las masas. Pueden estar seguros de ello.

Sí, les estoy hablando del famoso Canon, que todo el año es un atraco al bolsillo del consumidor, pero que en días como hoy toma tintes de un expolio de envergadura, algo así como el timo de Madoff pero a lo casero. Grabadoras, Discos duros portables, Mp3, Mp4, teléfonos móviles con reproductores de Mp3, escáneres, discos vírgenes, memorias USB, etc., etc., dejarán hoy un buen pellizco en las cuentas de la SGAE.   Un buen pellizco que será pagado por cada consumidor de alguno de estos productos, por supuesto. La razón oficial que se esgrime para tal expolio no es otra que el supuesto uso fraudulento que los propietarios de estos bienes puedan hacer de ellos, en tanto y cuanto los utilicen para hacer copias o reproducciones ilegales de productos que tienen reservados los derechos de autor.   Como estos aparatos tienen capacidad para poder llevar a cabo este tipo de actividades ilícitas, el comprador deberá pagar una compensación por ello, por si acaso finalmente le diera por realizar alguna de estas prácticas sin consentimiento del propietario de los derechos de autor.

Es decir, hablando en plata, a cada consumidor de uno de estos productos las autoridades del estado le obligarán a pagar por algo que nadie puede saber con seguridad si va a llevar a cabo o no, pero que es posible que haga,   tratándolo por tanto como a un delincuente mucho antes de que haya podido cometer el delito. Algo así como si a un comprador de un arma en el mercado legal le condenasen ya de entrada a varios meses de cárcel sólo porque lo que está comprando tiene capacidad potencial para matar o para ser usado en robos con violencia u otros delitos por el estilo.

No hay lugar en este razonamiento para la presunción de inocencia: usted es culpable ya de entrada, haga o no haga delito alguno. Por eso paga.

Todo esto ocurre además a pesar de que la presunción de inocencia es un derecho constitucional. El artículo 24.2 de la Constitución Española de 1978 dice así: “todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia.”. A lo que se ve, todos tenemos este derecho, salvo que ande por medio la SGAE.

Miren, no soy comprador habitual de casi ninguno de estos productos, esta noche no saldré a comprar ninguno de ellos para regalárselos a nadie, es más, si de mí dependiera la mayoría de esos aparatitos, que encierran tras de sí una mentalidad decadente de consumismo perturbado, ni si quiera estarían en los mercados, pues el dinero y el trabajo que se invierte en producir tales bienes lo aprovecharía para combatir cualquiera de los graves problemas que acucian a tantos ciudadanos en el mundo respecto de la alimentación, la salud, la educación o el desempleo, pero eso no es óbice para que me indigne que haya leyes en este estado que me traten como a un delincuente cuando aún no he sido juzgado ni condenado convenientemente por ello. Esto sencillamente me parece intolerable.

Yo sé que el apoyo de tantos artistas (y nunca mejor dicho) al PSOE y sus políticas debe tener un precio y ser pagado en algún momento. Pero, por favor, que se lo page Zapatero, José Blanco, Felipe González o quien buenamente pueda de entre los políticos del PSOE de su bolsillo, pero que no nos lo hagan pagar a todos los ciudadanos que, por unos u otros motivos, nos vemos en la coyuntura de tener que comprar algunos de estos productos. Principalmente porque yo no soy ningún delincuente hasta que se demuestre lo contrario, pero, además, porque tanto la inmensa mayoría del gobierno de ZP como muchos de estos artistas me dan nauseas y ganas de vomitar por su modo de actuar, tanto en política como “creando” o en los alto de los escenarios. Y si tuviese que financiar de mi bolsillo a políticos y artistas, al menos que me dejen elegir a mí a quien hacerlo, según mis propios gustos y convicciones, caso de que quiera hacerlo con alguno de ellos, claro está.

Porque para tener que pagar a políticos como ZP y su tropa que se callan miserablemente ante el genocidio palestino que estamos viendo estos días en Gaza, o a artistas como Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Ramoncín y tantos otros que van por el mundo haciendo de oposición activa a los gobiernos progresistas y revolucionarios de América Latina, antes cojo mi dinero y le pego fuego. Faltaría más.

ARTÍCULO DE PEDRO ANTONIO HONRUBIA HURTADO REPRODUCIDO DE KAOS EN LA RED